26 de Junio de 2016Eran las cinco y veinte de la mañana y el sol todavía no era visible en el cielo. Usualmente, en las mañanas nubladas de Clifford Valley los primeros rayos de luz demoraban en aparecer, dándole un aspecto bastante triste a la vía principal por la cual Blanca conducía un auto viejo de color gris.
La razón por la que la señora conducía tan temprano en la mañana era porque el día anterior, una mujer que se identificó como la asistente de uno de los psiquiatras del instituto, llamó a los seis pacientes restantes para pedirles que llegaran antes de las seis de la mañana. Claudia luego les explicó que el horario que habían planeado ella y su compañero días atrás se había descompuesto ligeramente.
Ninguno de los tutores puso problema ante el requerimiento, pero la molestia en el rostro de Blanca al aceptar la hora de llegada no pasó por desapercibido por cierta pelirroja, cuya cabeza reposaba en la ventana derecha de los asientos de atrás.
Cada día que pasaba, Lia perdía más las ganas de seguir con su vida. A veces ni siquiera podía dormir porque cuando cerraba sus ojos en la noche, el rostro de Mateo la atormentaba y aparecía seguidamente en sus pesadillas. Aún recuerda vívidamente el momento en el que Blanca le advirtió que debía mantenerse callada porque si no lo hacía, haría de su vida un infierno. No obstante, en la cabeza de la adolescente, su vida ya era un averno y no podía importarle en lo más mínimo lo que la mayor le dijera.
Confesarle la verdad a la doctora Vera estaba dentro de sus planes, ya estaba decidida, lo único que le faltaba era reunir el coraje para hacerlo. No era fácil para Lia relatar lo sucedido, se sentía humillada y no quería tener el pesar de nadie. Además, ya había sido tachada de ofrecida la vez que intentó explicarle lo sucedido a sus amigas, dejándole un enorme sentimiento de vergüenza.
— Deja esa actitud Lia, ni que te estuviera llevando a una prisión — Dijo Blanca mientras hacía contacto visual con la pelirroja a través del retrovisor, interrumpiendo las dudas existenciales de la misma.
— Es prácticamente lo mismo — Habló la menor sin ganas. No entendía cómo alguien que al principio había parecido tan puro, podía convertirse en el mismísimo diablo de un día para otro. Su mente aún no procesaba el hecho de que la mujer que había llegado a considerar una madre había terminado siendo cómplice de los demonios que la atormentaban.
Por suerte, las intensas miradas de Blanca hacia el retrovisor pararon una vez llegaron a su destino. Al bajarse del auto, Lia siguió a la mayor por el asfalto del parqueadero, echándole un pequeño vistazo a la recepción que se podía ver desde afuera por sus puertas de cristal. Ver a dos enfermeros charlando tranquilamente con la recepcionista hizo que la adolescente sintiera una energía amable en el lugar. Desde su punto de vista, todo sería mejor que Greenwood.
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Asylum [Zodiaco]
RandomEl Instituto Mental Cliff, hogar para aquellas personas en Clifford Valley que sobrepasan los límites de la cordura. El único lugar de la ciudad del cual nadie quiere enterarse. La mente adolescente, enfrentándose al estrés y a las tentaciones de l...