Ayer hizo una semana desde que Blanca recordó por última vez y yo me estoy desesperando de una muy mala forma. Nos queda solo un mes y una semana para que sea el juicio definitivo y podamos presentar el asesino de Hotchner. Como no empiece a recordar algo, Blanca irá de veinte a veinticinco años a la cárcel y a mí me van a quitar la placa por ser el mayor gilipollas del mundo por haber confiado en una asesina.
Siento que estoy perdiendo el tiempo quedándome con Blanca y llevándola a sitios para que recuerde cosas. Siento que lo pierdo y sé que lo estoy perdiendo. He pasado los últimos días en el departamento de la policía y en el hospital, y sólo vuelvo a la hora del almuerzo y a la hora de la cena para comer y dormir. Algunas veces ya la pillo durmiendo y con un hueco en su cama para que duerma. He reforzado la seguridad mientras yo no estoy. Ahora hay dos patrullas fuera rodeando el edificio y dos policías en la puerta.
Sigo sin creer que haya matado a alguien en su vida.
-¿Otra vez aquí? -pregunta Tom, entrando en mi despacho mientras almuerzo algo.
-Sólo fui a por mi almuerzo.
-¿No ibas al piso a almorzar? -pregunta alzando las cejas.
-Estoy con esto. -digo señalando mi ordenador. -Tengo que pasar todos los informes al sistema.
-Eso podemos hacerlo cuando acabe el caso.
-¿En un mes y una semana? No puedo esperar y quedarme de brazos cruzados. El capitán no nos dará ningún caso hasta que resolvamos este.
-¿Sigue sin recordar? -pregunta con una mueca.
-Nada desde hace una semana. Ni una pequeña cosa. No sé qué más hacer, Tom. -suspiro.
-Te está importando mucho este caso, tío.
-Claro que me importa este caso. -digo con obviedad. -¿Hace falta que te recuerde que mi puesto de trabajo está en juego por este caso? Me van a poner un uniforme de mierda y me meterán dentro de una patrulla.
-No van a bajarte, deja de pensar eso. -bufa.
-Si lo harán, me han amenazado con ello. Ya me han dado mucho de plazo y no avanzo nada.
Tom se pone a mi lado y palmea mi espalda.
-A la mierda lo médicos, tienes que presionarla un poco, tío. No estamos consiguiendo nada dejándole a sus anchas.
-Es lo que voy a tener que hacer. -suspiro peinando mi pelo con la mano.
-Venga, tómate un descanso. -dice bajando la mi ordenador portátil. -Vamos a dar una vuelta y nos tomamos un café.
******
A las ocho y media, salgo del departamento para irme a casa a por ropa nueva para dejarla en el piso. Quince minutos después vuelvo al piso de protección. Subo, los oficiales ya se van y yo entro. Me encuentro con Blanca sentada en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá y leyendo un libro nuevo, el cual no le he dado yo.
-¿Y ese libro? -pregunto dejando mi bolsa en la mesa. Veo como ha dejado cena para mí en la encimera.
-Me lo trajo Tom esta mañana temprano.
-¿Este plato es para mí? -pregunto yendo hacia la encimera.
-Si. -se limita a responder.
Cojo el plato y me siento en el sofá, enciendo la tele y empiezo a comer mientras veo las noticias, aunque en realidad mi atención está en Blanca. Lee bastante rápido y cada poco tiempo, remoja su dedo índice y pasa de página. Hay momentos en que frunce el ceño, o sonríe, o hace muecas raras. Cuando voy a dejar mi plato en el lavavajillas, ella se levanta, cierra el libro y sin más se va a la parte del dormitorio.
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Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©
Romance¿Cómo te sentirías si un día despiertas en un hospital, sin memoria, en un país que no es el tuyo y con tres policías presionándote para que recuerdes si has asesinado a un chico? Descubre a fondo la historia de Blanca, una chica de veintidós años...