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El accidente en medio del Atlántico de un Airbus de Air France, el 1 de junio de 2009 cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París y que causó la muerte de los 228 ocupantes del avión, se debió esencialmente a un error de pilotaje, según los expertos de un segundo peritaje entregado al juez francés que instruye la investigación.
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Para los peritos, "las acciones inadaptadas en pilotaje manual" de la tripulación condujeron a que el Airbus A330 de la compañía francesa se precipitara al mar.
En el documento, que llegó a manos del juez el pasado 24 de septiembre, y cuyo contenido fue revelado por una asociación de familias de las víctimas, se dejan en un segundo plano las responsabilidades de Air France y Airbus, que están imputadas en Francia por homicidios involuntarios.
El elemento que estuvo en el origen del siniestro fue la congelación de unas sondas en el exterior de la aeronave, que acarrearon indicaciones erróneas sobre la velocidad. Una serie de incidencias técnicas y humanas condujeron entonces a que el aparato cayera al océano.
Según los peritos, "la causa directa del accidente es la pérdida de control de la trayectoria del aparato por la tripulación de conducción", en referencia a los dos copilotos, uno de los cuales -el comandante- estaba en ese momento ausente de la cabina.
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Otras "causas indirectas" son imputables a Air France por insuficiencias en la formación y en la información de su personal, en particular un entrenamiento insuficiente en el pilotaje a altitud elevada y en la gestión de incidentes sobre indicaciones de velocidad erróneas.
Por lo que respecta a Airbus, los expertos señalan la "ambigüedad de la clasificación del procedimiento STALL" sobre la alarma por una pérdida súbita de altura por el avión, aunque también puntualizan que eso había sido "validado" por la Dirección General de la Aviación Civil de Francia (DGAC).
Las familias, según "Le Parisien", han mostrado una cierta incomprensión por estas nuevas conclusiones que exculpan o limitan la responsabilidad de Airbus y querrían interrogar a sus autores, haciendo notar que hay contradicciones con un peritaje anterior. Por eso creen que hace falta un proceso público.
