Sultán (Turquía x Lectora)

432 30 24
                                    

NOTA: Todos son humanos ^^

Siento la tardanza :c
Tenía influenza con 39 de fiebre y no podía pensar bien. No me odien por fa :c
~☆~★~☆~★~☆~★~☆~★~☆~★~☆~★~☆~★~☆~★~☆~

Tras acabar completamente con lo que quedaba del Imperio Bizantino, el Imperio Otomano decidió hacer una gran celebración por su victoria. Era hora de que el sultán escogiera una bella esposa. Luego de que asesinaran a su padre, él heredó el trono y por supuesto todas las riquezas pero también todos los peligros.

Justamente días atrás había llegado una nueva mujer. Era joven y su belleza era inigualable. Tanto que hizo enemigas pronto. Las mismas la obligaban a que limpiara sola, y no la dejaban comer, por suerte ella era hábil y a veces se escondía para robar comida y agua.

Las mujeres del herén pronto escucharon que el sultán llegaría a aquel lugar para escoger a una esposa. Todas estaban emocionadas así que se bañaron y se arreglaron con sus mejores vestidos y joyas para que el sultán las escogiera. Se perfumaron y peinaron su cabello. Ahora solo faltaba esperar al sultán.

Las puertas del herén se abrieron, mostrando al apuesto joven sultán. Las mujeres lo miraban de reojo con asombro. Todas en dos líneas rectas dejando un espacio en medio para que el sultán pudiera pasar y observarlas.

La bella y nueva mujer fue la única que no estaba emocionada ni interesada. No le importaba si no la escogían y tampoco le importaba estar en aquel lugar. De hecho fue obligada a "arreglarse" para que no fuera una decepción para el sultán justo como sus compañeras le dijeron. Era la única con una expresión neutra, pues las demás mujeres mantenían su mejor sonrisa para que las escogieran.

El sultán se detuvo. Justo en frente de ella. La observó de pies a cabeza con detenimiento y luego la miró, formando a su vez una sonrisa.

- ¿cuál es tu nombre?.- cuestionó con una firme pero amable y curiosa voz el hombre.
- T/N....T/N T/A.- respondió con firmeza, al igual que el sultán, solo que ella con un tono frío.
- te noto con la mirada perdida...como si estuvieras desinteresada.- comentó.
- se equivoca. Simplemente que no he podido acostumbrarme todavía. Acabo de llegar hace apenas una semana...es por eso que tal vez me vea perdida...- habló con sinceridad.
- eso es aún mejor.- sonrió.- a partir de ahora vivirás conmigo...-
- ¿d-disculpe?
- felicidades. Te convertirás en mi esposa.

Las otras mujeres cambiaron de expresión por completo. Todas estaban molestas e impresionadas. ¿Cómo es posible que una nueva les ganara el puesto?. Ese tipo de pensamientos inundaba su mente. De ahora en adelante tendría muchas enemigas.

Cuando la bella joven había recogido todas sus pertenencias, acompañó al sultán, no sabía lo que pasaría después pero tenía miedo. Ahora tendría muchas enemigas...a parte no sabía exactamente lo que tenía que hacer como esposa del sultán.

- mi nombre es Sadik Adnan. Tomé el puesto de mi padre después de su muerte.- habló tratando de romper el incómodo silencio.
- Oh, ya veo...ah, lo siento...no soy buena hablando...- me disculpé.
- ¡no te preocupes! - rió- Creo que lo mejor será que nos conozcamos primero, en lo que llegamos a tu habitación.

Me sorprendió el último comentario. Si sería su esposa...¿no tendría que dormir con él también?. Nuevamente, el sultán notó mi confusión y curiosidad...por lo que decidió explicarme. Era como si nuestras mentes estuviesen conectadas.

- sé que si te conviertes en mi esposa tendrás que estar en la misma habitación que yo pero dado a que todavía no me conoces, será mejor tener habitaciones diferentes.- sonrió.

¿Por qué era tan amable conmigo? Es decir...cualquier sultán me hubiera obligado a quedarme con él todo el tiempo pero él no es así...¿por qué? Es demasiado bueno conmigo que me confunde.

Hetalia One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora