Nuestro Mundo [IronStrange]

Capítulo XIX

[Base de Los Vengadores – Noche]

Tony se aferró al brazo de Strange, en cuanto emprendieron la marcha desde su habitación hasta la pequeña reunión que F.R.I.D.A.Y. convocó, siguiendo las ordenes de Pepper y Rhodey. Stark aún tenía dificultades para mantenerse de pie por sí mismo, pero, permanecer postrado en una cama no ayudaba en lo absoluto. El magnate necesitaba reintegrarse al mundo real por el bien de su salud física y mental. Strange acarició la mano que sostenía la manga de su traje con fuerza, la sensación de Tony a su costado era cautivadora. El hombre confiaba plenamente en él, y su compañía siempre era bienvenida.

CLINT: "Pero miren a quien tenemos aquí," (dijo con una sonrisa alegre. Le lanzó una mirada de reproche al Hechicero Supremo) "Gracias, Doc. Creímos que jamás nos permitirías verlo."

ROGERS: "Bueno, estaba a punto de tumbar algunas puertas," (comentó, en cuanto acortaba la distancia. Abrazó al castaño fuertemente cuando al fin lo tuvo a un par de centímetros de distancia) "Te hemos echado tanto de menos, Tony."

Stark sonrió aliviado de ver a su viejo equipo en la sala de juntas. Ellos esperaban por él con ansias, y eso era reconfortante. Steve no lo soltó hasta que se dio cuenta de cómo los pies de Iron Man colgaban sobre el suelo. Aflojó el agarre, colocando al hombre más pequeño sobre sus pies una vez más.

ROGERS: "Lo siento, pero realmente creímos que jamás volveríamos a verte," (dijo con pesar. Con una mano acarició el rostro cansado del genio. Este sonrió débilmente).

TONY: "¿Qué puedo decirles? No se librarán de mi tan fácilmente."

Steve sonrió con nostalgia. El recuerdo del pequeño y adorable Stark en el mundo astral de su colega apareció en su mente. Así que, con su pulgar, rascó la barbilla del genio, antes de levantar la vista y observar al Hechicero sobre el hombro de Tony. Le ofreció una sonrisa cómplice a su nuevo compañero. 

El elegante hombre a espaldas del castaño lucía impasible. Rogers comprendía el porqué. Luego de pasar tanto tiempo cuidando de Stark con tanta devoción, era de esperarse que toda la atención que su protegido recibía de otros lo hiciera sentir desplazado. Una actitud codiciosa que Steve encontraba extraña viniendo de un hombre que acecha a otro hombre.

El Capitán América tenía conocimiento de la peculiar situación. Natasha y Pepper, en su calidad de pareja, hace pocos días lo obligaron a tomar asiento y escuchar lo que ambas tenían que decir sobre los sentimientos de Stephen Strange hacia Tony.

No era ningún secreto que el estoico doctor amaba a Iron Man. Steve resopló un par de veces mientras les explicaba como eran las cosas en sus tiempos, pero al final, aceptó que Tony merecía el amor y cuidado de una persona como el Hechicero Supremo. El tipo era maduro y elocuente, aunque Steve no comprendiera los temas que trataba, siempre era contundente con sus opiniones y propuestas. Eso le agradaba, y él estaba seguro de que a Tony también.