Capítulo 8

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Cuando Renato despertó a la mañana siguiente, Thais ya no estaba en la cama. La encontró en el living, sentada en el sofá entre Gabriel y Bárbara, desayunando algo que seguramente habían ordenado.

Todo el mundo estaba ahí ya, vestidos con la ropa de la noche anterior, luciendo cansados pero contentos.

"Buenos días." dijo a nadie en particular y casi todos lo saludaron de vuelta con sus bocas llenas.

Renato encontró un lugar a un lado de Martín en uno de los sillones. Eligió un muffin con chispas de chocolate de la bandeja que estaba llena de frutas y dulces.

Lo picoteó por un rato, intentando no hacer contacto visual con Gabriel. Se sentía un poco raro por lo que había pasado la noche anterior, justo como ese día después de que el rizado lo había hecho acabar. Pero eso se acabó eventualmente, porque Gabriel estaba actuando normal, burlándose de él durante el desayuno y haciendo bromas.

Cuando Thais les dijo que había dormido mejor que en semanas, Gabriel hizo contacto visual con Renato y le guiñó un ojo, mordiéndose el labio.

No pudo contener la sonrisa que apareció en su rostro y Thais le sonrió de vuelta porque pensó que iba dirigida a ella.

"Entonces, ¿qué vas a hacer para tu cumpleaños, Renato?" ella peguntó mientras tomaba lo que quedaba de su vaso de jugo de naranja.

"Estaba pensando en hacer una fiesta en la piscina del hotel de mi tío." respondió y Bárbara asintió ansiosa.

"¿Tu tío es dueño de un hotel?" Sebastián preguntó sorprendido y el castaño asintió.

"Alveat Palace."

"Es el más caro. De Argentina." intervino Gabriel.

"Por supuesto que lo es."

Terminaron el desayuno a las doce menos cuarto, y para el mediodía ya registraron su salida. Y si Renato reportó a la mujer de la puerta por acostarse con un cliente, bueno, no era asunto de nadie más que de él.

La semana siguiente estuvo ocupado con dos exámenes más, y finalmente habían terminado con las pruebas por el momento. Thais fue a su casa cada noche, y a él no le importaba el hecho de que lo único que hacían antes de dormir era besarse un poco. Raras veces se acurrucaban si quiera, y Renato estaba bien con eso.

No sabía si debía sentirse culpable por el hecho de que Gabriel lo había hecho tener un orgasmo y viceversa, o porque no se sentía ni un poco culpable por eso.

No había visto a Gabriel desde el día después del baile, y para ser honesto, estaba un poco nervioso por su fiesta de cumpleaños. Iba a comenzar en dos horas, y sabía que él iba a ir, y también que todos iban a tener su propia habitación en el hotel.

La mamá de Renato había ordenado su traje de Dolce Gabbana, y él estaba muy emocionado por usarlo, porque era el más costoso hasta ahora. Era muy terso y tenía unos zapatos a juego, y una realmente linda camisa negra con cuello blanco. Su pelo estaba arreglado en un suave flequillo y no podía estar más emocionado.

Su familia entera asistiría, pero sus padres le prometieron que se retirarían después de cenar para dejarlo con sus amigos.

La fiesta comenzaría en el restaurante primero, donde todo el mundo podría comer y su familia podría asistir también. Después cuando los adultos y los niños  pequeños se fueran a sus habitaciones, llevarían todo a la piscina techada, donde está el enorme bar y un DJ.

Y Renato estaba extremadamente feliz porque podría beber frente a sus padres y sentirse oficial. La torta iba a llegar a media noche -tenía seis niveles de diferentes colores y sabores, y dieciocho cupcakes en la base, cada uno con una velita para para que la soplara.

baby heaven's in your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora