En un auto de color rojo, se encontraba una pequeña familia. La madre iba manejando, el padre estaba en el asiento del copiloto, y la pequeña hija de tres años iba atrás en el asiento del medio, asegurada por su silla especial y el cinturón de seguridad. A pesar de que el auto no fuera el más grande, los adultos habían logrado introducir más de cuatro maletas en la parte de atrás y al menos unas cinco maletas de mano al frente.Hacía dos semanas, el señor Monsalve, cabeza de familia, había recibido la noticia de que iba a ser promovido a gerente en el restaurante en el que llevaba más de ocho años trabajando. Dicho evento, había ocasionado que por fin se pudieran mudar a un lugar más central en la ciudad, incluso iban a poder compartir sus días en una casa y un barrio más apropiado para la infancia de la menor.
La familia iba feliz en el auto porque era un día soleado y los árboles que rodeaban la carretera daban una sensación de tranquilidad que satisfaría a cualquiera. Los dos padres estaban de acuerdo con que esta iba a ser una nueva etapa de sus vidas y estaban ansiosos por llegar a su nuevo hogar. Los mayores cantaban junto con la radio a todo pulmón, cosa que le causaba gracia a la hija que jugaba con una muñeca de pelo largo, negro y de piel morena, igual a ella.
La emoción era tanta que, por unos cuantos segundos, el señor y la señora Monsalve quitaron su vista de la carretera para poder cantar mientras se veían el uno al otro. Happy Together sonaba en la radio, describiendo el éxtasis de la familia en el minuto y medio que alcanzó a sonar. Para cuando el coro de la canción terminó, la alegría para los Monsalve se esfumó.
De un momento a otro, chocaron contra un camión. El auto daba vueltas, habían vidrios volando por todas partes y las maletas que estaban dentro del auto se tambaleaban por todos lados. Para los tres, todo se volvió oscuridad.
El sonido de las sirenas del auto de bomberos y las patrullas de policía no tardó en llegar al lugar en donde había ocurrido el accidente. Hombres y mujeres de ambos departamentos se acercaban con gran agilidad, tanto al camión, como al vehículo más pequeño. Había sido sencillo salvar al camionero, ya que este no había recibido las toneladas de su propio vehículo en el impacto, caso totalmente opuesto al de la familia.
Ambas puertas del auto estaban atascadas, la gasolina estaba goteando y aumentando la posibilidad de crear una explosión. Las autoridades habían estado a punto de tomar la decisión de no arriesgarse, puesto que parecía un caso perdido, cuando de la nada, escucharon el llanto de una niña dentro del carro. Dicho sonido alarmó a todos e hizo que los bomberos se movieran aún más rápido.
Cuando lograron sacarla, se dieron cuenta de que solo tenía algunos cortes en su piel y un brazo roto, no había sido nada grave si se comparaba con sus padres, cuyos cuerpos yacían dentro de dos bolsas plásticas a un lado de la carretera. Los uniformados pensaron que esa debía ser la niña más afortunada del mundo al haber sobrevivido un accidente tan brutal. Sin embargo ¿Se consideraría ella una persona afortunada?
ESTÁS LEYENDO
Asylum [Zodiaco]
RandomEl Instituto Mental Cliff, hogar para aquellas personas en Clifford Valley que sobrepasan los límites de la cordura. El único lugar de la ciudad del cual nadie quiere enterarse. La mente adolescente, enfrentándose al estrés y a las tentaciones de l...