Todo éste tiempo creiste que el cuchillo era de cartón ¿debería tener piedad por eso?
Me despierto a medianoche agarrando con fuerza las sábanas.
Otra vez esas pesadillas. Bueno, me gusta pensar que me desagradan estos sueños pero entonces ¿por qué siento tanta paz al tenerlos?
El de ésta noche continúa dando vueltas en mi imaginación cuando me preparo levanto a prepararme un té.
Me veo a mí misma guardando el cuchillo con sangre seca mientras estoy frente a la tumba de Miriam y escucho como siguen murmuran que buscando al asesino. Lástima que sólo es un sueño.
Río mientras sirvo el té y me siento en un taburete de la cocina.
La joven Mariannette con 12 años ya tiene su primer amor. El joven Jeremías ha logrado conquistar su corazón.
Mariannette había hablado con Miriam una semana atrás y le había confesado lo que sentía por el chico. Miriam le aconsejó que se confesara ante él hoy.
Entonces ¿Por qué Miriam lo estaba besando?
Veo el reloj que cuelga de la pared. 12:30, debo regresar a la cama.
Cuando vuelvo a abrir los ojos es por el ruido de la alarma. 7 am.
Bostezo y considero que tan importante es llegar temprano, a mí parecer no demasiado, al parecer de mis padres que pagan todo lo que tengo las tardanzas no son aceptables.
Vivo sola porque mi hermano mayor, el hijo estrella, no me quería en casa y ya que mi mamá no quería dejarme en la calle pero quería complacer a su gran hijo me dio un apartamento. Me siguen manteniendo pero ya no debo verlos cada día, todos ganamos.
Mi rutina matutina se lleva una hora así que opto por comprar el desayuno saliendo de casa a las 8:10.
Tengo tanto sueño aún después de salir de casa lista para el Instituto ¿que es eso de que luego de una ducha estás más despierto?
Camino rápidamente hacia la parada del autobús ya que hay una cafetería cerca de ese lugar. Cuando salgo de la cafetería con una bolsa de sándwiches y un café en la mano son las 8:35 y el autobús parece listo para irse sin mí.
Corro rogando no botar nada en el camino y subo al autobús por poco.
Media hora después estoy corriendo nuevamente a mi primera clase y pensando en varias excusas si llegan a ser necesarias. Gracias al cielo cuando entro al salón el profesor aún no ha llegado y puedo desayunar rápidamente antes de que la clase comience.
La primera clase es química, mi materia favorita, esa materia que te enseña lo fácil que es acabar con la vida de cualquiera por una intoxicación.
Ver ésta clase hace que mi día comience bastante bien.
La jornada de clases de la mañana pasa normal y cuando la campana suena y veo el sol radiante caigo en cuenta de que ya son las 12, es hora del almuerzo. No quiero abandonar el salón.Cuando me decido a salir encuentro a Jason en el pasillo con una mirada seria hacia la pared. Me detengo a analizarlo un momento.
Jason nunca está serio.
Cuando nota mi presencia parece salir de su pequeño trance y sonríe.
— Ah, al fin has salido, casi creí que no habías venido. — comenta riendo un poco.
Me encojo de hombros.
— Ojalá pudiera quedarme en casa. — digo con una pequeña mueca.
Jason sólo vuelve a reír y hace una seña con su mano para que lo siga en dirección a la cafetería.
Ambos vamos en un cómodo silencio como siempre que estamos solos. No conozco a Jason como a los otros del grupo. Me ha hecho enfadar, no lo negaré, pero no tengo buenas ganas de sacar sus intestinos por su boca.
Cuando llegamos a la cafetería sólo están Delly, Charlie, Jennie y Scarlet en nuestra mesa.
Jason y yo nos sentamos y él inmediatamente se une a la conversación. Yo dejo mi bolso en la silla y busco la bandeja con mi almuerzo.
Cuando regreso Jennie me da una mala mirada.
— Te estuve enviando textos anoche y nunca respondiste. — dice cuando me siento y alzo una ceja ante su gesto.
Ah, lo recuerdo, ni siquiera los abrí.
— Uh, ¿no respondí? Creí haberlo hecho, lo siento — respondo comenzando a comer sin darle importancia al asunto.
Jennie parece dispuesta a discutir.
— ¡Siempre haces lo mismo! Estoy cansada de tus excusas y de que nunca estés cuando te llame, la próxima vez que te hable más te vale contestar. — alza la voz señalándome con una cucharilla.
Dejo mis cubiertos en la bandeja y me acomodo en mi silla viéndola sería.
Delly se ha tensado, sabe lo que se aproxima.
— ¿Como dices? Sonó a una amenaza y a una orden ¿cual de las dos fue? — pregunto poniendo ambas manos en la mesa disimuladamente.
— Ambas — responde con altanería.
Sonrío tal dulcemente como puedo intentando calmarme.
— No veo porqué debo seguir tus ordenes, Jennie.
Ella ríe.
— Las vas a seguir porque yo lo digo.
El tenedor en mi mano actúa por si solo, incluso me sorprendo que no haya notado cuando lo tome, o que de verdad hubiera rasgado su mejilla dando paso a cuatro hileras de sangre.
Ups.
Jennie me ve con lágrimas en sus ojos y con el ceño fruncido antes de pasar la mano por su mejilla y hacer una nueva mueca por el ardor.
Unos segundos después está parada junto a mi silla lista para darme una cachetada. Lamentablemente mi mano es más rápida que la suya y luego de levantarme no pasa mucho para que ella esté con la cara contra la mesa y yo esté a punto de alzarla para volver a estrellarla.
Jason interviene con una simple frase.
— Las personas van a venir si escuchan más alboroto.
Es entonces cuando la suelto.
Agradezco al cielo que nuestra mesa está en la parte trasera de la cafetería y casi nunca haya más gente que nosotros ahí.
Cuando abro la boca para amenazar a Jennie caigo en cuenta de que decirle que no le cuente a nadie solo hará que ella se incline más a hacerlo.
— Imbécil. — es lo único que digo antes de tomar asiento nuevamente y volver a mi almuerzo.
Jennie toma su bolso con molestia y se retira.
— Delly, por favor dame mi peluche. — lloriqueaba la pequeña Mariannette a su amiga.
Delly solo reía más con cada lágrima que la niña soltaba.
— Sube por él. — dijo desde el tope de las escaleras.
Mariannette subió los peldaños.
— Ya lo he hecho, dámelo ahora por favor. — rogó.
Delly seguía riendo y con una mano alzó el peluche lo suficiente para que Mariannette no lo alcanzará siendo Delly varios centímetros más alta que ella.
Mariannette seco sus lágrimas y la miró con seriedad.
Poco después Delly estaba rodando por las escaleras y Mariannette abrazaba a su lobo de peluche.
— Hablaré con ella — dijo Jason antes de irse también.
Scarlet aún parecía estar asimilándolo mientras yo comía intentando calmar los deseos de ir tras Jennie y terminar las cosas.
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Pequeñas fantasías.
AléatoireLo que comienza en la mente puede acabar en la realidad, una pequeña idea puede ser el comienzo de grandes hechos. Muchas personas cumplen sus sueños gracias a esto ¿yo? Yo solo me condené. Una pequeña fantasía que alimentó al monstruo que veo en el...