C E N I Z A S - Wariam.

Capítulo XIII ; Nuestra Canción.

Ana no podía creerse que por fin, después de muchísimas entrevistas, que tuviera trabajo. Aún, se ponía más contenta cuando recordaba que iba a trabajar en el local de Alfred, y que de compañera tenía a su novia.

Tengo que hacerle algo a Miriam por todo lo que está haciendo por mí – pensó.

Pero eso lo pensaría más tarde, ahora, tenía que ensayar en su casa la canción que interpretaría esa noche con su novia. Iban a cantar Un Mundo Ideal, esa era su canción, y eso la ilusionó mucho más de lo que ya estaba.

Un rato después de que la morena dejara de ensayar su móvil sonó, paró la música que sonaba en su portátil, y lo cogió para ver quién le había mandado un mensaje.

Se trataba de un nuevo grupo de WhatsApp, era el del trabajo.

Alfred, mandó los horarios de los que iban a cantar, también avisó que había gente nueva, Miriam y yo actuábamos después de Juan Antonio y Mireya, que cantaban Corre!, lo que me llamó la atención fue que Miriam también cantaba otra canción más: "Me Tienes" , no me sonaba de nada su canción, pero ya la escucharé cuando la cante.

Cerré la aplicación, y continué ensayando, cuando de repente, picaron a la puerta de mi departamento.

Abrí la puerta, y era Miriam, estaba guapísima, como siempre, iba con su melena rizada de leona, con una de sus chaquetas de cuero, y sus botas a juego.

Miriam:Hola Anita. - le saludó primero la rubia.

Ana: Hola Miri. - le contestó la morena, para después darle un beso en la comisura de los labios.

Miriam: ¿Te apetece ir a comer, y luego continuamos ensayando juntas? - propuso la gallega.

Ana: ¿Comer? Miriam son las once.

Miriam: no, amor, son las dos y media.

Ana: ¿Tanto tiempo me tiré ensayando? - Miriam asintió soltando una carcajada.

Ana: Ay dios, ven, pasa, siéntate en el sofá, mientras me arreglo, no tardo nada – dijo una Ana apresurada.

Miriam sabía que Ana iba a tardar lo suyo, así que decidió hablar vía WhatsApp con su hermano, y ya de paso preguntarle cómo está su tía.

Su tía, Inés, anteriormente hace diez años, sufrió violencia de género por parte de su marido. Un día Inés, quiso ir a ver a sus padres, pero claro, su marido no lo entendía, Inés se calló, pero hubo un día en el que decidió no callarse nunca más, y aquel día su marido la calló con puñaladas. Su marido, luego de ver lo que había hecho, se suicidó. Horas más tarde, la madre de Miriam, fue a ver a su hermana, y vió lo sucedido. Ella sabía que Inés sufría viólencia de género, pero la menor no la dejaba hacer nada. Inés quería a su marido, y pensaba que lo hacía para protegerla. La madre de Miriam, llamó urgente a la ambulancia, y a su marido. Horas más tarde, descubrió que estaba en coma, y diez años más tarde no despierta. Miriam es la única que tiene esperanzas de que algún día su tía despierte.

Miriam se retiró una lágrima que caía de su mejilla al recordarlo,y le escribió a su hermano.

Efren, hola, ¿Cómo estás?... ¿Cómo está la tía Inés?

Efren lo leyó enseguida, y contestó:

Miri... hay algo que debes saber... hace dos meses que la tía Inés falleció.

Miriam releyó el mensaje que le mando Efren, sin poder creérselo. Tragó varias lágrimas antes de contestar a su hermano.

Efren, ¿Por qué me lo ocultásteis? Mira, no quiero ni saberlo, haz el favor de no hablarme este fin de semana. Ya te escribiré cuando tenga ganas, las mismas ganas que tu tenías de contármelo.

Y ahí dejo a su hermano, con la palabra en la boca. Miriam era así, muy impulsiva. Miriam se tragó sus lágrimas cuando escuchó la voz de Ana diciéndole que ya estaba.

Ana: ¿Pasa algo? - le preguntó la canaria, que ya conocía muy bien a la gallega.

Miriam: ¿Qué? No, nada. Sólo estoy un poco nerviosa por esta noche, mi amor. - dijo una Miriam con una sonrisa muy forzada intentando convencer a Ana.

Ana decidió no preguntar más, ya hablaría con ella mañana por la mañana, después de esta noche, no quiere que se ponga mal esta noche. Así que hoy la animaría.

Y lo consiguió, al menos Miriam sonreía, y con sonrisas verdaderas.

Miriam recordaba lo de su tía, pero con Ana se le pasaba todo. Se atrevía a decir que era la única persona de este mundo que hace que se le olvide todo lo malo, se llevaría siempre a Ana de la mano.

Entrelazó sus dedos con los de Ana, y sin venir a cuento le dió un beso, y Ana le sonrió.

Una vez llegaron al local, dejaron sus chaquetas en el camerino. Y empezaron con las pruebas de sonido, y luego tocó arreglarse en el vestuario.

Ana llevaba un vestido rosa con una chaqueta de cuero, y Miriam una camisa negra y unos pantalones rojos. Ambas estaban espléndidas.

Y pasó en cuestión de minutos que Ana y Miriam ya estaban cantando su canción.

Yo te quiero enseñar un fantástico mundo
ven princesa y deja a tu corazón soñar.
Yo te puedo mostrar cosas maravillosas
ven princesa y dejate llevar a un mundo ideal...

Cuando acabaron la canción, se dieron un pequeño y tierno beso.

Después de dos actuaciones más, Ana buscaba a Miriam, pero la gallega no aparecía, de pronto una voz que venía del escenario.

Miriam: esta canción, esta compuesta por mí, y va dirigida a mi novia. Ana Alicia Guerra Morales.

Ana no se lo podía creer.

¿En serio estaba pasando?

Parecía todo un sueño.

Miriam empezó a cantar.

Estas han vuelto a mí, aunque todo se acabó
No sé si renunciar a ti, nos vendrá bien a los dos
Entonces quédate, solo esta vez
Quédate, que hoy no hay nada que perder

Quise dejarte ir pero aún me tienes, me tienes
Lo intento pero sé y sabes que aún me tienes
Me tienes bajo control y quiero tu amor por una noche más
Quise dejarte ir pero aún me tienes, me tienes

Como un cicatriz, removerte no es mi opción
No importa que haga yo, aún te siento en mi corazón
Entonces quédate, solo esta vez
Quédate, que hoy no hay nada que perder

Quise dejarte ir, pero aún me tienes, me tienes
Lo intento pero sé y sabes que aún me tienes
Me tienes bajo control y quiero tu amor por una noche más
Quise dejarte ir, pero aún me tienes, me tienes

Quédate, solo esta vez
Quédate, no hay nada, no hay nada que perder

Quise dejarte ir, pero aún me tienes, me tienes
Lo intento pero sé y sabes que aún me tienes
Me tienes bajo control y quiero tu amor por una noche más
Quise dejarte ir, pero aún me tienes, me tienes.

Ana se sintió la mujer más tonta del mundo, por dejar ir en un pasado a Miriam.

Ahora había comprendido que Miriam la quería de verdad.