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Pov. Hielo

El azul de mis ojos algo entristecidos miraban el paisaje azulino que se proyectaba en el cielo de Alaska, mi hogar. E vivido aquí desde muy niña, cuando mis abuelo decidieron que era mejor para mí vivir con ellos, que era mejor estar en el  frío. Aquí en Alaska sé me es más fácil entrenar mi elemento, sin apuro y sin ojos observándome. Mi único público eran mis abuelos, bueno mi abuelo más que todo, ya que mi abuela era la que siempre me entrenaba.

Ella fue la anterior portadora del elemento Hielo, todo lo que sé, se lo debo a ella. Siempre la e admirado, es mi heroína aunque ella diga que no. Ella y mi abuelo eran mi todo...

Pero las cosas no son tan lindas como creen, justamente antes de mi cumpleaños número 18, justamente cuando mi abuela debía llevarme a conocer a los otros, justamente cuando todos sus conocimientos como líder pasaban a mí. Fue víctima de una muerte horrenda a manos de un hombre manipulado por la desgraciada de Oscuridad. Lo peor de todo es que fue en nuestra casa, en nuestro hogar. Mi abuelo no estaba ese día, primera vez en años que mi abuelo la deja sola, eran inseparables. Yo por otro lado había ido a entrenar un poco  más. Que gran error.

Aún recuerdo cada detalle de la escena, fui la primera en llegar. Su sangre estaba esparcida por toda la pared y el suelos de la sala –ella siempre se ponía a leer ahí, era su lugar preferido– en sus manos había pequeños copos de nieve, había intentado defenderse. Sus ojos azules sin vida...

Pude sentir como mi mundo se empezaba a derrumbar.

Yo misma le di caza al hombre –no iba a dejar que ese mal nacido se pavoneaba por ahí, sin pagar– no me importó nada, ni nadie. Ver su rostro suplicante ni me inmutó –lo único que sentí, fue satifacion al verlo sufrir– lo mate de la misma forma que mató a mí abuela. Lo destroce sin pensar, lo único que quedo fue sus entrañas esparcidas por el pavimento semi congelado. Mis manos estaban ensangrentadas al igual que mi rostro y ropa. Dandome un aspecto salvaje. No estaba arrepentida. Ese día entendí que no sería la primera vez que mataría ha alguien manipulado por Oscuridad, no sería mi primera muerte.

Mi abuelo aún esta desbastado, sus ojos ya no tienen esa luz. Para mí la mejor historia de amor es la de ellos dos. Mi abuelo todo galante enamoró a mi abuela, mientras ella estaba con los demás portadores de su  época disfrutando de la playa. Una historia que quizás en algún momento cuente. Incluso en la actualidad mi abuelo la seguía enamorando.

Una sonrisa triste surco mi rostro, el aire frío me daba de lleno en la cara, estaba en el porche de mi pequeña casa. La casa que me vio crecer y que ahora era testigo de como el día de mi cumpleaños, mi abuela era enterrada cerca de su lugar favorito. Un árbol que estaba a 10 metros de la casa, ahí solíamos entrenar y ahora todos están ahí reunidos viendo como la lápida era enterrada. No reconocía a casi nadie, al parecer mi abuelo si.

Los únicos que me parecías curiosos y de alguna manera familiares, eran dos chicos, una chica y un chico rubios o casi hasta donde veía. Al parecer yo también cause en ellos ese sentimiento, ya que no dejaban de mirarme de reojo –como si me vigilaran–. Bueno, tampoco es que me voy a mover de donde estoy, pero ellos al parecer no sabían eso.

Todos estuvieron tranquilos, todos guardaron silencio ante las palabras del cura del pueblo. Muy lindas diría yo, mi abuela era muy querida por aquí. Sin pensarlo mucho al terminar de orar, con mis poderes cree varios remolinos bajos que al llegar donde estaba la lápida se elevaron y se disiparon en el cielo, creando una pequeña lluvia de copos de nieve.

Era lo mejor que podía hacer con tanta tristeza albergada en mí. El Hielo es libertad, pero ahora lo único que quería era llorar...

El tiempo fue pasando rápido, la gente se fue retirando poco a poco. Hasta que los únicos que quedaron fueron dos hombres de edad avanzadas, junto con los dos jóvenes rubios no rubios. Que antes me miraban.

_Tu debes de ser la pequeña Helena ¿no es así?.- la voz de uno de los ancianos me sacó de mi trance inducido por ver la nieve en mis palmas. Me levante de donde estaba y me pare junto a mí abuelo, el estaba al frente de los dos señores.

_Si, esa misma soy ¿nos conocemos?.- dije sin dudar, tenía mis dudas, yo también quería respuestas.

_Me parece muy triste tener que conocer a la nueva líder de esta manera, se suponía que tu abuela tenía todo planeado.- mi mirada paso al otro hombre, el vestía de traje, muy elegante diría yo. Muy diferente al otro, que venía más casual. Lo único igual entre ellos era que venían muy bien abrigados.

_Helena disculpa la mala educación de mi abuelo, esta viejo y se le olvida presentarse.- Esta vez fue el chico rubio quien me respondió, ahora que lo veo mejor es muy atractivo, se ve muy simpático.- Me presentó soy Agustus y el es mí abuelo Alfred somos los portadores del elemento Agua.

_Siguiendo la presentación de Agustus, me presentó yo.- ahora era el turno de la chica, definitivamente mi autoestima esta muy por debajo del piso. Es muy bella. Sus ojos te hechizan.- Soy Maribell y el es mí abuelo Mercurio, somos portadores del elemento Metal.

Ok esto si no me lo esperaba, conocerlos así no más. Pero aún faltan hasta donde se...

_Helena, ellos son los únicos que quedan de los anteriores portadores.- las palabras de mi abuelo me llegaron al corazón. No pude evitar volver controlar mis emociones, las temperatura baja unos grados más.

_Esperen, me están diciendo que los demás andan por ahí sin saber nada de nada...o lo siento mis modales, un gusto conocerlos a los cuatro aunque prefería que no fuera en estas circunstancias.- dije mientras asistía con la cabeza. El hombre de traje, Mercurio. Me sonrió con comprensión.

_Si, nosotros dos somos los únicos que quedan de los anteriores y eso que somos los más viejos del grupo.- Alfred trató de aligerar el ambiente, se nota que es muy alegre.

_No creó que sean también  viejos.- dije sin pensar. Todos, repito todos se rieron y muy fuerte. Al parecer si son muy viejos.

_Yo sólo diré que en esta  generación, tu eres la más joven Helena.- Agustus aún se reía pero logró articular esa oración de manera normal.

_¡Rayos! NO.- fue lo primero que dije enserio a demás de ser la líder, soy la más pequeña, perfecto.

_JA JA bueno cariño, eres igual a tu abuela por ese lado, ella también fue la más joven.- mi abuelo me abrazo –me sentía traicionada–.

_Y si que lo fue, yo le llevaba casi 7 años a tu abuela.- esta vez fue Mercurio quien habló. Si mis cálculos no son malos el hombre de traje debería de tener casi 85 años de edad.

_Tu 7 y yo 4 años, Mercurio. Siempre fuiste el viejo.- Alfred 82. Wow si que tenían edad.

Mi mirada recorría a las cuatro personas delante de mí. Esto si es impresionante y mucho.

_Creó que será mejor dejar que los chicos hablen, total son ellos los que se tiene que conocer. No nosotros, par de viejos.- abuelo siempre tan sociable, pero tenía razón los chicos hablan muy poco y yo me sentía cohibida por la presencia de tanta gente junta y por otras emociones...

_El señor tiene razón abuelo, deberían ir a conversar de sus cosa y dejar que nosotros nos conozcamos y poco más.- fueron las palabras que dio Maribell.

Si definitivamente esta tarde será muy larga.

"PORTADORES ELEMENTALES"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora