Epílogo

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BLANCA

-¿Has visto a mamá qué guapa va? -susurro al oído de la pequeña Sarah que tengo en brazos.

-La niña no te entiende aún, amor. -me susurra Wade a mi lado.

-Cállate, Anderson. -susurro mientras refuerzo el agarre para que no se me caiga la niña. -Y mira que guapo va papá también, Sarah. Aunque bueno, imagínate a tío Wade con un traje así. Estaría para comérselo, incluso en sus treinta.

-Por Dios, Blanca. Un poco de seriedad que estamos en la boda de mi hermano. -susurra Wade con diversión.

Yo sonrío divertida y con mi brazo libre, lo abrazo. Él coge a la pequeña en brazos y yo los sacudo un poco. Se me han entumecido de haberla tenido tanto rato en brazos.

Hoy es la boda de Kim y Spencer, seis meses después del nacimiento de Sarah, una niña rechonchita de mejillas rosadas, ojos azules grandes y pelo negro azabache. Una monada de cría. Siempre se porta súper bien, no llora casi nunca y siempre se está riendo.

Exactamente hoy hace un año y tres meses que Wade y yo estamos juntos, y la semana pasada hizo ocho meses desde que vivimos juntos. Soraya y yo pensamos que la convivencia arruinaría la relación, pero pasó todo lo contrario. Cada uno tenía su espacio para salir con sus amigos y a la vez, teníamos un hueco al día para nosotros dos. Solos sin nadie. Y creo que nos ha venido bien a la relación, ya que cuando Wade y yo nos fuimos a vivir juntos, la semana antes había pensado en que a lo mejor lo suyo sería dejarlo. Y menos mal que no lo dejamos. Hoy día me arrepentiría mucho.

Soraya, por cierto, está liada con William, el amigo de Wade. Y me atrevo a decir que ahora mismo están en el baño metiéndose mano porque no los veo por aquí en la ceremonia. Tanto ella como yo seguimos trabajando en Broadway y tenemos planes de abrir una academia de baile -estamos ahorrando para ello- y tanto sus padres como mi padre, quieren ayudarnos a ello, sobretodo económicamente. Nos viene de maravilla.

Los aplausos de la gente me saca de mis pensamientos y aplaudo también sin saber qué ha pasado. Al ver que ya se han unido en matrimonio, aplaudo con consciencia.

******

-¿Bailamos? -pregunta Wade en mi oído. Yo me meto en la boca el último trozo de tarta y asiento con la cabeza haciéndolo reír.

Qué buena estaba esta tarta, por favor. Se han merecido mi regalo de bodas.

Wade me toma de la mano y me levanta de la silla. Estamos sentados en la mesa de los familiares directos de Spencer. Me lleva hasta donde muchas parejas están bailando y me junta a su cuerpo, sujetándome de la cintura. Yo paso mis brazos por sus hombros y uno mis manos en su nuca.

-Este vestido te queda de vicio. -murmura uniendo nuestras frentes y empezando un balanceo constante de lado a lado.

-Voy a tener que contar las veces que me lo has dicho hoy. -susurro sonriendo. Él suelta una leve risa.

-¿Qué te parece si repetimos esto dentro de un año?

-No entiendo. -digo confundida.

-Que repitamos esto pero nosotros en ese sitio. -susurra señalando con su mirada dirección a la mesa en la que están Kim y su hermano.

-Wade, ¿qué coño dices? -bufo sin entender.

-Joder, Blanca. Que te cases conmigo.

Separo mi rostro del suyo con evidente sorpresa y abro mucho los ojos. Él no suelta mi cintura en ningún momento y me sonríe de una manera muy leve sin apartar su mirada de mis ojos.

-¿Qué?

-¿De verdad voy a tener que volver a repetirlo, amor?

-¿Crees que puedes pedirme matrimonio así? ¿De esta forma? Menuda mierda. Yo quiero un anillo de cinco mil dólares, que te arrodilles y lo hagas delante de todo el mundo. -bufo.

Él mira hacia los lados, mete la mano dentro de su chaqueta y hace como si se fuera arrodillar. Yo me apresuro a cogerlo por los codos para que se levante.

-Imbécil, que era broma.Qué vergüenza. -susurro riendo. Él sonríe.

-Lo sé, sólo quería ponerte un poco en evidencia. -murmura sonriendo.

De su chaqueta, saca una cajita en la que supongo que estará el anillo. Sonrío emocionada y me contengo de dar saltitos aunque es muy tentador darlos. Madurez, Blanca, que ya tienes veinticuatro años.

-No saques eso que no he dicho que si. -murmuro sonriendo.

-Sé que dirás que si. -dice tomando mi mano.

Yo me río un poco y asiento levemente con la cabeza mientras él desliza el anillo por mi dedo. Se me escapa una pequeña risa cuando el anillo está ya en mi dedo y doy un salto hasta abrazarlo por el cuello.

-Esto es jodidamente raro. Yo imaginé que te pondrías a llorar, dirías que si emocionadísima y luego irías a restregarle a Soraya el anillo por la cara. -me susurra en el oído. Yo carcajeo separando mi rostro y lo beso en los labios con una sonrisa en los labios.

-¿Llorar y que se me corra el maquillaje haciendo que parezca un panda? No, gracias. -susurro sonriendo.

Él se ríe negando con la cabeza y besa mis labios.

-Es un si, por si no te había quedado claro.

-Lo he supuesto. -me dice divertido. -¿Y los hijos para cuando?

-Hey, hey, hey. -me apresuro a decir. -Para el carro que aún queda tiempo para eso. 


BUEENO, HASTA AQUÍ "CUESTIÓN DE MEMORIA".

Espero que os haya gustado la historia. Me temo que voy a dejar de publicar historias un tiempo y estaré un poco más inactiva por Wattpad, pero estaré más activa en mi blog y en mi Instagram (laura.cerreuzeta). Se vienen cosas muy guais (sorteos, regaladas y de más).

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¡Nos leeremos muy pronto!💙💙

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Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora