26 de junio de 2016En la sala de bienvenida ya eran las seis y media de la mañana. Los seis pacientes que los doctores Vera y Contreras habían estado esperando por tanto tiempo por fin habían llegado, pero por alguna razón desconocida para los empleados del instituto, la primera mencionada aún no llegaba para cumplir con el horario en el que tanto había insistido que todos obedecieran.
La demora claramente no le estaba agradando a su compañero, quien estaba sentado en un salón junto con adolescentes que podían descontrolarse nuevamente en cualquier momento. Se le notaba tenso a dicho psiquiatra, no planeaba decírselo a nadie, pero le preocupaba que la tardanza de la mujer tuviera algo que ver con la discusión que habían tenido el día anterior.
— ¿Nos van a dejar en este lugar por otra media hora sin explicación o cómo funciona esto? — Preguntó Finn al doctor Mario, cruzando los brazos en frente de su pecho. El comentario del de ojos rasgados alertó a los demás ingresados, ya que no solo Finn había notado que el psiquiatra estaba jugando demasiado nerviosamente con sus dedos. El mayor pensó en simplemente no responder, pero toda la atención había caído en sus hombros y se sintió presionado.
— No, solo estamos esperando a alguien — Logró decir el doctor con una falsa seguridad que sorprendentemente convenció a todos, haciendo que Finn estuviera satisfecho con la respuesta y regresara a mirar las baldosas blancas del piso como si fueran lo más interesante del mundo.
— Entre más se demore, mejor — Pensó Varen en voz alta, logrando involuntariamente que Iván escuchara y volteara a mirarlo. Las contradicciones en su propia cabeza se estaban volviendo agobiantes, necesitaba llegar a su habitación lo más pronto posible y quería salir de todo ese proceso en ese instante, pero al mismo tiempo no se sentía lo suficientemente preparado. Sus compulsiones estaban empezando a sentirse como una molesta e inevitable piquiña.
A su derecha, Iván fue el único que notó que la pierna del rubio subía y bajaba aceleradamente, así que con intenciones de reconfortarlo, colocó su mano sobre el hombro de Varen y pensó en palabras alentadoras.
— Intenta calmarte un poco, estamos en esto juntos — Susurró Iván con cuidado de que nadie más lo escuchara. El castaño se sorprendió a sí mismo porque muy rara vez se comportaba de modo tan amigable, es decir, su estado anímico de los últimos días era completamente nuevo. Si era sincero consigo mismo, no le molestaba, por primera vez en mucho tiempo se sentía como una persona normal — Podemos hasta ser amigos si quieres — Continuó. La manera en la que el rubio evitaba a los demás le recordó las veces que intentó aislarse por completo de sus compañeros de colegio, así que sintió empatía por él.
Varen, por otro lado, no estaba sintiéndose tan caritativo y estuvo a punto de reaccionar agresivamente. Sin embargo, sabía que Iván no lo conocía y no estaba al tanto de su situación, razón por la cual aguantó las ganas de alejarse bruscamente de su tacto e intentó sonreír en forma de agradecimiento, disimulando el pánico en su interior seguido por movimientos rápidos en los que roció un poco de alcohol en su hombro.
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Asylum [Zodiaco]
RandomEl Instituto Mental Cliff, hogar para aquellas personas en Clifford Valley que sobrepasan los límites de la cordura. El único lugar de la ciudad del cual nadie quiere enterarse. La mente adolescente, enfrentándose al estrés y a las tentaciones de l...