2

1.1K 109 170
                                    

Las valijas de Jack se encontraban listas sobre su pequeño colchón, con unas sabanas blancas medias gastadas y viejas, rotas. Poco rato después, su padre entró por la puerta, con una gran sonrisa en su rostro, era uno de los mejores días de su vida, desde que aquel pequeño nació, claramente.

El hombre Miró a Jack a los ojos y, sin quitar la sonrisa, dijo:

- vas a ir con gente de mucho dinero, yo no tengo para cuidarte. Tienes muchos gastos, niño. - Jack asintió, comprensivo.
- voy a ir... ¿Con algún otro familiar o que? No... Entiendo. - el mayor río, mientras negaba.
- ya lo sabrás, pequeñito. Ahora agarrá esa valija y muevete, nos tenemos que ir lo antes posible. No le gusta esperar. - aclaró el hombre.

Jack seguía sin comprender ni saber quién era la persona con la que quizás pasaría el resto de su vida, y que tenía mucho dinero. Igual, era algo que al chico le iba y le venía. Estaba acostumbrado a algunos días ni comer por la falta de dinero, entonces el dinero era algo que no le importaba en alguien. Él solo quería alguien que lo cuidara, lo amara, pero el no tenía a nadie en su vida que hiciera eso con él, y tampoco iba a rogarles.

Tomó su pequeña maleta parda y su mochila, donde llevaba las cosas más importantes, o las pocas prendas que poseía. Tomó su mochila con un cuaderno que tenía para cuando se aburría y un lápiz, para luego disponerse a salir de su, pequeño y nada acogedor, hogar.

Un hombre de traje oscuro y lentes igualmente oscuros, se encontraba parado a un lado de un auto muy lujoso, en frente de su casa. Jack quedó boquiabierto al ver el brillo que aquel transporte tenía, y más cuando se dio cuenta de que allí lo llevarían a él.

Wolfhard bajó del auto, mientras se quitaba los lentes. Se dirigió directamente hacia Jack y su padre, quien se encontraba parado allí, con una sonrisa gloriosa en su rostro. Se acercó lentamente a Jack y guardó los lentes en su bolsillo, para luego colocarse a la altura del menor.

- Hey, hola. - le dijo Finn, de una forma tranquila y con una dulce sonrisa, a Jack. El chico no respondió; se limitó a mirar de reojo a su padre. ¿Quien era ese hombre? - Lo se, si no quieres no respondas. No hay problema. Me presento, soy Finn Wolfhard. Supongo que tu padre no te dijo absolutamente nada de mí, así no te resistias a irte de tu casa, pero ahora vivirás conmigo, y debes de hacerme caso, ¿Si?

Jack no entendía, ¿Su padre lo estaba mandando a vivir con un desconocido? Comenzó a preguntarse si le pagarían por él. Aunque lo quisiera, le molestaba. Él siempre había trabajado para su progenitor, para que no se enojara y pudiera todos los cenar. De hecho, había dejado la escuela para tener más tiempo y conseguir dinero. Su padre se aprovechó de eso, y lo prostituyó, le daba más dinero del que le daba el kiosco en donde el pequeño trabajaba antes. Y, por lo que faltaba, ahora lo estaba vendiendo. ¿Su padre no lo quería como Jack a él? Una lágrima rodó por su mejilla, y su vista se nubló.

Finn miró al pequeño y, sin dudarlo, lo estrechó en sus brazos. Jack reaccionó un rato más tarde, y dejó que el mayor lo abrace. El mayor, al separarse, tomó de la mano al pequeño y le hizo una seña para saber si quería despedirse de su padre; Él negó, entonces se dirigieron ambos al auto, tomados de la mano.

Jack, al sentarse a un lado de Finn, se puso nervioso, y se limitó a mirar de reojo al hombre. Llevaba puesta ropa bastante formal, un traje oscuro parecido al de él chofer, pero se veía mucho más caro.

- cuando lleguemos a la casa, te cambiarás y luego iremos por ropa nueva, ¿Te parece? Sé que no tienes tanta ropa, y está muy gastada, y yo me prometí a mí mismo que te iba a cuidar, me parece que no está bueno que andes con ropa así, y menos solo porque tu padre se le dio la gana de tratarte mal. - Jack miró a Finn, sorprendido. En su vida le habían comprado, como mucho, tres veces ropa, y era de la usada, la más barata. En los ojos de Jack se podía notar un brillo especial, el cual enterneció a el otro. En el rostro del mismo se formó una sonrisa y Jack de apresuró a responder.
- oh, señor Wolfhard, no es necesario. Estoy acostumbrado a ésta ropa, ya sabe. Quince años con lo mismo... - Finn negó con la cabeza, y miró a Jack.
- cariño, conmigo no va a faltarte nada, ni siquiera amor. Si es que tú me dejas dártelo. Pero deberías recibir lo que te doy, por favor. - el menor sintió que su rostro se hervía, ¿Había dicho que no le faltaría amor? Si, realmente el señor Wolfhard era atractivo, pero no entendía el sentido en que lo decía, y lo avergonzaba pensarlo ya que el se lo imaginaba de una forma, que quizás jamás podría ser. - y puedes decirme Finn, no me digas señor Wolfhard, suena muy formal.
- disculpe, señ... Finn. Quiero tomar el atrevimiento de preguntarle... De qué forma dice lo del amor. - los cachetes del niño enrojecieron, y Finn río. No respondió, y se limitó a mirar por la ventana, evadiendo la pregunta del chico.

Cuando llegaron a la casa de Finn, el mismo lo acompañó al cuarto donde dormiría Jack. Era una habitación gigantesca en comparación a la suya, tenía el tamaño de su anterior casa, y, para él, era un montón.

- señor, ésto es mucho para una persona como yo, realmente es demasiado.
- ¿lo dices por tus cosas?
- por todo.

Finn no entendía a lo que el chico se refería. Pero tenía que ver en cómo se sentía, y no era de una buena forma. Se sentía realmente una basura, y que Finn le diera con todos los lujos, lo hacía sentir extraño. De dormir en un colchón fino tirado en el suelo, pasó a una cama comodísima. Tendría que acostumbrarse un poco a los lujos, pero quería ayudarle a el otro, así se sentiría mejor.

- ¿cómo que por todo, Jack? Por favor, explícame. - él mayor se arrodilló para estar un poco más cerca de la altura de él, para hablar mejor.
- oh, nada, olvidelo. Pero déjeme ayudarlo, señor, es de la única forma que me sentiré pleno, y podré estar cómodo con usted. No me gusta recibir sin dar, por favor entiendame.
- puedes ayudarme con algo, pero luego hablaremos de ello. Primero nos conoceremos mejor, y esas cosas. ¿Te parece? - el pequeño asintió, y Finn salió, para que el chico pudiera instalarse.

Cuando abrió el placard para guardar las pocas prendas que poseía, se encontró con algunas camisas y camisetas colocadas ordenadamente allí. También, había una nota.

Estas camisetas eran mías. Ya no me caben. Por favor quédatelas, Jack. No acepto un 'no' como respuesta. En un rato iremos a comprar ropa nueva.
- Finn.

El chico suspiró, y optó por hacer lo que le decía, después de todo, era la casa de Wolfhard, y, ahora, de una forma u otra Jack le pertenecía.


───────────────────────

Hola!
Por falta de capítulo, les escribí uno de 1217 palabras. Creo que no había escrito uno así  hace rato, JAJS.
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo y, si es así, dejen sus votos y comentarios:D!.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘'𝐒 𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘,⠀⠀fack. [hiatus indefinido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora