Número 8

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La pelea de Seiya y Shoko contra los Guanches había comenzado, cuando estos últimos atacaron por la espalda a nuestros protagonistas; sin embargo, la situación dio un giro de 180 grados cuando ambos recibieron, sin habérselo esperado, las armaduras de Pegaso y de Caballo Menor, las cuales deciden integrarse a Seiya y a Shoko, para hacerlos más fuertes y dar paso a la gran batalla.

Seiya: (sonriendo) Vaya, me siento lleno de energía ahora que vuelvo a ponerme esta armadura.

Shoko: (sonriendo también) Sí; ya echábamos de menos aquellos viejos tiempos cuando peleábamos contra dioses griegos.

Seiya: Si, sólo que ahora las cosas son muy diferentes... ¡Ya no peleamos sólo por proteger una deidad!

Shoko: ¡Exacto! Alguien que porte la armadura tiene el deber de proteger a la humanidad y luchar por el bien común.

Doramas: Vaya, vaya... Ahora resulta que los dos sujetos que antes eran vulnerables, ahora visten armaduras, como nosotros. (suelta algunas risas)

Bencomo: Pero no os preocupéis, porque nosotros nos encargaremos de liquidarlos y convertirlos en polvo.

Dacil: ¿Queréis pelear? ¡Adelante, aceptamos el desafío!

En estos momentos, nuestros dos equinos estrella comienzan a realizar una pose que a todos nos es conocida...

En estos momentos, nuestros dos equinos estrella comienzan a realizar una pose que a todos nos es conocida

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Y de inmediato, comenzaron a lanzar sus técnicas más poderosas!

Seiya: ¡METEOROS DE PEGASO!

Shoko: ¡METEOROS DE CABALLO!

Los poderosos ataques de Seiya y de Shoko se lanzaron al unísono, los cuales ocasionan que se combinan en un solo y poderoso ataque, el cual logra derribar a los tres guerreros canarios al suelo. No obstante, los tres enemigos comenzaron a levantarse apenas, por lo que sus armaduras tuvieron escasos daños.

Doramas: ¡Buen intento!

Bencomo: ¡Casi nos agarran!

Dacil: ¡Pero nosotros contraatacaremos!

Los Guanches volvieron a elevar sus cosmos y se lanzaron para contraatacar a los héroes con sus mismos ataques, pero elevados a una mayor potencia...

Doramas: ¡Relámpago de la Valentía!

Bencomo: ¡Puños de la Justa Armonía!

Dacil: ¡Explosión Atómica!

Los tres ataques también comienzan a combinarse y a dirigirse contra Shoko y Seiya, pero ambos logran esquivarlo a tiempo, y se lanzan al suelo para evitar ser alcanzados por la tremenda explosión que se había originado tras el impacto del ataque triple al suelo.

Seiya: (pensando) ¡Cielos, estos sujetos sí que son demasiado fuertes!

Shoko: (pensando también) ¡Tenemos que encontrar el punto débil que tienen!

Los Guanches nuevamente se dirigen hacia nuestros héroes, mientras seguían aumentando sus cosmos.

Doramas: ¡Tal vez podáis correr!

Bencomo: ¡Tal vez podáis esconderse!

Dacil: ¡Pero no podréis escapar!

Doramas: ¡Destello de Bravura!

Bencomo: ¡Patada de la Sabiduría!

Dacil: ¡Tormenta de Poder!

Los nuevos ataques lanzados por los Guanches eran mucho más poderosos que los que habían lanzado con anterioridad, aunque con la particularidad que que tenían una especie de "fuerza teledirigida", por lo que el Caballero de Pegaso y la Doncella de Caballo Menor trataban de esquivar dichos ataques, pero sin ningún éxito. Luego, los tres guerreros canarios comenzaron a reír como buenos villanos.

Doramas: ¡Creísteis que nos iban a vencer!

Bencomo: ¡Pero de nada sirvió tener puestas sus inútiles armaduras!

Dacil: ¡Ahora nosotros mismos nos encargaremos de acabar con sus patéticas vidas!

Los Guanches trataron de usar nuevamente sus ataques comunes, pero a diferencia de las veces anteriores, no pudieron hacer daño alguno, ni a Seiya, ni a Shoko; pues ahora, ambos tenían sus cosmos completamente despiertos y elevados casi al octavo sentido, por lo que sus armaduras pronto evolucionaron a modalidad divina. Seiya ya no peleaba solo, ni con sus antiguos compañeros de combate, ni siquiera por Athena; pues ahora ha encontrado una nueva compañera con la cual comparte el mismo interés de proteger a toda la humanidad y el mismo espíritu de pelea: Shoko.

Seiya: No crean que nos vayan a vencer así tan fácilmente.

Shoko: Nosotros lucharemos, y lucharemos hasta el final.

Seiya y Shoko: ¡ELEVAREMOS NUESTRO COSMO HASTA EL MÁXIMO!

Los cosmos de Caballo Menor y de Pegaso comenzaron a elevarse demasiado, y gracias al poder emanado de la sangre de Athena, los dos guerreros atenienses comenzaron a realizar sus técnicas más poderosas hasta ese momento.

Seiya: ¡GOLPE COMETA DE PEGASO!

Shoko: ¡GOLPE COMETA DE CABALLO!

Los dos santos de Athena comenzaron a lanzar dichos ataques en repetidas ocasiones, con las cuales, lograron hacer que esos mismos ataques se convirtieran en una tremenda lluvia de cometas que golpeaban a diestra y siniestra a los tres guerreros provenientes de las Canarias.

Doramas: ¡No puede ser posible!

Bencomo: ¡Son demasiados cometas!

Dacil: ¡Nunca hemos experimentado un ataque así!

Acto seguido, los Guanches cayeron al suelo en frente de Seiya y Shoko, quienes se mostraban algo exhaustos por el enfrentamiento.

Mi Mayor Inspiración (Seiya x Shoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora