El problema de ir sobre ruedas cuesta abajo es cuando nos negamos a utilizar el freno y disfrutamos la caída.
Despierto de un humor especialmente bueno así que cuando me paro de la cama soy cuidadosa de no despertar a Jason. Espero que no se vuelva a quedar porque patea cuando duerme y no obedece cuando le pides que se quede en el sofá de la sala.
Hago mi rutina de aseo y me dirijo a hacer el desayuno ya que he despertado lo suficientemente temprano hasta para perder algo de tiempo cuando acabe esto. Comienzo a cocinar panqueques y a cortar algunas fresas para hacer un batido, termino relativamente rápido y lo sirvo en la pequeña mesa de la cocina.
Regreso al cuarto para notar que ni con el ruido de la cocina Jason ha despertado. Sonrío antes de alzar mi pie y patearlo fuera de la cama.
— Ah, lo siento, no te vi. — respondo aguantando la risa mientras me tapo la boca con una mano fingiendo sorpresa.
Al otro lado de la cama Jason está sentado en el piso dirigiéndome una mañanera mirada de disgusto. Parece un lobo cachorro con el ceño fruncido y el cabello despeinado. Refunfuña algo antes de levantarse con pereza y estirarse, su pijama (la cual me sorprendió ayer ya que salió de su bolso junto a su cepillo de dientes) le da un estilo relajado aún cuando se está quejando de mi forma de despertarlo.
Le pido que se asee ya que el desayuno está en la mesa y obedece aún murmurando cosas como "voy a patearte cuando te descuides" y "la próxima vez te haré dormir a ti en el sofá, una dulzura.
Cuando lo veo desaparecer en el baño regreso a la mesa y me siento frente a mi desayuno a esperarlo. Veo el batido y frunzo el ceño, necesita más hielo. Me dirijo al refrigerador y tomo tres pequeños cubos de hielo que dejo caer en mi batido, odio beber cosas calientes o básicamente no-casi-congeladas.
La conversación de la noche anterior vuelve a mi cabeza, el plan de Jason era bueno, tenía cada punto en su lugar, pero... Sería tan limpio. Un intento de aborto, eso debe parecer.
Aún recuerdo cada palabra de Jason cuando me explicó paso por paso antes de dormir.
"— ¿Quien mejor que una de sus mejores amigas para sugerirle un buen lugar donde cumplir sus deseos de deshacerse del niño que lleva? — comentó sonriente, como si estuviera planeando una salida al parque —Hay una pequeña casa casi llegando a las afueras de la ciudad, pertenecía a una pobre señora de la ciudad vecina que murió hace poco, la casa aún no ha quedado a cargo de nadie por lo tanto por ahora está abandonada, tentador ¿no? Tu papel será comentárselo a Miriam, le darás la dirección cuando te pregunte más pero no te ofrezcas a llevarla o podrías llegar a parecer quien la llevó para matarla, aunque procuraremos que no parezca un asesinato — pasó su lengua por sus labios refrescándolos — nosotros llegaremos a la casa cuando ella "nos llame" pidiéndonos ayuda porque está en problemas...
— ¿Como haremos que nos llame? — pregunté antes de que él continuase.
Jason rodó los ojos.
— Se lo quitaremos antes de que vaya a ese lugar con excusas como que la pueden rastrear o algún cuento y nos llamaremos nosotros mismos — movió su mano restándole importancia — en fin, cuando lleguemos a la casa procederemos a acabar con su miserabilidad y luego llamaremos a la policía muertos de miedo porque nunca volvió y no nos dijo a donde iba"
Matarla sin que parezca un asesinato. Tan meticuloso. Tan aburrido.
Imagino el cuchillo abriendo sus costados, mis pies rompiendo sus costillas y mis manos tomando los trozos para atravesar sus pulmones. Glorioso.
Jason se digna a aparecer en la mesa ya listo para salir y me agradece por el desayuno cuando se sienta.
Ambos comemos en pacifico silencio.
• • • • • • •
Jason se quedó en mi casa lo que restaba de la semana, nos entregamos por completo al plan, lo pulimos hasta que no hubiera forma de que algo saliera mal.
Y aquí estoy ahora, 4 pm del viernes esperando a Miriam quien quedó muy intrigada al mediodía cuando le comenté sobre su creciente abdomen y ella, exaltada al creer que se notaba realmente, soltó toda la historia y me pidió ayuda. Casualmente "yo recientemente había escuchado de una casa a la que iban las jóvenes que querían abortar y eran atendidas por un viejo cirujano por un precio realmente bajo".
Mentiras, mentiras, cuanta adrenalina en las mentiras.
Jason se ha adelantado a mi casa porque estaba muy cansado, le pregunté porque no estaba durmiendo en su casa y me dijo que compraría un pastel para que no me quejase, pero no respondió la pregunta. Un pastel fue una buena oferta para que le diera las llaves.
— Muchas gracias por esperar, de verdad necesito la información. — soy sorprendida por Miriam quien se ve demacrada. Casi me siento mal.
Sonrio amablemente.
— Sabes que a pesar de todo puedes contar con mi ayuda, sobretodo en casos tan graves — digo apoyando mi mano en su hombro como señal de consuelo.
Ella me devuelve la sonrisa y me pide ir a una cafetería a hablar para que no nos escuche algún conocido. Yo acepto.
Vamos a una cafetería a unos 10 minutos de la institución y ella me invita un chocolate caliente mientras se ordena un café.
— Ahora sí, por favor cuentame — pide bebiendo su café.
— Bueno, sabes que a veces escucho algunas cosas en mi clase, como que la prima de Carol, la chica que se fue a Italia ya sabes, tuvo un embarazo no deseado y decidió abortar, pero no encontraba ni el dinero ni a alguien dispuesto a hacerlo — comienzo repasando la gran historia que me he inventado haciendo el mayor contacto visual posible — A todo esto, la chica fue a una casa que actualmente no tiene registro legal y allí encontró al cirujano del que le habían hablado y tal parece que era todo cierto, no le cobró casi nada, nadie se enteró de lo que pasó y ella tuvo un aborto exitoso. — tomo un sorbo de chocolate, ahora debo poner más atención — Estuvo adolorida unos días pero nada de infecciones ni alguna anormalidad. Pedí más detalles luego de que me comentaras el problema y aquí está la dirección y lo que cobra, la única regla que tiene es que no puedes ir dos veces, tu primera visita también es tu visita para el procedimiento y luego no puedes volver — sonrio con dulzura extendiéndole una hojita con la dirección y el monto. — Es como un secreto a voces pero parece todo lo confiable que puede ser un cirujano que practica abortos ilegales a menores de edad.
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Pequeñas fantasías.
RastgeleLo que comienza en la mente puede acabar en la realidad, una pequeña idea puede ser el comienzo de grandes hechos. Muchas personas cumplen sus sueños gracias a esto ¿yo? Yo solo me condené. Una pequeña fantasía que alimentó al monstruo que veo en el...