Capítulo 2: Nuevo Infierno

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25 de Junio de 2016

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25 de Junio de 2016






Los dos recién llegados se acomodaron en las únicas dos sillas vacías, completando un círculo lleno de miradas desconfiadas y de ansiedad. Todos sintieron que pasó una eternidad mientras los enfermeros se posicionaban cerca de los pacientes, mientras las enfermeras entraban a la sala con bolsas plásticas cuyos contenidos eran desconocidos, y mientras los doctores encargados esperaban el momento más oportuno para hablar. Nada se sentía real en ese instante.

Las tres jóvenes se dedicaron miradas fugaces, analizándose entre sí. Emília y Ada intercambiaron una pequeña sonrisa amable, después de todo, estaban conscientes de que se verían obligadas a convivir por un largo tiempo y sabían que lo mejor era llevarse bien entre ellas. Sin embargo, la paranoia de Emília la impulsó a cuestionar de dónde había salido su nueva compañera, terminando con su sonrisa rápidamente.

Por otro lado, Luisa rompió su récord de contacto visual del día con Ada, algo en la morena le recordaba a Mariana y no pudo evitar buscar el parecido. Así mismo, la recién llegada sintió curiosidad por la manera en la que Luisa la observó, estaba tan acostumbrada a recibir miradas de desprecio que algo en su interior quiso descifrar lo que la de ojos miel verdosos estaba pensando.

En el caso de los tres jóvenes, la frialdad podía verse reflejada en el ambiente. Andrés y Julián habían pasado toda su vida intentando defenderse de los demás, aislándose del resto del mundo para evitar cualquier conflicto. Por ende, sus costumbres se vieron reflejadas al momento en el que Andrés se sentó junto a sus dos compañeros. El mencionado evitó cualquier contacto visual, causando que Julián le echara un vistazo a los nudillos lastimados del pelirrojo sin siquiera molestarse en saludar, ya que sabía que esa era una señal de peligro.

En contraste, Cael sintió la misma curiosidad de antes por ellos, examinando cada una de las características del par, tal como lo había hecho con tantas otras personas a lo largo de su vida.

Sin ningún aviso, las enfermeras interrumpieron la tensión entre los pacientes, entregándole a cada uno las bolsas plásticas con las que habían entrado a la sala. Todas las miradas se dirigieron a Emília, quien por el repentino acercamiento de la enfermera, se paró de su silla ruidosamente, retrocediendo unos pasos y alertando a los enfermeros. La expresión de terror y la posición de defensa que la adolescente adoptó, fueron suficientes para que la psiquiatra entendiera.

— No te preocupes cariño, no te van a hacer daño — Las palabras de la doctora Claudia relajaron un poco a la pelinegra, logrando que regresara a su puesto. Normalmente, cualquier movimiento repentino que no viniera de su tío, exaltaba de sobremanera a la joven. Sus niveles de desconfianza estaban tan altos que hacía ya un tiempo Emília no iba al colegio para evitar problemas con los demás niños de su edad.

Asylum [Zodiaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora