Capitulo 4

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Samuel

El comedor era largo y grande, cabían exactamente doce personas, estaba cubierto por un mantel azul lleno del polvo que mi padre y yo tuvimos que quitar y lavarlo dejando la mesa al descubierto, ya tendríamos más tiempo de descombrar pero por el momento, después de que fuera con Antonio para pedirle empleo o que me recomendara algún lugar para trabajar ambos preparamos una rica cena. Y ahora mi padre estaba sentado mientras yo servia la cena.

-¿Y como te fue?.-preguntó tomando el plato que le ofrecia.

-Bien, parece buen tipo, y me dijo que estaría a supervisión de su hija.

-No entiendo porque quieres trabajar. Tienes dinero suficiente para mantenerte de por vida. Y si fuera diferente ¿Por qué de eso cuando eres arquitecto?

-Quiero distraerme. -me limite a decir.-¿Café?

-Si, trae la cafetera, sabes que me encanta el café por las noches.

-Aun no entiendo cómo te puede relajar, yo tomo café en la noche y no duermo. -dije trayendo conmigo la cafetera y un vaso de agua.

-Da igual. Lo que quería preguntarte es si sabes como hacer una cerca.

-No, pero él me dijo que no había problema, su hija me ayudaría en todo lo que necesitara.

-Vaya.-dijo y comenzó a comer.-¿Y conoces a su hija?

-No recuerdo mucho de ella. Pero la conoceré mañana.-conteste restándole importancia.

Enserio quería esforzame en salir adelante, que estuviera en otro lugar me ofrecía una nueva oportunidad pero al estar solo no podía evitar pensar en Emily y en cuanto le habría gustado este lugar, el muelle, el sendero, el puerto...sobre todo la playa, a Emily le encantaba la playa, sin embargo a mí me aterraba, y ella lo sabía por eso nunca insistió para que fuéramos.

Nunca sabra cuanto me arrepiento de eso, de no poder cumplir todo lo que alguna vez soñó o deseo, como ir a un paseo por la playa, los dos juntos, tomados de la mano, o de crucero, de pesca.

Fui tan tonto...ella dio tanto por mi, y yo no pude dar nada por ella.

-Samuel.-la voz de mi padre me saco de mis pensamientos.-¿Estas bien?-pregunto mirándome con recelo, estaba seguro que él sabia en quien estaba pensando.

-Estoy bien papá.-dije forzando una sonrisa y continuamos cenando.

Después de cenar, al irme a la cama, no pude dormirme inmediatamente, di varias vueltas encontrando una postura cómoda para dormir y me rendí después de intentarlo por lo que pareció más de una hora, al final me quedé de lado, observando el lado derecho completamente vacío.

No sabía exactamente cuanto tiempo me quede en esa posición, observando el lado vacío como si fuera lo más importante para mi, y esa noche comprendí que no importara cuanto me esforzara.

Emily tal vez nunca saldría de mi mente, y de mi corazón.

Al amanecer los rayos del sol pegaron directamente en mi cara y tuve que parpadear varias veces para acostumbrarme a ellos, el canto de los pájaros se podía escuchar claramente y para cuando baje después de una larga y refrescante ducha mi padre ya no estaba. Tome la cafetera y me bebí el poco café que quedaba.

Conducí la camioneta de mi padre rumbo a la casa de Antonio, tomando el atajo por el sendero para llegar lo más rápido posible, no me había dicho la hora en la que iniciaría pero suponía que tenia que ser lo más temprano que se pudiera.

-Buenos días.-dije al bajar y verlo discutiendo con una mujer. Y si, casualmente la mujer del dia pasado.

-Buenos días Samuel. Te presento a mi hija, Andrea.-dijo y sonreí acercándome a ella y tendiendo mi mano en forma de saludo para que la estrechara. Lo hizo, aunque no se veía del todo cómoda.

Por siempre. Te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora