Capítulo: 10

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Me levanté medianamente feliz, no es qué estaba para dar saltos, pero estaba lo suficiente feliz para no insultarme delante del espejo. Tenía miedo a lo que Zayn pudiera hacerme, yo estaba acostumbrada a ser así, no quiero que nadie venga a cambiarme. Soy así, el mundo me ha hecho así. El mundo y Johanna.


- Mira esas lonjas- dijo Johanna haciendo una mueca- Das asco.
- Solo tengo 8 años mamá- dije al borde de las lágrimas.
- De mayor serás una foca si sigues así.


Sacudí mi cabeza, expulsando fuera recuerdos así. ¡Hoy es viernes! Mañana por fin es fin de semana, lo que yo tanto ansiaba… Pero no quiero que llegue mañana, quiero que llegue esta noche, quiero volver a verlo tras mi ventana, quiero ver qué tiene planeado hacer.

Salí de mi cuarto vestida, cogí un tazón de cereales y salí de mi casa que tantos recuerdos malos me traía. Miré a mi derecha, donde esta su casa, la puerta estaba cerrada y nadie salía de ella… Pero de repente, cuando ya estaba bajando los cuatro escalones que separan mi casa de la acera, se abrió la puerta de la casa de mi derecha. De allí salió un chico fabuloso, su cabello brillaba bajo los primeros rayos del sol. Llevaba una camisa blanca sin el primer botón, un jean oscuro y unos nike, de su hombro derecho colgaba su mochila. Él me miró y le sonreí.

Terminé de bajar mis escalones y el bajó los suyos, nos quedamos enfrente uno del otro, sin saber ni que decir, hasta que yo decidí romper el hielo.

- Tengo ganas de que llegue esta noche- dije mirándole a sus ojos color chocolate, me sacaba unos centímetros.

Él me sonrió, iba a decir algo pero no le dejé.

- ¿Tienes 18 años?- le pregunté, eso me comía la cabeza desde que lo conocí.
- - Él puso su dedo sobre sus labios, el signo de silencio- Guárdate las preguntas para la noche- se rió él solo y empezó a caminar hacia la parada de autobús.

Me quedé en mi sitio, parada, sin saber que hacer, hasta que él siguió caminando y yo tuve que correr para ponerme a su lado. Esperamos al autobús tocando codo con codo, lo miré, no sé qué me pasa, pero cuando lo miro sonrío, es como cuando miras arriba y no puedes evitar abrir la boca, pues algo así me pasa.

- ¿Tengo algo en la cara? ¿Mi madre me a dejado su gloss en la mejilla?- pregunto restregándose la mejilla. 
- ¿Tu madre te besa?- le pregunte.
- Claro, todo los días, para desearme un buen días- dijo sonriendo.
- A mi nunca me a hecho eso la mía- dije en un susurro, cogí mis manos y mire al suelo.
- Bu…Bue…Bueno, algunos días mi madre tampoco lo hace, se le olvida, seguro que a la tuya le pasa eso…- dijo intentando justificare, intentando que no me sintiera mal.
- No me importa que no me bese, prefiero que sus labios ni me toquen, a saber que han tocado- hice como si me diera un repelús, Zayn sonrió- Anda, vamos, llegó el autobús.

Subí, enseñando mi tarjeta de estudiante y Zayn lo mismo, no sentamos. No sé que me estaba pasando, pero sentía algo por este chico, una especie de obsesión. ¿Por qué lo necesitaba tanto? Si hace 4 días que lo conozco, por qué lo añoro si no lo veo. Hay miles de preguntas que me comen la cabeza, ya que Johanna no esta, me encargo de pensar en otra cosa. 

Nadie habló en el autobús, intenté que nuestras piernas no se rozaran y tampoco nuestras manos, tan solo lo miraba de reojos, él estaba como nervioso pero a la vez relajado, es como si demostrara timidez pero estaba más seguro de lo que hacía que todos nosotros. Mira a todas las personas del autobús, me mira a mi, sobretodo a mí. 

Por fin llegamos a la parada, bajamos, él dejándome bajar primero como a una señorita. Cuando bajé y localizé a mis amigos, me fui a girar a donde estaba Zayn y allí ya no había resto de él. No había Zayn, había desaparecido sin ser oído. ¿Con quien se juntaría en el instituto? ¿Era un marginado más o era popular? ¿Zayn? ¿Un chico tímido e inteligente popular? Fui a la esquina con mis amigos, les sonreí, ellos me sonrieron, supe al instante por qué tanta alegría, mañana había fiesta. 

- Mañana es fin de semana, ya sabes qué. La fiesta de vuelta a la escuela- me dijo Víctor.
- Si, lo sé, he estado esperando este fin de semana como nunca.

Mentí, la verdad que me daba un tanto igual que fuera fiesta. Si, quería beber y olvidarme de tantos sentimientos y cursiladas de esas. Pero, emborracharme había perdido la importancia desde que un chico de ojos chocolate, me había propuesto jugar a un juego cada noche. Que por cierto ¿Cómo sabía él que yo no podía dormir y por qué él no puede dormir? 

- Y si me deja, pues luego nos puede recoger- escuché decir a Víctor- ¿Te parece bien ___?
- ¿Qué?
- ¿Me estabas prestando atención?- dijo, serio, sus ojos azules de oscurecieron, yo negué con la cabeza- Llevas unos días rarísima- suspiró.
- Hace mucho que no me emborracho, ahora soy una adolescente más.
- ¿De esas que no saben si son lesbianas?- dijo Hugo, como siempre, metido en todas las conversaciones. 

Me reí, Ruth le pegó en el hombro regando con la cabeza.

- Eso solo fue una noche, a qué si Mad- le dije guiñando un ojo a Mad, ella captó mi broma.
- Si, ___ sacó mi parte lesbiana- dijo Mad.

Hugo estaba con la boca abierta, su cabello azul caía sobre sus ojos, estaba que no se lo creía. No pudimos aguantar más las risas, Víctor, Ruth, Mad y yo nos empezamos a reír, Hugo acabo riendo. 

- Por un momento me lo creí, nadie entiende a los bisexuales- dijo Hugo tocando su cabello.
- Oye…- dijo Mad ofendida, cruzándose de brazos.
- Pero sabes que te quiero igual- dijo Hugo y buscó los labios de Mad.
- Más te vale- dijo Mad recibiendo el beso.
- -Hice el típico sonido de vomitar- Uf, cuanta miel.

Así decíamos cuando algún momento se ponía demasiado cariñoso. Ellos se separaron y me sacaron la lengua. Si, Mad era bisexual, si, Mad y Hugo tienen algo raro y no, no he besado a ninguna chica…. Que yo recuerde.

- Pero si te encantan los momentos de amor- dijo Víctor acercándose a mi, queriéndome abrazar.
- Sabes que no.
- Que si tonta- dijo con una voz de cualquier adolescente repetidor sin ningún problema.

Los brazos de Víctor me cautivaron, sus ojos azules color cielo conectaron con los míos. Dejé que me abrazara, él era lo más parecido que yo tenía a una figura digamos “adulta” en mi vida, era un padre, hermano, amigo y algo más. No sabemos que somos ni que seremos, ahora solo sabemos que lo pasamos bien, que aun que nos peleamos nos une algo muy fuerte. Yo no sería capaz de hacerle daño a él, y él tampoco sería capaz de hacer algo que me dañara.

Las clases pasaron, una, dos, tres, la hora del descanso. Lo busqué, lo quería vigilar, no estaba en la cafetería ni en el patio, no estaba. Toco el timbre y resignada entre en mi cuarta clase, me senté en la silla y suspire, pensando que me tendría que aguantar hasta la salida o hasta la noche.

Llegó la salida, no estaba en la parada del autobús, me senté en el asiento sintiéndome sola, abandonada. Llegué a mi casa, las horas pasaron, no había movimiento en su cuarto (Si, lo miré) Quizás se le había olvidado, pero como un reloj puntual, a las doce de la noche, ni un minuto más ni un minuto menos, algo chocó contra mi ventana, avisándome que llegaba la hora del extraño juego.

Bring Me To Life (Zayn Malik y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora