Eran las tres de la mañana de un sábado en las calles de Clifford Valley, más específicamente en la calle treinta y cuatro del barrio Greenwood. Dicho barrio era bastante conocido por sus calles solitarias y apariencia pobre, pero era aun más conocido por las docenas de niños que eran abandonados todas las semanas en frente de una casa de dos pisos.Este sábado en particular, el silencio característico del barrio se vio interrumpido por las gotas de lluvia que caían intensamente en el suelo y en las ventanas de los edificios. Pero este no era el ruido que más resaltaba, ya que el llanto de una pequeña niña pelirroja opacaba las gotas de la tempestad.
Varias personas se asomaron por las ventanas de los edificios para observar como una mujer de unos veinte años arrastraba a su hija bruscamente. Se podía inferir que eran madre e hija gracias a que tenían prácticamente el mismo pelo y las mismas mejillas llenas de pecas, con la diferencia de que el pelo de la mayor estaba mucho más sucio y sus pecas no le otorgaban un aspecto inocente similar al de la menor.
A pesar de ver la escena tan violenta, nadie hizo nada. Sabían lo que estaba a punto de pasar porque lo presenciaban casi todos los días, ya no les impresionaba el hecho de que un padre fuera capaz de abandonar a su propia sangre en un orfanato. Algunos incluso cerraron sus cortinas con expresiones de fastidio en sus rostros y continuaron viendo televisión o durmiendo.
La joven de pelo sucio y desordenado, sin importarle que casi todo el mundo en el barrio la estuviera mirando, se detuvo al llegar al lugar que buscaba, el Orfanato Greenwood. Por otro lado, la niña seguía llorando y suplicándole a su madre, o a cualquiera observando, que la ayudaran.
— Mamá suéltame, me estás lastimando el brazo — Le pidió la niña a su madre.
— Cállate Lia, eres una puta molestia ¿Ya te había dicho eso antes? — Preguntó la mujer sabiendo perfectamente que se lo decía todos los días por simple placer. — Escúchame mierdecita, te voy a dejar en este lugar y ni se te ocurra seguirme, porque si lo haces te juro que te regalo al hombre que me vende la droga para saldar mis deudas — Después de esas palabras, la señora tocó la puerta del orfanato unas cuatro veces con rabia y se fue corriendo, dejando a una niña triste y confundida atrás.
La puerta se abrió dejando ver a una señora mayor. Su pelo era totalmente blanco y las arrugas en su cara eran bastante notorias, debía tener por lo menos unos sesenta años. Al salir, su mirada se había fijado hacia adelante al principio, pero luego bajo la mirada y lo que encontró le causó tristeza.
— Hola linda ¿Cómo te llamas? ¿Por qué estás aquí? — Preguntó la señora amablemente.
— M-me llamo Lia, mi mamá a-acaba de dejarme aquí sola. S-se... fue — Habló Lia mientras lloraba.
— No te preocupes Lia, de ahora en adelante este será tu hogar. Puedes llamarme Blanca — Dijo la señora con una sonrisa cálida en su rostro. Luego, tomó la mano de la niña y la jaló delicadamente dentro de la casa.
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Asylum [Zodiaco]
RandomEl Instituto Mental Cliff, hogar para aquellas personas en Clifford Valley que sobrepasan los límites de la cordura. El único lugar de la ciudad del cual nadie quiere enterarse. La mente adolescente, enfrentándose al estrés y a las tentaciones de l...