Debí saber que no era la excepción para las incógnitas.
Por suerte la reunión fue rápida, algunas lágrimas, algunas historias de infancia, galletas, té y una buena cena. Así se despide a un muerto.
Faltaban 3 horas para medianoche cuando regresamos a mi apartamento.
Sí, regresamos, en plural. Jason seguía quedándose aquí, como si el asunto no hubiera acabado después de que detuvieran a Jeremías.
— ¿Mi parte del trato? — pregunto tomando asiento en el sofá de la sala.
— ¿Qué?
— Lo que mencionaste cuando bajamos del taxi.
Jason parece despabilar un poco y el semblante tranquilo, aquel parecido al que solía tener cuando andaba por los pasillos del instituto y que había vuelto luego del domingo, cambia a esa expresión desinteresada y peligrosa, altanera.
— Ah claro. — comienza mientras se deja caer a mi lado en el sofá. — Sé que Miriam no era tu primera opción, sé que el día en el que te pregunté fuiste por lo que te expondría menos ¿No es así?
Mi cuerpo vuelve a entrar en estado de alerta. Un escalofrío me recorre al sentir como el ambiente de ahora se parece tanto a nuestro primer encuentro, mi garganta se cierra involuntariamente al sentirme desenmascarada, por segunda vez.
— ¿Debo siquiera justificarme o responder? — pregunto después de un minuto en el que intento no entrar en pánico por el deja vu.
Jason ríe de forma ligera.
— No, está bien de esa forma. Tu parte del trato ¿es lo que te tiene tan curiosa? — asiento alentándolo a continuar — ahora que somos tan buenos amigos, si tú me ayudaste yo debo ayudarte.
— Se directo.
— Jeremías era mi primera opción. Jeremías siempre ha sido mi primera opción. Tú me estás ayudando con él ¿No debería yo ayudarte con tu primera opción? — pregunta de forma tentativa, la falsa inocencia se huele a kilómetros. Él no me lo está ofreciendo porque es justo.
O ¿tal vez estoy dudando mucho de él?
Supongo que debíamos comenzar a confiar uno en el otro hace un tiempo. Tal vez solo yo estoy desconfiando.
Él solo quiere devolverme el favor.
— Yo... No creo que sea buena idea otro asesinato. — comienzo a murmurar incómoda por la situación. — Ya sabes... Dos veces en el mismo círculo social, dos veces siquiera en el mismo instituto. Dejará de ser un homicidio apartado y pasará a ser asesinato en serie. La policía verá con más claridad si hay un segundo caso, los sospechosos serán menos pero más acertados.
Él acaricia mi mejilla con el dorso de su mano y me sonríe con amabilidad, una amabilidad que no luce falsa.
— ¿No te ha gustado la experiencia con Miriam? — pregunta tranquilamente.
Cuando abro mi boca, lista para dar un rotundo "No", mi mente enciende una luz roja, una luz que grita "No te atrevas a mentir".
Aunque la respuesta automatizada de nuestros cerebros, en éstas situaciones, suele ser la políticamente correcta, muchas veces no coinciden con la respuesta real, con la respuesta sincera a lo que se nos pregunta. La costumbre de pensar las cosas más de dos veces cuando me siento acorralada siempre me lleva a considerar los dos caminos.
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Pequeñas fantasías.
RandomLo que comienza en la mente puede acabar en la realidad, una pequeña idea puede ser el comienzo de grandes hechos. Muchas personas cumplen sus sueños gracias a esto ¿yo? Yo solo me condené. Una pequeña fantasía que alimentó al monstruo que veo en el...