Capítulo 9 La historia de un sacrificio de amor

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Wayo

-Te escucho-.... Le dije a Lin Jing... el me mira con asombro, no descifro porque su asombro, pero sí él tiene la respuesta que busco, la quiero escuchar, en ese momento mis fuerzas regresan... el suspira y me dice...- ¿recuerdas el libro que me trajimos de Tailandia? Búscalo-, salgo de la cama, busco debajo de mi cama la caja donde lo he mantenido oculto de Maemd y de él mismo...

Al sacarlo recuerdo la condición de mi abuelo la última vez que lo vi, la sombra de la tristeza llega de nuevo, pero la voz regresa a mí, esta vez con más fuerza, - es tu destino- esa voz, dime quien eres, susurro... -es Sang mi mejor amigo el es que te ha estado hablando, él me envió a buscarte, a guiarte en este camino, que tendrás que recorrer-...dice Lin Jing

-Antes de explicarte debes conocer la historia, que a partir de hoy será tu historia-....

Lo miro con incredulidad, pero asiento al escuchar sus palabras... -dime que es lo que debo saber-, con una voz llena de determinación, yo mismo me asombro de escucharme, pero, aun así, me siento al borde de mi cama... en espera de que Lin Jing, me explique la situación....

-No puede ser aquí que hablemos Wayo-, espeta el joven, lo miro por un momento, y logro entender su preocupación, Maemd.... Esa mujer podía aparecer en cualquier instante, como si pudiese mover la nariz y desear está aquí, como esa película norteamericana, sobre una bruja, que movía su nariz y las cosas a parecían o ella simplemente desaparecía....

-De acuerdo ¿a dónde sugieres que vayamos? -... le digo sin quitar mi mirada de la suya, -pon la mano donde tienes el anillo de Surin sobre el libro-, me indico Lin Jing... había olvidado el anillo por completo... Kalan se lo había dado la última vez que se vieron, quizás la última, suspiro Wayo, pensado para sí mismo... -de acuerdo-...

Puso su mano sobre el libro e inmediatamente sintió que una luz blanca brillante lleno el lugar, sintió como si el tiempo se hubiera detenido.... En ese instante Lin Jing, tomo la mano del joven a su lado y cruzaron lo que le pareció a Wayo un arco de luz, -démonos prisa-, espeto, Lin Jing, -pronto ella notara el tiempo-... pasaron por el arco.... Wayo sintió que al cruzar algo en su interior algo se removió, como si tuviera mariposas en su estómago...

El arco de luz desapareció, Lin Jing condujo a Wayo por un pasillo largo, que parecía infinito, todo a su alrededor era blanco, no había muebles o cosa alguna a su alrededor, solo las paredes, cuando por fin llegaron al final del pasillo, se encontraron con una entrada que estaba cubierta por unas sedosas cortinas blancas, cruzaron para encontrarse con un hombre vestido de blanco...

Lin Jing se inclinó ante la presencia de aquel hombre, se giró al escuchar nuestros pasos, su mirada, su mirada transmitía una paz, que lleno mi corazón de una manera increíble, me sentía seguro, por fin había vuelto a sentí esa sensación, que se había marchado de mi corazón desde que mamá y Ming no estaban cerca de mí, el hombre sonrió y se dirigió a Lin Jing, -amigo mío, levántate, no debes inclinarte, eres mi amigo-, este solo sonrió con tristeza, -lo sé, pero debo pagar por mi error-... susurro Lin Jing

Mi error... esas palabras tocaron mi corazón y sentí algo de angustio por Lin Jing, sé muy bien que él no es un secuaz de papá, porque aun cuando él se enteraba de mis llantos, y mis continuas llamadas a los chicos y a Phana, nunca me maltrato, nunca le dijo nada a papá y cuando Maemd llegaba de sorpresa, siempre estuvo pendiente de mí, si ella se acercaba a mi... pero que error pudo cometer él...

Como si hubieran podido leer mis pensamientos, el hombre de blanco, dijo sin más - todos cometimos errores en ese tiempo, pero ha llegado el tiempo que todos será corregidos y tu Wayo eres el salvador- mientras decía esto su cara se mostraba esperanzado, a lo que replique, -debes estar equivocado... solo soy yo, un simple chico, que está solo en esta vida, mi madre se marchó debido a su depresión, mi hermano simplemente desapareció, junto a mis amigos... junto con el también-...

Amarte en tú pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora