-Nos besamos. -le susurro a lo que Tom abre mucho los ojos. -No fue... buscado. Ella besó mi mejilla y acabamos ambos girando la cara para separarnos y... eso.
-¿Os separasteis?
-No, bueno. Nos quedamos quietos los dos como cinco segundos.
Tom mantiene el silencio unos segundos pero luego estalla en carcajadas a lo que yo le tiro un taco de Post-Its amarillos que tengo en mi escritorio. Él ríe aún más cuando se lo lanzo y al final opto por golpear su cabeza con mi mano.
-¿De qué mierda te ríes? -pregunto bufando.
-De ti. -dice aminorando la risa. -Te gusta Blanca, tío.
-¿Y por eso tienes que reírte?
Él suelta otra carcajada y yo lo amenazo con la grapadora en mi mano.
-No lo has negado. -carcajea. Yo froto mis sienes y lo miro con toda la paciencia del mundo. Vuelve a aminorar la risa y limpia cuatro lágrimas de sus ojos. -Qué bueno. Esto es buenísimo.
-Cómo si no me hubiera gustado nunca nadie. -bufo.
-Jessica Alba no cuenta. -dice alzando sus cejas con diversión. -No has tenido novia en tu jodida vida.
-¿Y qué? Eres peor que mi hermana. -me quejo. -Si no he tenido novia ha sido porque no me ha interesado ninguna chica.
-¿Y te interesa Blanca?
-Si. O sea, no y si. A ver... -digo torpemente haciéndolo reír. Yo lo miro mal y él interrumpe su risa. -No puedo salir con Blanca.
-Si puedes.
-No puedo.
-Que si puedes.
-No puedo. -repito. -Probablemente cuando sepa de dónde viene va a tener que volver de nuevo a España. Yo no quiero una relación a distancia.
-Pues tened sexo, enrollaros y ya está.
-Ya, déjame en paz y no le cuentes esto a nadie. -pido mirándolo y apuntándolo con un dedo.
-Soy una tumba, hermano.
Alguien golpea la puerta de mi despacho y cuando se abre, uno de los tenientes saca la cabeza.
-Una señorita muy insistente está aquí fuera pidiendo por ti. -me dice en un suspiro.
-¿Rubia y pequeña?
-Si. -afirma.
-Oye. -se escucha la voz de Blanca quejándose. Tom y yo nos reímos.
-Que pase. -pido. Él asiente con la cabeza.
Al momento, Blanca aparece casi corriendo y con apuro. Pone sus manos encima del escritorio y me mira.
-Avión. Vine en avión. -dice mirándome. -Salí desde Barcelona e hice escala de una hora y media en Londres, casi pierdo el vuelo hacia aquí porque me perdí.
-¿Cómo...?
-Lo he recordado hace un rato y no pude esperar a decírtelo, he cogido el teléfono que me diste pero estaba sin batería y no podía esperar a que cargara, así que he venido a decírtelo. Podemos pedir que miren los vuelos desde allí y buscamos mi nombre, y... Había pensado en hacerlo yo sola pero me darían puerta, no soy nadie para pedir eso. He pensado que tú, que tienes placa y contactos, puedes hacerlo.
Tom se ríe con diversión al verla hablar tan rápido y ella le da un codazo en las costillas. Blanca me mira con insistencia y yo me río un poco mientras me levanto mirando a Tom.
ESTÁS LEYENDO
Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©
Romance¿Cómo te sentirías si un día despiertas en un hospital, sin memoria, en un país que no es el tuyo y con tres policías presionándote para que recuerdes si has asesinado a un chico? Descubre a fondo la historia de Blanca, una chica de veintidós años...