JungKook tenía la mirada fija en el chico rubio. Le miraba atentamente, sin parpadear.
Los movimientos de JiMin eran mágicos. No lo decía porque así lo creía, sino porque eso decían todas las chicas sentadas a su lado.
JungKook había estado pendiente siempre de JiMin. Para hacerle bromas pesadas o simplemente para molestarle. Así que se preguntaba a cada segundo como es que no se había dado cuenta que su enemigo número uno hacia patinaje sobre hielo.
Vale, no es como que siempre estaba detrás de JiMin, pero saber los deportes que Park practicaba era algo que JungKook debía saber si o si.
Ahí estaba. Sentado y fingiendo aburrimiento. La verdad era que estaba muy entretenido con el ensayo de JiMin.
Jennie y Rose le habían obligado prácticamente a ir a verlo.
—es fantástico- decía Lisa. La chica estaba sentada al lado de Jennie y soltaba suspiros a cada segundo.— JiMin me dijo que mantenía oculto esto porque le daba vergüenza. ¡Es el único chico de la clase!
JungKook frunció el ceño. El patinaje era un deporte familiar para él, pues su mamá fue campeona de dicho deporte en su juventud. Y Sana había practicado cuando era pequeña.
Y él. JungKook no se consideraba experto, ni quiera sabía si aún tenía el toque; pero ver a JiMin patinar le hizo preguntarse si era algo que él también quería hacer.
JiMin dio dos giros en el aire y por poco se cae, trastabilló unos segundos y por fin pudo mantener el equilibrio. Siguió con su camino e hizo un par más de vueltas.
La maestra que les monitorear a tocó un silbato y todos se detuvieron. Ella les dijo que ya podían descansar. JungKook vio a JiMin salir y caminar hacia los camerinos.
Rodó los ojos cuando Lisa bajó corriendo las escaleras y fue al encuentro de JiMin.
¿Acaso ella no podía estar un segundo alejada de Park?
Le molestaba ver cuán melosa podía ser Lisa. Y en los dos ultimas días había estado pensándolo mucho, había pensado tanto que llegó a la conclusión que jamás querría estar en una relación con Lisa Monoban.
—¿comiste hoy?- preguntó Jennie, casual.—recuerda que debes subir tres kilos para empezar el lunes.
El día anterior Jennie había acompañado a JungKook a hacer el examen para entrar al taller de boxeo. Y el entrenador le había dicho que estaba muy delgado, pero si subía tres kilos podían trabajar en algo.
A JungKook le daba nauseas pensar en subir de peso. Sabía que por sí mismo no podría, así que con vergüenza (muchísima vergüenza) le pidió a Jennie que le obligase a comer cada cinco horas.
Su orgullo le había llevado a hacerle prometer a Jennie que eso sería entre ellos dos. Qué nadie, ni siquiera Rose, debía enterarse.
—aún no- le respondió.— te recuerdo que me secuestraron y aquí estoy, congelándome de frío y hambriento.
—aw, el bebé se muere de frío- la inconfundible e irónica voz de JiMin se hizo presente. El rubio estaba un par de escaleras más abajo, tomando de la mano a Lisa.
ESTÁS LEYENDO
Otra historia de amor | K O O K M I N
FanfictionDesde que el momento en que se conocieron un innegable enfrentamiento nació entre ellos. A través de los años, se hacían bromas pesadas y se molestaban, incluso se llegaron a "arruinar" futuras relaciones amorosas... Y entonces pasa, cuando el típic...