Capitulo 5

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Andrea.

-¿Qué te parece hasta ahora?-preguntó Samuel mientras me enseñaba los avances de esta semana, la verdad es que no tenía palabras, ya casi acabaría y apenas llevaba tres semanas, aunque posiblemente había avanzado tanto por las horas al día que se quedaba y eso era lo que me tenía sorprendida, no parecía importarle quedarse hasta las 8 o 9 de la noche para trabajar, no quiso que le pagáramos esas horas y hasta parece que lo disfrutaba.

Samuel era muy extraño, a nadie le gustaba trabajar tanto sin ser recompensado.

-No esta mal.-respondí sin darle mucha importancia.

-Siempre dices eso.

-Este no tengo nada más que decir.

-La pintare cuando la acabe.

-Que sea de negro.

-Que tiene de especial el color negro.

-Me gusta. -dije observando como devoraba sus sándwiches.

-¿Gustas?-preguntó pero negué.

-No, odio ese tipo de pan, se me pega en los dientes y el paladar.

Nos quedamos en silencio unos segundos y habló de nuevo.

-¿Y qué hacen aquí para distraerse?-me pregunto sirviéndose un poco de agua.

-Montamos.-me limite a contestar.

-¿Montar?

-Sí, montamos a caballo, hay competencias de hecho, navegamos, pescamos, hacemos otras actividades como el voleibol de playa, o el surf pero lo que más se disfruta son las cabalgatas.

-Vaya.

-Si. –conteste. Me levante del lugar en donde estaba para irme de ahí, tenia que ir al puerto a encontrarme con Charles, pero al dar un paso atrás mi pie resbaló, todo paso muy rápido y cerre los ojos llevando mi hacia atrás para amortiguar la caída pero nunca caí.

-¿Estas bien?-preguntó sosteniéndome entre sus brazos y contuve la respiración.

Era la primera vez que lo tenía tan cerca, habíamos hablado diario de las tres semanas que estuvo trabajando, pero en ninguna ocasión nos acercamos tanto como hasta ahora, su brazo izquierdo sostenía mi brazo izquierdo y su mano derecha estaba tomando mi cintura. Durante este tiempo me había hecho creer que el enamoramiento que había tenido en la adolescencia hacia él había muerto, pero me estaba engañando a mí misma, cada que lo miraba estremecía y ahora que me tenía entre sus brazos me costaba incluso respirar. Y... hubiera preferido caer, por lo menos me hubiera librado de darme cuenta de la cruda realidad.

Seguía queriéndolo.

-Estoy bien. -le dije saliendo de su agarre y el asintió.

-Debe tener más cuidado, hay partes que están más resbalosas, la tierra en este lugar sueñe engañar.

-Lo se.-me limite a decir y camine hacia Diablo, subiéndome en el y comenzándome a alejar.

La noche del viernes me encontraba llegando del puerto, el sol se había ocultado hacia unas horas, pero el bochornoso calor aún estaba en el aire, la tierra estaba húmeda y lodosa, el aire cálido y sofocante, mientras que la luna brillante acompañada de estrellas iluminaba la noche.

Después de mi primera clase de navegación junto a Charles, no pensé que fuera tan difícil pero definitivamente lo era, complicado, agotador, y estresante dado a que Charles se ponía histérico cada que hacia algo mal. Pero no quería considerar mi primera clase como un fracaso. Más bien como un pequeño tropiezo antes de mi gran éxito.

Por siempre. Te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora