otrora besé marismas pintados de rojo
y masturbé mujeres mediocres y sin valor.todos los roces acaban por ser tedio,
felaciones expectativas y el sexo prescindible.por eso huí a contemplar
los coágulos de clorofila
danzar con el viento
mientras se sostienen al suelo
y a las ramas inmutables.¡claro que amé! -me jalo los cabellos-
¡claro que amé!¡pregúntale a todos los perros callejeros!
¡claro que amé!pregunta a la luna de sangre
cómo me hice de la noche
un apostol desgraciado;
cómo sorbí su periplo.la luz empieza a caer sobre occidente;
cojo los auriculares, lanzo el papel higiénico
y cierro la puerta tras mí.ojalá verla.
II
más exposición es más temperatura.
más velocidad es más temperatura.
la quimera del teletransporte.siempre que escucho esta canción
te revivo y te vuelvo a matar.III
tenía 16 cuando me di cuenta de que no saldría preparado de ese lugar.
el mundo era mucho más complicado
y las herramientas adquiridas me serían insuficientes.ni la investigacción está suplida.
una selva,
eso es el mundo.con inherentes bellezas,
pero inminentes peligros
y ladridos de Natura.IV
que hayas sido el mejor
no significa que seas el mejor.ni si quiera fueron siete.
ahora arranco flores malas
mientras miro al horizonte de dos soles.un perro cruza corriendo por un flanco.
esta vida no puede ser más hermosa.
este libro está agonizando,
¿por qué siento tanto calor si afuera hace tanto frío?
ella pasó casi desapercibida en dirección conraria.
¿voy?
fue.
al llegar arriba no la encontró por ningún lugar.
solo por...
unos segundos.qué inexorablemente triste es el tiempo.
el tiempo.me lo bebí.
V
el chico caminaba mirando al suelo.
¿quién...?
qué...se dio cuenta,
recién a sus 16,
que la muerte lo aguardaba como una canción
a él
y a todos los que creyó inmortales.hesse está muerto.
el profe wladi va a morir.el lobo sonrió
dejando ver cómo caía la saliva
desde sus fauces.apartó el flequillo desordenado del ojo izquierdo,
pateó una piedra
y miró hacia delante con la frente en alto.quién eres tú para creerte un inmortal.
qué es esto.en tanto,
la niña de cabello tomado y camino nervioso lo observaba desde detrás de un pilar de concreto.
cuando lo perdió de vista,
mantuvo un segundo la mirada en la nada,
y, luego, se volvió a su celular.