LO OLVIDADO:

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LO OLVIDADO:

Sakura despertó tranquilamente, no había tenido pesadillas y eso era un verdadero alivio, cada que cerraba los ojos, recordaba el momento en el que caía por el abismo, lo recordaba todo perfectamente, había estado tan asustada, más que eso, estaba completamente aterrada mientras se precipitaba al fondo del acantilado. Ese hombre la tenía bien sujeta, estaba decidido a llevarla con él y lo hizo, se estrellaron contra el suelo. Sakura no podía entender cómo había sobrevivido, las posibilidades eran tan remotas y no contaban con la ayuda médica necesaria... Shizune le había contado todo sobre su rescate, la ayuda de la Arena y la velocidad de Naruto para pedir ayuda, todo, pero aun así sabía que había sido una mujer muy afortunada, demasiado...

Y sobre los días que no recordaba, Tsunade y Shizune insistían en que no eran importantes, no había hecho otra cosa más que quedarse en cama descansando, nada que valiera la pena ser recordado, su rutina era aburrida y predecible, sin cambios. Pero la joven se sentía diferente, no podía explicarlo...

-¿Cómo te sientes? – le preguntó su sensei interrumpiendo sus pensamientos.

-Bastante bien, Tsunade-sama asegura que mañana podré salir de aquí y volver a casa.

-Es bueno escucharlo... - el ninja la veía con cierta curiosidad, como si estuviera esperando una reacción de ella, algo, pero no sabía qué.

-Me dijeron que no podía recordarlo, sensei, lo lamento mucho – Naruto se lo había contado – Debió ser muy incómodo para todos...

-No lo fue, tenlo por seguro.

-No puedo creer que olvidara a Sasuke-kun – rió con desgana – Debió ser un golpe muy fuerte.

-Tienes... - Kakashi señaló su mejilla, la joven había terminado de desayunar hacía poco, debía tener restos de comida en la cara. Se talló la mejilla con fuerza intentando limpiarse - ¿Puedo?

-Por favor.

El ninja se acercó a ella y terminó por sentarse en la cama, muy cerca, se inclinó aún más, sus rostros estaban a centímetros. Sakura se sintió cohibida, nunca había estado tan cerca de su sensei, su mirada la observaba con atención, la intimidaba tanto que terminó por desviar la vista y alejarse un poco. Cuando sintió los dedos de su sensei sobre su piel, dio un ligerísimo respingo, casi imperceptible. Los dedos del ninja la tocaron con extremo cuidado, su pulgar frotó su piel suavemente y segundos después había logrado quitarle lo que fuera que tenía en la cara. Se puso de pie y se alejó con toda tranquilidad.

-Gracias – la joven se removió en la cama. No se le ocurría nada más qué decir, se sentía tan extraña con su sensei, con la forma en la que la veía. Era la primera vez que se le faltaban las palabras, que se quedaban atoradas en su garganta. Lo más extraño de todo, era que ese hombre no parecía ni un poco incómodo con la situación.

Para su fortuna la puerta se abrió y entró una enfermera, una que ella no reconocía. Cabello castaño y ojos azules.

-Lo lamento, no quería interrumpir – se disculpó mirando de reojo a Kakashi.

-No te preocupes – Sakura le ofreció una sonrisa – No te recuerdo, no eres de por aquí, ¿verdad?

-Nos conocimos cuando llegaste a la Aldea donde tuviste el accidente, nos enseñaste nuevas técnicas médicas y cuando te trajeron aquí pedí venir para aprender. Me quedé sorprendida con tus habilidades, quería ser como tú. Mi nombre es Mei.

-Sí, creo que te recuerdo – sólo estaba haciendo amable, no la recordaba en absoluto – Me alegra que tomaras la decisión de venir, tenemos muy buenos maestros aquí en la Hoja.

EN LA MEMORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora