Capítulo 3: Armónicos naturales

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Muchos dicen que el amor es un regalo, uno que no se da cualquiera, pero que se da sin segundas intenciones. La realidad era distinta a esta creencia, esa idea del amor era vendida y ya hasta se creía que era algo de películas o un mito, ¿quién podría amar así en estos tiempos donde todos son tan exigentes?

Pero sí había personas así, personas que entregaban su corazón a la persona que amaban más, pero ¿qué es lo que pasaba? Su corazón que no fue pedido era rechazado entonces, y como quien persigue al sol todos los días, pero este se aleja, la persona amada nunca podía ser alcanzada. Y uno quedaba con la mano extendida y tirado en el suelo después de haberse esforzado tanto en correr detrás de esa persona.

Satou había corrido mucho, había tropezado muchas veces y las personas que debían levantarlo y apoyarlo, ya no estaban; el destino es cruel con algunas personas. Corrió por una oportunidad de redimirse y se le fue otorgada, después siguió corriendo y ofreció su compañía y apoyo a cada amiga que tenía, así como a amigos.

Y luego había corrido para acercarse lo mejor posible a personas que parecían inalcanzables, pero sus conocimientos eran pocos y cuando creyó que por fin Miku había dejado de estar tan lejos de él, se sintió afortunado y feliz, tal vez tanto que no pudo ver sus motivos ocultos.

¿Cómo podría verlos si él tenía esa idea de que el amor es un regalo sin segundas intenciones, sin motivos ocultos?

Por otro lado, la chica e idol exitosa, Miku Izayoi, no tuvo por qué correr para nada, de hecho, desde el principio estaba estancada, Shidou se esforzó para alcanzarla, hasta que lo logró. Después de eso, pensó que Shidou estaría siempre ahí, así que no tenía que alcanzarlo, ¿para qué si era él quien se había esforzado tanto por alcanzarla a ella?

Miku nunca tuvo que correr, sin embargo, para alcanzar a Shidou nunca escuchó el disparo de inicio para iniciar la carrera. Y cuando se dio cuenta, era demasiado tarde, él había escogido a la ganadora y no era ella. Así que optó por una segunda opción, sabiendo de antemano que esa opción ya estaba ganada.

De nuevo, no tuvo por qué correr para alcanzar a esa persona. Tampoco tenía competidoras, ni obstáculos. No había nada ni nadie entre ella y Satou Matsuo.

Había sido una victoria total, aunque ella lo escondió por un tiempo, al menos hasta que el secreto que había entre Kanade y Shidou saliera a la luz. Cuando ese hecho ocurrió, salió también a la luz de que ella quería a Satou y no lo dejaría.

Él era feliz y vivía en un sueño hecho realidad, tal vez más sueño que realidad, y ella solo se consolaba con la segunda opción. Hay personas que no son agradecidas con el regalo del amor, incluso cuando lo tienen todo.

¿Qué más le faltaba a Miku Izayoi en su vida? Era una joven y bella mujer, su cuerpo ilusionaba incluso a los hombres casados y hacía voltear miradas en la calle por más que estuviera tapando su cuerpo, su voz cautivaba a la gente y su carrera iba subiendo más y más, tenía una casa con todos los lujos a excepción de una alberca, no tenía por qué ensuciarse las manos teniendo a una servidumbre a su servicio. Y también tenía el amor.

Sí, ella era amada, pero era diferente del amor por su cuerpo que tenían los hombres que la veían, era diferente del amor de sus fanáticos y fanáticas que admiraban y disfrutaban de sus obras musicales y de su voz cautivadora, era un amor especial y distinto del resto del mundo.

Era respetada tal princesa, cuidada como a una niña, protegida como el tesoro más valioso, admirada como una artista, se le tenía el cariño que se le tiene al oso de felpa favorito, cuando uno es niño o niña, era dueña de alguien que estaba dispuesto a hacer todo por ella, como si ella fuera una dirigente de una revolución.

Amor MelódicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora