¿estás obsesionado?
no lo sé.
suspira.
tal vez sí.
lo único interesante que tengo ahora mismo
es saber de ella.
siempre que digo te quiero
es para despedirme.
pero si tan solo pudiera hablarte
mis te quiero serían saludos,
y mis silencios quédates.
sí, en serio.
II
es definitivo.
soy un profeta.
era evidente que no tiene ningún sentido.
que es un absurdo.
que no cabe tanto dentro de mí,
que no quepo en un espacio tan extraño.
que la luz es para los vivos
y yo estoy irremediablemente muerto.
que la vida es para los vivos
y que yo no soy y no estoy hecho para esta vida.
que soy un ser desgraciado.
ansioso,
triste y maniático.
que solo pertenezco a los teclados
y a los violines,
que soy un exiliado,
¡que soy un enfermo!
mi infancia es la gracia en aconteceres,
mas mi adolescencia es la pérdida de todo y todos,
¡una tragedia púrpura y húmeda!
¿quién te creías, mísera masa de grasa pestilente y asquerosa?
¿te creías inmortal?
¿superior?
lo único que refiere a ti, lo único cierto,
es que mereces el destierro de los lugares
y
el odio de las gentes.
¡eres el diablo, asúmelo!
¡tu camino y tu destino es la muerte, la muerte mal oliente y podrida!
no mereces autoestima,
no mereces autocontrol,
no mereces amor,
ni abrazos, ni ser impío,
ni sabio, ni intelecto,
ni exitoso, ni conforme,
ni transgresor, ni seguro,
ni parte de, ni feliz,
ni eufórico, ni sonriente.
III
el mar.
tan extenso e infinito.
la libertad.
¿por qué libertad?
¿por qué me recuerda a la libertad?
condicionado por la cultura.
el mar es algo demasiado puro como para contaminarlo y atribuirle conceptos tan impuros y sucios como los humanos.
