Dos escritos de amor y una explicación

¿Qué hay más allá de esos barrotes?

Siempre he vivido atrapado en esta celda oscura. Toda mi vida me la he pasado temiéndole a lo que pueda haber en la oscuridad. Es por eso que siempre he tenido los ojos cerrados y en todo momento me he mantenido arrinconado en el mismo lugar, como si estuviera castigado, como si no tuviera permitido moverme. Pero ¿realmente esto ha sido así desde el inicio? ¿O es que ocurrió en algún momento determinado? De ser esto último cierto, no soy capaz de precisar dicho momento ni de mucho menos recordar qué fue lo que vi y sentí en ese entonces...

"Si no tienes recuerdo alguno, si tienes cerrados tus ojos y te mantienes en el mismo sitio, entonces ¿cómo puedes asegurar que te encuentras en una celda, atrapado tras unos barrotes?" Me pareció escuchar esas palabras un día en el que, como de costumbre, me encontraba arrinconado sumergiéndome en mis lágrimas, las cuales ya habían convertido ese pequeño espacio en algo parecido a un pozo. "¡Levántate! ¡Abre los ojos! ¡Atrévete a ver cómo es el mundo realmente!" Por un breve momento, quise levantarme, sin embargo, tal parecía que mi cuerpo ya se había acostumbrado a su posición habitual. Intenté abrir mis ojos, pero mis párpados daban la sensación estar pegados. Pensé que ya era el momento de darme por vencido hasta que escuché: "¡Tú puedes levantarte! ¡Tú puedes abrir los ojos! ¡Te darás cuenta de que esa celda solo fue una mera creación tuya! ¡No te permitas ser encarcelado por tu propia mente!" Sentí la calidez de aquellas palabras, sentí cómo sujetaban mi mano y me ayudaban a ponerme de pie, sentí cómo se posaban sobre mis párpados y me susurraban al oído diciéndome: "Todo va a estar bien."

Logré levantarme y abrir los ojos. No vi barrote alguno, todo estaba despejado. De pronto, empecé a descubrir todo un universo alrededor mío. Levanté mi mano y pude ver otra juntándose con la mía, formando un corazón. Sí, más allá de esos barrotes pude ver un corazón...