[Killua x OC] The Only One [PAUSADO]

Conversación nocturna

POV Flora

Habían pasado ya varias horas desde que los chicos se fueron a sus habitaciones. Yo ya había casi terminado de guardar todo lo que había traído en el equipaje. Debería estar cerca la hora de cenar. -Espero que vengan a recogerme. No sé dónde está el comedor...- Dije en alto mientras estaba en el suelo sentada agarrando mis rodillas con mis brazos, percatándome de que tardaría, probablemente, horas en encontrar el comedor. Cuando ya hubiera llegado al sitio se habría acabado toda la comida. Suspiré.

"Me pregunto que estarán haciendo los demás..." Pensé mientras apoyaba la cabeza sobre mis brazos. Entonces escuché unos golpecitos en la pared izquierda que me sobresaltaron. -¿E-eh?- "Esa es la habitación de Killua, creo..." Me levanté y me acerqué a la pared, quedándome frente a ella. "¿Debería contestarlo con otros golpecitos?" Finalmente me decidí por dar un par de golpes a la pared con mis nudillos. Segundos después recibí respuesta con tres golpecitos está vez. Yo respondí de la misma forma. Ahora los golpes se iban desplazando a la derecha, acercándose a la puerta de salida. Yo seguí jugando a devolver los golpecitos hasta que llegué a la puerta. Una vez en la puerta me quedé pensando. "¿La abro? ¿Estará fuera? ¿Me quedaré como una idiota afuera de la habitación pensando que él también abriría la puerta?" Tragué saliva y me decidí por abrir la puerta.

A mi izquierda estaba también Killua, aguantando su puerta abierta y mirándome. Nos quedamos los dos mirándonos sorprendidos y después de un silencio de unos segundos empezamos a reír. -L-Lo siento. ¿Te moleste con los golpes? Es que estaba aburrido y me preguntaba si ya estarías lista, en media hora abre el comedor.- Empezó a hablar mientras se secaba las lágrimas que se le habían saltado al reír. Yo negué con la cabeza. -No, tranquilo. Ya terminé de guardar todo mi equipaje.- Le respondí con una sonrisa. -¿Y la tarea?- Al oír eso me quedé petrificada para luego caer al suelo, apoyando mis piernas y manos sobre este. -Se me olvidó...- Killua volvió a estallar en risas, colocando sus manos en el estómago; seguramente le dolía de reír. -¿Le estás intentando hacer competencia a Gon?- Dijo entre risas. Yo levanté la cabeza y le miré hinchando las mejillas y con el ceño fruncido.

Killua me extendió su mano, ofreciéndome su ayuda para levantarme. Yo la agarré y me levanté, sacudiéndome el regazo del polvo del suelo. -Si quieres puedo dejarte los ejercicios, yo ya los he terminado y por una vez no pasará nada. Pero no te los volveré a prestar, ¿De acuerdo?- Yo asentí felizmente con la cabeza mientras tenía mis manos juntas como puños en el pecho. Después de unos minutos Killua salió de su habitación con un par de cuadernos bajo el brazo y cerró la puerta de su habitación. Se acercó a mí y me extendió las libretas. -Toma, hazlo rápido porque en media hora nos vamos abajo.- Yo cogí los cuadernos y asintiendo fui corriendo a mi mesa de estudio, saqué mis cuadernos y empecé a copiar a toda velocidad.

Killua entró a la habitación cerrando la puerta tras de sí, luego se acercó a mi cama y se sentó, mirando como copiaba sus ejercicios. Pasaron 15 minutos hasta que terminé de copiar todo. Cuando terminé suspiré para aliviar la tensión y cerré todos los cuadernos; luego cogí mi móvil para mirar la hora y al ver que me habían sobrado 15 minutos solté un suspiro de alivio. -¿Ya terminaste? Eres rápida escribiendo.- Yo asentí con la cabeza y le entregué sus cuadernos. -Gracias.- Le expresé mi gratitud por haberme ayudado. Él se levantó con sus cuadernos bajo el brazo y me miró con un leve sonrojo en sus mejillas. Se rascó una de sus mejillas con su dedo índice y mirando hacia otro lado me empezó a hablar. -Ahora que te han sobrado 15 minutos puedes ducharte o lo que quieras, yo iré a mí habitación...- Dicho esto empezó a caminar hacia la puerta. Yo, viendo como se iba, le frené. -¡E-espera!- Exclamé. No quería que se fuera tan pronto, ahora que estábamos solos era el momento perfecto para decirle lo que me llevaba callando todo el día sin que otros nos escucharán.