Capítulo XVI; Un Final Inesperado.

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Meses después de que Miriam le contará a Ana su pasado. Una noche de verano, Ana decidió invitar a la gallega a cenar a Amour, un restaurante que, según Google, era de los mejores de la zona.
La canaria llevaba unos días pensando en pedirle la mano a Miriam, es decir, proponerle matrimonio. Era un poco precipitado, tan sólo llevaban diez meses juntas, pero, Ana quería, la amaba, y la gallega también se lo demostraba a diario.
Así que Ana estaba en su habitación mirando el armario desesperada mientras, pensaba que ponerse.
- Mimi, si estuvieras aquí seguro que me ayudarías... - pensó en voz alta. Su compañera de piso, y mejor amiga, Mimi, se fue de viaje a China y no vendría en dos meses.
Después de muchas dudas, decidió ponerse un mono blanco y unas sandalias con plataforma, también blancas.
Se sentó en su tocador y empezó a maquillarse, se onduló el pelo, se puso unos complementos, se perfumó, cogió el bolso, y se marchó a recoger a su querida Miriam.

Las manos de Ana empezaron a sudar mientras conducían, estaba muy nerviosa, varios coches le pitaron, eso no ayudaba. Cuando se encontró con un semáforo en rojo, encendió un cigarro y empezó a fumar mientras conducía.

Quince minutos después, ya estaba en frente de casa de la gallega. La susodicha, salió con una sonrisa en los labios. Iba vestida con unos pantalones negros, camisa blanca por el ombligo, tacones negros y algunos complementos.

- Estás preciosa, bueno, espectacular, mejor dicho. - dijo Ana cuando Miriam subió al coche.
- Tú tampoco estás nada mal, War. - le contestó seguido de una risa.

Mientras Ana conducía, tarareaban algunas de las canciones que escuchaban.
No cabía ninguna duda que por parte de las dos, la música es su prioridad en la vida.

Media hora después, se encontraban en el hotel.

Conversaban, reían, se besaban, se acariciaban...

Hasta que Ana se arrodilló.

- Miriam, eres la mejor chica que conocí a lo largo de mi vida. Jamás pensé que nos volveríamos a encontrar, me hiciste daño, pero... Ahora eres distinta, ahora te conozco entera, y me encantas. Por eso, estoy segura qué quiero estar a tu lado toda la vida, ¿quieres casarte conmigo?
- Ana... ¡por supuesto qué sí! - contestó abrazándola.

Los clientes del restaurante, se enteraron de la situación y empezaron a aplaudir.

Ambas salieron contentas y pasaron una noche inolvidable.

Al día siguiente

- ¡Miriam, Miriam! - llamó Ana repetidas veces a la gallega.
- ¿Ana? ¿Qué pasa? - abrió los ojos. ¿Qué hacemos aquí?
- ¡No lo sé! Nos han encerrado en este sitio, y nos han atado, joder. ¿Quién podría hacernos esto? - Ana se estaba empezando a alterar y Miriam lo notó.
- Mi amor tranquilízate. Te prometo que saldremos de aquí. Nos vamos a casar, ¿lo recuerdas? - Ana asintió.

Miriam intentó desatarse cómo pudo, Ana repitió el mismo acto, pero ninguna tuvo éxito.

- No vale la pena que lo intentéis. - dijo una voz de un hombre.
- ¿Tío...? ¿Tú no estabas...
- ¿muerto? - preguntó German seguido de una risa sarcástica. - la policía no es tan lista cómo parece. Las únicas que vais a morir sois vosotras dos.
- ¿Por qué? ¿Qué le hemos hecho a usted? - preguntó Ana en shock.
- No tengo porqué daros explicaciones de nada. Vais a morir, y punto.
- No serás capaz, soy tu sobrina. - Miriam le miro desafiante.
- Una sobrina que me odia y no me respeta cómo debe de ser.
- Eres un machista de mierda. - dijo con odio en su mirada.
- Gracias cariño. - le contestó él.

Sacó una pistola de su bolsillo, apretó el gatillo y el grito de Ana fue lo único que pudo escuchar Miriam.

Porque no todos los finales son felices.
Sí, Miriam Rodríguez Gallego falleció, simplemente por el hecho de casarse con una mujer.

COMUNICADO;
Sí, lo sé. Nadie se esperaba el final, ni mucho menos, el final que ha tenido este "relato". Me gustaría que me dijerais que os ha parecido. Espero que pronto nos volvamos a leer. Muchas gracias a todo el mundo que ha apoyado esto. Adiós. ❤️

C E N I Z A S - Wariam. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora