Amor Gatuno

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Pidge era una gata Scottish Fold color miel con blanco y sus ojos eran también de color miel. Ella vivía en un lindo apartamento junto a alguien más, su "mascota", era una chica alta, morena, cabello albino y tenía unos ojos zafiro.

Su nombre era Allura, era muy buena, sin embargo la estaba odiando en estos momentos.

Ahora va tener que compartir casa con el tonto,coqueto de su ahora esposo. Bueno aunque no la culpa, ella también preferiría a Lance antes que a Lotor.

Lotor era el exnovio de Allura, terminaron porque Lotor le había sido infiel. Ella siempre supo que él era malo, por eso le aruño la cara la primera vez que lo vio. Nadie podía ser tan perfecto.

En fin, estaba tentada a tirarse por la ventana pero sabía que Allura se volvería loca sin ella cuando ya se instalará en la nueva casa.

*★*★*

Ya estaban frente la casa nueva, estaba en brazos de Allura pero de pronto vio venir a Lance corriendo hacia ellas.

-¡Allura! - grito Lance muy feliz de ver a su esposa.

Allura la colocó en el suelo para poder abrazar y besar a su esposo.

Pidge empezó a caminar en dirección a la casa nueva. Cuando entró le pareció muy linda, al menos había una mejor vista.

- ¡Hola, soy Hunk!- exclamó un golden retriver detrás suya.

-¿Hola?- dijo Pidge dándose la vuelta e inclinando su cabeza un poco.

-¿Quieres jugar conmigo?

- No gracias.- contestó Pidge caminando para atrás.

-¡Vamos, será divertido!- exclamó invadiendo el espacio personal de Pidge.

-¡He dicho que no!- soltando zarpazo al aire para después salir corriendo.

-¡Estamos jugando!- exclamó feliz Hunk.

Después de decir eso los dos empezaron a correr por toda la casa causando un gran desorden. Hunk parecía muy feliz pero Pidge...No tanto.

Hunk ya había arrinconado a Pidge en una esquina de la sala de estar, ella solo se encogía cada vez más pero de pronto, salto un gato negro delante de ella y le gruño al perro que antes estaba enfrente de ella.

-¡Hunk, alejate ¿ Qué no ves que la estas asustando?!

-Oh, lo siento- dijo el perro.

-¡Hechate!- gritó el gato y el perro obedeció rápidamente.

Pidge se sintió impresionada, nunca en su vida vio  a un gato controlar a un perro y este hiciera caso. Cuando menos se dio cuenta, el perro de nombre Hunk ya no estaba cerca.

-Oye ¿estas bien?- preguntó el gato de pelaje negro.

- Sí, gracias.- contestó levantando la mirada, topándose con unos ojos morados que la estaban viendo intensamente.

-Sé que dan miedo al principio pero no te harán daño alguno.

-Eso espe..¡¿Harán, hay más de uno?!

- Creo que sólo has visto a Hunk, también esta Shiro pero no te preocupes, Shiro es más serio y tranquilo.

- Espero que tengas razón, por cierto ¿Quién eres?

- Soy Keith y ¿tú eres Pidge, cierto?

-Sí ¿Cómo lo sabes?

- Te escuché decírselo a Hunk.

- Pero no te ví en ningún momento.- dijo Pidge sorprendida de no haberlo visto.

-Estaba oculto entre los cojines del sofá.- contestó Keith riendo al ver la cara de Pidge después de escuchar su respuesta.

*★*★*

Ya habían pasado varios meses desde que comenzó su nueva vida. Todos ya se habían acostumbrado a su nueva vida, ahora amaba a Lance porque le daba a espaldas de Allura algo llamado tocino ¡Amaba el tocino!

También le gustaba pasar tiempo con Keith, era bueno tener otro gato cerca.

- Allura ¿Qué estas plantando?

- ¡Oh, Lance! Estoy plantando hierba para gatos. Ayuda a calmarlos cuando están de mal humor o estresados.- contestó y sonrió.

- Vaya, si hubiera sabido antes de ella, la hubiera usado con Keith- dijo mientras colocaba su mano en su nuca. Allura se rió de las palabras de su esposo.

- Creo que te hubieras ahorrado muchos aruñones y mordidas.

- ¿De qué crees que estén hablando?- preguntó Pidge, la cual estaba a la par de Keith mientras los miraban desde lejos.

- No lo sé, pero Lance parece como si hubiera encontrado la solución a todos sus problemas.

-Tal vez la haya encontrado.

- Tal vez.

-¡Pidge y Keith vengan, les tenemos una sorpresa!- gritó Allura moviendo su brazo aun incada en el pasto.

- Vamos a ver que tienen.

-Esta bien.

★*★*★

Los dos gatos estaban ya con sus mascotas y Allura empezó a hablar

- Mira que hay aquí Pidge, hierba para gato.- dijo la mujer de largos cabellos blancos.

Pidge después de escuchar eso no espero ningún momento para tirarse en la hierba.

- ¿Qué es eso?- preguntó nuestro gato negro mientras miraba a su amiga rodar de un lado para el otro.

- ¡Es hierba para gatos!- contesto mientras seguía rodando.

-Se mira tentadora.

-¡Es maravillosa, ven!

- Esta bien.

Después de eso nuestros dos gatos pasaron la tarde rodando sobre la hierba hasta cansarse.

- Nunca creí que me relajaría tanto en mi vida.- dijo nuestro gato negro mientras miraba hacia el atardecer.

- ¿A qué te refieres?- pregunto pidge mientras lo miraba.

- Yo... La verdad es que antes era un gato callejero y nunca podía relajarme. Siempre tenía que establecer prioridades, hasta que conocí a Lance. Él me recogió y me llevo a su casa, conocí a Hunk y a Shiro pero la verdad nunca pude entenderlos al cien por ciento, digo ellos son perros  y yo un gato, sentía que no encajaba para nada.

-Bueno, al menos no tendrás que preocuparte nunca más por nada y por no encajar. Ahora somos dos gatos.- después de que Katie dijera eso se acercó a keith y se acurruco en su pecho. En ese instante keith sólo comenzó a sentir algo cálido dentro de él y sabía que a no iba a sentirse sólo nunca más.

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