Capítulo 3

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Cuando renato volvió a la planta baja había incluso más personas en la casa y comenzaba a sentirse un poco claustrofóbico. Su plan era no despegarse de Lautaro en toda la noche y hasta quizás se permitiría un shot de lo mejor que tuvieran (iba a necesitar consultarle a Bárbara acerca de eso)

Sin embargo, supo que eso no iba a ser posible en el momento en que vio como le metía la lengua hasta la garganta a Martín contra una esquina del living.

Si era honesto, quería estar con alguien también, su novia probablemente. Él siempre se había preguntado por qué a la gente le gustaba tanto eso, por qué todos decían que era tan divertido.

Se prometió a si mismo preguntarle a Thais si le gustaría intentarlo la próxima vez que la vea, que sería probablemente el domingo en la iglesia.

El living estaba lleno de gente que ni siquiera conocía, o reconocía en su caso, bailando, bebiendo y besándose. No tenía idea de qué música estaba sonando, algo sobre una noche mágica en Buenos Aires.

"Vamos a tomar algo." le sugirió a Lautaro, porque lo mejor que podés hacer en una fiesta cuando no sabés qué hacer, es ir a tomar algo.

Hicieron su camino hasta la cocina, que no estaba tan llena, gracias a Dios.

Vio a Sebastián recostado contra la mesada, compartiendo un porro con otro chico que Renato encontró irrelevante.

"Eh... ¿Dónde puedo tomar un poco de agua?" Se encontró preguntándole a Sebastián, quien le lanzó una mirada como si hubiera dicho la cosa más estúpida del mundo.

"¿Agua?" dijo con una sonrisa burlona, ni siquiera lo estaba mirando a él, tenía sus ojos fijos en Lautaro. "¿Cómo se llaman?"

"Yo soy Lautaro y él es Renato." Respondió su amigo rápidamente, y él le lanzó una mirada incrédula porque Lautaro de verdad se estaba sonrojando y además él nunca hablaba con extraños, era más del tipo chico tímido.

"Lautaro." repitió Sebastián y Renato tuvo un deja vu de la noche en que Gabriel había repetido su nombre. "¿Vos también querés agua, Lautaro?"

"Prefiero una cerveza, por favor."

"Bien."

Sebastián le pasó el porro al otro chico e hizo que se fuera, antes de sacar dos vasos rojos de una bolsa llena de ellos.

Llenó uno con Stella Artois y el otro con agua, y se los entregó.

"Nos vemos." dijo mirando a Lautaro antes de irse.

"Te estaba coqueteando." le dijo Renato tan pronto como estuvieron solos.

"¿Qué? Mentira, ¿o sí?"

"¿Qué importa? Era un chico, Lautaro. Y vos sos un chico- esperá. Vos sos... vos no sos gay, ¿no?"

Lautaro se sonrojó y los ojos de Renato se abrieron como platos.

"¿Cómo podés saberlo? ¡Nunca besaste a nadie!"

"Como que siempre preferí al profesor Green antes que a la profesora Ridge, o a cualquier otra profesora mujer. Pero, por favor, no me juzgues Renato, Bárbara es la única que sabe."

Frunció el seño, no sabiendo cómo reaccionar ante la confesión de su mejor amigo. Si lo pensaba, él también siempre prefirió al señor Green, el joven profesor de francés, antes que a la señora Ridge. Pero... eso no significaba nada, ¿o sí?

¿Acaso estoy teniendo mi crisis gay? ¡Tengo novia por Dios! Ser gay está mal.

Necesito alcohol.

baby heaven's in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora