Te invito un café.

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CAP 2.

Pasaron dos días en los cuales Yuta sentía calma, había leído parte de un libro que recién había adquirido, había tomado su café favorito y había estudiado lo suficiente para tener series de ideas para las siguientes clases. Pero también habían sido dos días donde por su parte, JaeHyun no había tenido calma, sentía aún aferrarse a su capricho de tener sexo con el chico castaño, así que no hizo nada relacionado hasta volverlo a ver, seguramente, pensaba el, se había negado para hacerlo interesante, pero caería, pronto caería para él.

El lunes llego, Yuta a temprana hora había asistido a sus primeras clases con su abrigo largo y su ropa ligeramente ajustada, solo lo suficiente para lo verse "anticuado" del todo, comúnmente a las 12 en punto salía a tomar un descanso y un desayuno, algo simple como un emparedado, un jugo y algún snack de cereal aunque cuando tenía un poco más de dinero en la cartera, decía cambiar lo último por alguna fruta de temporada.

JaeHyun había salido desde muy temprano de su elegante casa en dirección a las oficinas de su empresa, más que ser poderosa y millonaria, era el escudo o disimulo de sus lujos ante la prensa y sociedad.

Regularmente allí revisaba papeleo de la misma y alguno que otro contrato ilegal con poderosas empresas que requerían de sus servicios de proyección, negociación de productos y demás. Pasaba el día así, cuando éstos eran calmados bebía un café sin azúcar, consumía un platillo en un restaurante cercano y al atardecer era cuando visitaba las escuelas universitarias. Ese día, en mente estaba visitar la misma que el viernes pasado, cosa que no hacía regularmente en búsqueda del chiquillo que le había negado la invitación.

El tiempo pasó rápido y bondadoso para ambos, Yuta por su parte disfrutaba de estudiar, le gustan sus cátedras y la calma que obtiene en la biblioteca del recinto para escribir, para hacer tarea o planificar algún proyecto el tiempo no es molesto hasta que no alcanza para sus actividades. JaeHyun por su parte había pasado el día con monotonía, esto no era común en su dedicación pero la semana venía llena de papeles y nada más. Sus hombres vigilando sus centros de convenciones, eran de los días más calmados del año, nada impresionante solo zona de casería para el alto.

A las 6 p.m. en punto se encontraba en la salida, vistas hasta de una que otra maestra joven sobre él, susurros entre la gente e inclusive insinuaciones con señas y posturas, todas rechazadas por el, quién solo buscaba con la vista al chico pasado, de quién ni el nombre sabía y no se había molestado en buscar ni investigar.

— ahí estás de nuevo, ¡Hey! — exclamó inmediatamente le vio cerca, pero este parecía tener la misma calma y desinterés en él.—

— no tengo tiempo, lo siento. — escucho como respuesta, no tenía en mente una técnica de seducción, porque el japonés no se prestaba, así que tardó en responder.—

— te invito un café, te dejaré de seguir si aceptas. — propuso, cosa que después de pensar también había sido extraño para el mismo, regularmente y casi siempre, directamente va al tema de follar, no tiene interés en conocer a las personas a las cuales no les hablara después.

— tomaré el café, pero no más de una hora, mis responsabilidades del día, debo realizarlas.

El punto llegó a JaeHyun como una excusa, era perfecto leyendo personas, pero extrañamente había éxtasis en solo dejarse llevar, sin necesidad de sus cuerpos rozar.
El menor subió a la lujosa camioneta con curiosidad, pensando en el riesgo, pero tomando una decisión como aventura entre tanta calma.

Y tal como había dicho, le llevó a una cafetería elegante, a la que Yuta no había visitado por la zona y porque, más allá de dinero en arquitectura no consideraba interesante. JaeHyun buscaba impresionar, que su dinero llenará lo que él creía buscaba el japonés.

Entre plática, plática amena y silencios sin incomodidad, Yuta se dió cuenta que al final había tomado una buena decisión y JaeHyun, entendía, que el otro no se hacía el "difícil" por interés, que su personalidad, realmente giraba en calma y paz.

— Me gusta la poesía, aunque no creo ser un buen poeta, el tiempo no regresa, lo tomo con habilidad. — comentaba dando un trago a su café, el japonés.—

— la vida solo es una, sin miedo a la muerte se vive plenamente, lo hago al límite. — presumía, con una sonrisa ligera el mayor.

— La escuela es interesante, la calma de la biblioteca.. ah, difícilmente hay sensaciones así en la ciudad, así que aprovecho, sensaciones reales. — hablo el japonés, aunque su coreano era forzado, su semblante era relajado. —

— ¿Eres chino o japonés? — pregunto espontáneo y directo, como regularmente es JaeHyun.—

— Japonés, Nakamoto Yuta, un placer. — lo último, pronunció en su idioma natal, sintiéndose más cómodo de informar aquello, para no presionar su coreano al hablar como había hecho hasta el momento.—

— Entiendo, chico bonito. Después de pagar la cuenta, habrá sexo, ¿Verdad? — descarado, arruinó el momento, dándose cuenta después y lamentándose ligeramente, pero importandole al final más un acto carnal.

— no, no quiero tener sexo, fue bastante agradable, pero por favor, no me busque más. — corto Yuta, levantándose, dejando un reverencia como cortesía y saliendo del lugar, para su gusto, muy descarado.

JaeHyun por su parte ya no insistió, le dejó ir y pago, pensando en que nuevamente la oportunidad de cumplir su capricho de había esfumado, pero el no tomaba órdenes, el insistiria hasta salirse con la suya como siempre hace, hasta sentirse satisfecho.

Sin saber que, pronto aquella insistencia, aquellas charlas, formarían eso que no buscaban, eso qué es casualidad y que te envuelve sin pensarlo y al natural.

Querer.

Lealtad ↻ JaeTa. 『 JaeHyun x Yuta 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora