Nuestro Mundo [IronStrange]

Capítulo VIII

[Mundo Astral – Tony]

Strange podía sentir como la emoción se arrastraba por cada centímetro de su cuerpo, al presenciar con sus propios ojos como su colega, el brillante genio y filántropo Tony Stark, se acurrucaba contra el pecho de lo que él podía considerar, su gran fantasía sexual.

El Hechicero Supremo parpadeó un par de veces antes de adentrarse lo suficiente y mirar más de cerca su reflejo. El hombre que recorría la espalda de Tony mientras este dormía plácidamente sobre su torso, era él...

Stark albergaba en lo más profundo de su ser un deseo impúdico, y Hechicero no podía sentirse más alagado y celoso del Stephen Strange que gozaba de placeres que solo él podía desear en el mundo real.

El aroma a té verde en la habitación, lo hacia todo aún más familiar para Stephen, y es que, al Santuario siempre lo envolvía una fragancia refrescante que Stark jamás había pasado por desapercibida cuando realizaba sus visitas espontaneas, invadiendo el espacio del Hechicero, que no conseguía disimular una sonrisa ladina cada vez que escuchaba alguno de sus comentarios ingeniosos.

TONY: "Ese aroma, ¿qué clase de hierba mística es?" (inquirió una vez, con una sonrisa de medio lado).

STEPHEN: "Es té verde, torpe," (le respondió, con una mirada arrogante).

El Strange recostado sobre la cama se mostraba sobre protector con el pequeño cuerpo que se acurrucaba a su costado. Cada extremidad de sus cuerpos entrelazadas de una u otra forma que despertaba en el Hechicero que presenciaba la escena, todo tipo de reacciones en su cuerpo astral.

La suave sábana de seda que cubría el inicio de tan gloriosa curvatura, donde su reflejo acariciaba sin recato, se deslizó apenas lo suficiente para revelar un mosaico de marcas producto del amor que probablemente Tony recibió por parte de su doble. Strange dio un paso atrás, incapaz de controlar el enorme deseo que sentía de ser él quien estuviera enredado con él en esa cama, y no, una simple idealización de su compañero.

Tony lo deseaba.

Strange no podía sentirse más afortunado al respecto.