Hange se había vestido de negro para confundirse con la noche. Estaba resuelta a escaparse de casa. No soportaba permanecer encerrada entre aquellas cuatro paredes con las manos en los bolsillos.Unas horas antes un coche había estado persiguiéndola y, aunque Margaret había tratado de infundirle tranquilidad, ella sabía que al volante de aquel vehículo se encontraba un miembro de la secta Koruki-ya. Su vida corría peligro y, en consecuencia, la de su hermano, la de su tía Liz y la de Levi.
Debía actuar.
Había salido de su apartamento sin que la tía Liz la oyera, vistiendo la ropa más oscura que tenía en el armario. Ahora estaba en el pasillo, pensando en la mejor manera de esquivar a los cuatro policías que Margaret había dejado custodiando el edificio.
Se asomó con cautela a la ventana para ver la posición de aquellos agentes: había dos en la entrada y los otros dos, si bien no podía divisarlos desde su posición, seguramente se apostaban delante de la salida de emergencias.
Hange no sabía cómo abandonar el sitio sin ser detectada.También era consciente de que no podía pedir ayuda. Esos hombres no le permitirían salir en mitad de la noche sin protección alguna.
Se sentó en un peldaño y trató de concentrarse.Tenía que haber alguna manera de esquivar a los agentes, pero no se le ocurría ninguna. Había visto muchas películas y series de televisión sobre fugas de lugares mucho más inexpugnables, y ahora, cuando ella necesitaba protagonizar una evasión auténtica, ni un mísero plan acudía a su cabeza.
Ya estaba empezando a desanimarse cuando vio el envase de una botella de vino junto a la puerta de un vecino.
La tomó sin pensárselo dos veces y, asomándose a la misma ventana, la lanzó tan lejos como pudo. La botella se hizo añicos al chocar contra la acera.
Los dos agentes de la entrada principal se dieron la vuelta bruscamente. Primero vacilaron, como si no supieran si aquel estallido suponía un indicio de algo más peligroso. Al instante siguiente, uno de ellos decidió acercarse al lugar de la explosión. El otro, no obstante, se quedó en su puesto, observando los movimientos de su compañero. Pero transcurridos unos segundos, no pudo evitar adelantarse unos cuantos metros, movido por la curiosidad, con la intención de no perder de vista al otro policía.
Hange aprovechó este momento para bajar los escalones a pares y plantarse ante la salida. Con muchísima delicadeza, hizo girar la manija y movió la puerta en cámara lenta.
Entre la puerta y la espalda del policía apenas había tres metros, así que cualquier ruidito podría ser fatal. Sigilosa como un gato, Hange deslizó su cuerpo por el espacio entreabierto y, cuando ya se vio fuera, acompañó la puerta con suavidad para que no se cerrara de golpe.
Unos goterones de sudor resbalaban por su cuello mientras realizaba esta operación. Al finalizar la maniobra, el agente seguía dándole la espalda.
Ahora tocaba caminar, siempre con el cuerpo pegado a la pared, hasta un cubo de basura situado unos metros a la derecha. Era el momento más delicado, ya que una farola iluminaba el camino entre la puerta y el cubo, por lo cual quedaría expuesta sin remedio. Para complicar las cosas, el agente que había ido a comprobar la procedencia de aquel botellazo ya había iniciado el regreso al portal. Sus ojos enfocaban directamente el rincón luminoso que tenía que atravesar.
Hange no tuvo más remedio que tumbarse en el suelo y comenzar a arrastrarse con la intención de que la luz no la delatara por completo. Fue deslizándose sobre el adoquinado hasta que alcanzó el cubo de basura tras el que podía ocultarse.
Los agentes hablaban entre sí, aunque Hange era incapaz de descifrar sus palabras, pues tenía los cinco sentidos puestos en mantener su invisibilidad.
Una vez que estuvo segura de que no podían verla, se incorporó hasta la esquina del edificio y arrancó a correr como alma que lleva el diablo. No pudo dejar de pensar que aquellos agentes no eran los mejores de la academia. Y esto calmó su mala conciencia.
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-Levihan- La mujer con el corazón lleno de tormentas
Разное[TERMINADO] Continuación de: El chico que vivía encerrado en una habitación. Nuevo mensaje. Tienes notificaciones pendientes de Hange Zöe. Llevo dos semanas intentando contactar contigo, Levi, no lo consigo y no sé por qué. Te he enviado mensaje...