Otra historia de amor | K O O K M I N

OCHO: "El sabio consejero"

—he perdido la cabeza- repitió  JungKook.

Estaba sentado en el sofá de Tae, con una taza de café caliente y unas pantuflas de conejillos.

Min YoonGi no sabia cuantas veces había escuchado lo mismo en las últimas horas. La verdad era que le daba más o menos lo mismo...

Vamos, él ya veía venir todo ese enrollo.

Conoció a JungKook en primer año, no de una forma agradable vale decir. En ese tiempo YoonGi solía burlarse de todo aquel que se atravesara en su camino y Jeon no podía ser la excepción. Así que cuando le conoció se burlo de su peso. ¿Ahora estaba arrepentido? Era muy poco probable si se lo preguntaran.

La cosa es que cuando JiMin, un día después de conocer al pelinegro, le empezó a hablar sobre este... JiMin siempre llegaba a clases hablando sobre tener una bonita amistad con JungKook, que serían los mejores amigos de por vida. Incluso una vez aseguró que podrían ser almas gemelas.

YoonGi para ese entonces ya sabía más o menos cuál era el capricho de JiMin para estar siempre al pendiente de Jeon.

No conocía a JungKook, pero estaba seguro que el chico podía ser un dolor en el culo. Incluso JiMin aveces se quejaba de ello.

Los años pasaron. Ahora YoonGi era algo así como un amigo de JungKook, pues por alguna razón siempre terminan hablando con porros y cervezas. En el último tiempo más que todo, que parecía que JungKook estaba más cercano.

Esa noche YoonGi había llegado a casa de Tae porque el menor le había pedido que le enseñara matemáticas. No lo haría gratis obviamente. Desde que salió de la escuela siempre hacia clases particulares de mates para niños que son pésimos en la materia.

Taehyung era uno de ellos.

Habían estado haciendo algunos ejercicios cuando la puerta fue tocada repetidas veces. Tae se levantó y se encontró con un pálido Jeon JungKook.

"He perdido la cabeza" había dicho.

Lo único que había dicho en esas horas. Parecía ido, como si hubiese cometido un asesinato.

YoonGi no estaba de humor para soportar alguna crisis existencial, suficiente tenía con las suyas. Estaba dispuesto a irse y acabar con ese teatro.

Vio una vez más a JungKook sentado y con la mirada perdida.

No podía creer que Jeon había llegado a arruinar su clase. Ahora Tae solo le pagaría la mitad.

¡Qué pérdida de tiempo!

Y le molestaba ver a Taehyung tan al pendiente de JungKook. Tae se había olvidado muy rápido de él para ir a atender al pelinegro.

Bufó molesto.

—¡me estoy yendo!- le dijo a Tae, desde la puerta.

Taehyung se levantó muy rápido y corrió a su encuentro.

—¿qué? ¡No puedes abandonarme ahora!- le rogó. Internamente a YoonGi le gustaba la atención que siempre recibía por parte de Taehyung.—mañana tengo este tonto examen, Yoons.