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-¿Por qué cojones sale la foto de Blanca en las noticias locales? -pregunto cuando en el despacho en el que están Tom y Robert.

-La hemos mandado nosotros. -dice Robert levantando una mano. -Pensamos que así, a lo mejor, si alguien la conocía...

-¿Qué os pasa con no pedir permiso para hacer este tipo de cosas? -suspiro tirando de mi pelo.

-El capitán nos lo ha dado. -dice Tom.

-¡Me da igual! Ahora más gente sabe lo qué ha pasado y se la va a tachar de asesina sin siquiera saber si lo es. -bufo pateando la silla.

-Relájate un poco, joder. -bufa Tom levantándose. -Estás jodidamente tenso estos días. No estamos avanzando, tío, necesitamos más ayuda y si alguien la conoce nos irá de puta madre, y lo sabes.

-Sabemos mucho de ella ya.

-Pero no lo que nos interesa que es si ha matado a Kevin. -dice cauteloso. Yo cierro los ojos y tomo una respiración profunda, contando hasta veinte para no matar a nadie.

-¿Sabéis cómo se va a sentir si se ve en las noticias? -pregunto intentando no gritar.

-Estás empatizando demasiado con esa chica. -murmura Robert.

-¡Claro que empatizo con ella! Está pasando por lo puto mismo que mi padre. No voy a dejar que nadie la tache de algo que no se sabe con seguridad si es o no. Sólo decidme algo. ¿Pensáis que lo ha hecho? Conociéndola como la conocéis, sabiendo como es.

-No la conocemos apenas. -dice Tom.

-Lo poco que habéis visto de ella. ¿De verdad pensáis que una persona como ella asesinaría a sangre fría a alguien? -pregunto mirándolos. Robert es el primero en negar con la cabeza, luego Tom suspira y niega igual con la cabeza. -Confiad un poco en mi por una vez, por favor.

-Lo hacemos. -dicen al unísono.

Antes de que pueda contestar, mi teléfono suena y les doy una última mirada antes de salir del despacho y contestar a la llamada.

-Anderson. -respondo.

-Wade. -murmura la voz de Blanca temblorosa. -Me dijiste que nadie sabría de mí...

Yo suspiro.

-Lo sé, Blanca, pero si alguien de la ciudad te reconoce o algo, nos podría venir bien para saber más.

-Me dijiste que confiara en ti. -musita y escucho como sorbe la nariz. -Ahora todo New York me va a odiar por algo que a lo mejor ni he hecho.

-Blanca...

Ella cuelga la llamada y suspiro apoyando mi cabeza en la columna. Voy a mi despacho, cojo mi arma y mi placa, y salgo de allí. Subo a mi coche y conduzco dirección al piso.

Me jode. Me jode mucho. Necesito tener la confianza de Blanca al 100% para asegurar que me contará cualquier pequeña cosa que recuerde. Si deja de confiar en mí, podría mentirme o ocultarme las cosas que recuerda. Eso no nos vendría nada bien pues podría no decirnos la verdad de lo qué pasó.

Cuando llego al piso, aparco fuera y doy un golpe en el parabrisas del coche patrulla, los cuales se dedicaban a hablar y comer como cerdos en vez de vigilar la entrada. Entro en el bloque y subo hasta el piso de Blanca. Abro con mi llave y entro. La veo hecha un ovillo en la cama y me percato de que, en la ventana, hay una raja como si hubiera impactado algo en ella.

-Blanca. -la llamo cuando cierro la puerta.

-Déjame. -pide en un murmuro.

Me acerco a ella y me siento en la cama. Esta abre los ojos llorosos para verme pero veo que su mirada no es la misma que ayer o esta mañana. Retiro su pelo rubio del rostro pero ella se aleja un poco de mí.

Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora