N U E V E

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Al abrir los ojos la luz me cegó momentáneamente. Figuras borrosas ocupaban la habitación en la que me encontraba, una estaba al pie de la cama, y otras dos cerca de la puerta. Una vez me acostumbré a la luz las pude identificar como mis padres y Ares. Y en cuestión de segundos logré captar la tensión que inundaba el sitio.

Hice un sonido con mi boca llamando la atención de los presentes. Mi madre saltó de los brazos de mi padre y corrió hasta a mi.

"Julie. ¿Cómo estás, bebé?" sus manos frías comenzaron a peinar mis mechones de cabello oscuro fuera de mi rostro. Intenté apartarme, pero sentía mi cuerpo tan pesado que decidí ignorar mis impulsos y dejé que sus delgados dedos recorrieran mi cabeza.

La ausencia de lucha pareció agradarle, ya que una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro "Toma, mi amor. El doctor me dijo que tan pronto despertaras deberías tomarte esto" posó en mis manos un pequeño vaso con una pastilla color naranja.

No podía levantar mis brazos sin que mis músculos temblaran como gelatina, así que mi madre se encargó de depositar la capsula dentro de mi boca, seguido de un poco de agua. Los hombres en la habitación se mantenían alejados y desconcertados, ambos con miedo tallado en sus facciones.

"Tranquila mi bebé. Todo estará bien" susurraba mamá una y otra vez.

Mis sentidos estaban bloqueados, las luces eran incandescentes, sentía que mi boca estaba llena de algodón y mis oídos bajo el agua. Pocas veces me había sentido así, y en estos momentos no había nada que deseara más que la presencia de Nico aquí conmigo. Tenía tanto miedo, solo quería a mi hermano junto a mí.

"Nico" mi voz sonaba rasposa y con demasiado aire, apenas un susurro entre los murmullos provenientes de la televisión.

"Intenté llamarlo, pero no pude localizarlo. Su asistente dijo que tenía asuntos muy importantes que atender, y que se lo comunicaría cuando tuviera oportunidad" la voz de mi padre hizo que mi corazón se rompiera un poco más.

Honestamente yo ya no esperaba ver a Nico, una parte de mi pensaba que él no existía en otra parte más que en mis recuerdos, que solo era producto de mi imaginación, un mecanismo para sobrellevar todo. Era más fácil de creer que el hecho de que mi hermano simplemente me había abandonado.

"¿Asuntos importantes que atender?" rodé mis ojos hasta Ares, quien de pronto parecía querer golpear a alguien "Su hermana acaba de convulsionar ¿y me estás diciendo que tiene cosas más importantes que atender?" Su voz había subido una octava, y me hizo recordar la primera vez que nos conocimos.

Yo estaba en un café de poesía al que fui arrastrada por quien era en ese entonces mi compañera de cuarto en el campus, las personas se subían a un pequeño e improvisado escenario, y recitaban piezas originales y competían por donas gratis. Yo quería que el suelo me tragara, nunca había estado tan fuera de lugar, pero realmente no sabía el significado hasta que giré y por accidente le lancé mi café helado al chico de camiseta negra que pasaba frente a mí.

"¿Es que acaso no ves por dónde caminas?" exclamó con fastidio.

Reconocí fácilmente al chico, con sus rizos y tatuajes, era imposible no saber quién era Ares Dunne.

"Con esa actitud realmente estás haciendo que no me arrepienta de haberte lanzado el café" murmuré mientras intentaba perderme entre el mar de personas que allí se encontraban, pero su mano sostuvo mi codo impidiendo mi huida.

"No, no, no. Tú no te vas así" fastidiada y de muy mal humor lo encaré.

"Mira, lamento lo de tu camisa. Envía la cuenta de la tintorería al 204 del edificio Maxwell y yo lo pagaré" intenté irme, pero nuevamente mi intento fue fallido

How To Save a Life || Shawn Mendes AU  [St. Yves #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora