Había llegado la noche, y para estos momentos, Los Guanches comenzaron a realizar más asaltos, atracos y asesinatos a lo largo y ancho de la ciudad. La policía trataba de hacer el trabajo correspondiente para detener a los tres delincuentes, pero éstos siempre se salían con la suya y escapaban para dirigirse hacia otro sitio estratégico para lograr su atraco. No obstante, Seiya y Shoko se les habían adelantado y llegaron a la sede de la Fundación Graad para impedir la llegada de los criminales, pero a diferencia de los delincuentes, los otrora caballeros estaban desarmados y sin ninguna fuerza más que la fuerza física de sus brazos y piernas, producto de los días de entrenamiento que se encontraban realizando.
En este instante, los tres delincuentes con armaduras se manifestaban frente a los dos equinos, pero éstos salieron primero a encararlos.
Seiya: ¡No tan rápido, bestias con armatoste! ¡Hasta aquí se acaba su camino!
Shoko: ¡No permitiremos que sigan cometiendo sus fechorías!
Doramas: Permítanme presentarme; mi nombre es Doramas, Caballero de la Armadura de Tara, la Diosa del Valor.
Bencomo: Me llamo Bencomo, Caballero de la Armadura de Guatimac, la Diosa de la Sabiduría.
Dacil: Y yo soy Dacil, Caballero de la Armadura de Tirajana, la Diosa del Poder.
Shoko: Valor... Sabiduría... Poder.
Seiya: Las tres divinidades del clan Hojo.
Shoko: Oye Seiya, ¿Crees que ésos tres guerreros sean la venganza de la que tanto hablaba la leyenda?
Seiya: Ahora que lo vas diciendo... Sí, puede ser.
Doramas: Ahora que lo voy viendo, creo que vosotros sois quienes estáis estorbando el paso.
Bencomo: Nosotros no venimos a hacer el mal a los que hacen el bien, sino a los que hacen el mal.
Dacil: Así que os pedimos humildemente, que nos dejéis entrar a la Fundación para seguir con el acto.
Seiya: ¿Y si nosotros decimos que "NO"?
Los Guanches: ¡Pues entonces, los destruiremos!
Shoko: Vaya, vaya... Miren quienes dicen esto... Los que dicen luchar contra el mal, pero haciendo el mal. ¡Vaya, ¿Quién los entiende?!
Dacil: (corriendo hacia Shoko para partirle la cara) ¡AHORA SÍ YA VERÁS, NIÑITA TONTA! ¡TE ARREPENTIRÁS POR HABERNOS INSULTADO!
Shoko toma de la mano a Dacil y lo avienta hacia el lado contrario, haciendo que Dacil se golpee contra Bencomo y Doramas.
Shoko: Tal vez no usemos armaduras, pero somos tan fuertes que nuestros puños y patadas pueden abrir la tierra y desgarrar el cielo en cuestión de segundos.
Seiya: ¡Vaya, Shoko! ¡Veo que tu acción ha derribado a los tres en un santiamén!
Shoko: ¡Gracias, querido Seiya! ¡Ahora debemos irnos, antes de que la policía llegue!
Shoko le guiña el ojo a Seiya, haciendo que éste se sonroje demasiado. No obstante, y cuando parecía que las cosas terminarían pronto, los tres guerreros canarios se levantan como si nada, y comenzaron a prepararse para lanzar ataques contra los dos ex-caballeros.
Doramas: ¡Tal vez tus golpes nos hayan mandado a volar!
Bencomo: ¡Pero son tan inofensivos que no nos han dejado ni una sola herida o rasguño!
Dacil: ¡Ahora es nuestro turno! ¡Los mandaremos a volar al otro mundo!
Los Guanches comenzaron a preparar sus ataques hacia unos desprotegidos Seiya y Shoko quienes, sin saber la sorpresa que les esperaba, recibieron varios golpes por la espalda.
Doramas: ¡Relámpago de la Valentía!
Bencomo: ¡Puños de la Justa Armonía!
Dacil: ¡Explosión Atómica!
Seiya y Shoko: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Tanto Seiya como Shoko cayeron al suelo, muy adoloridos, y con cada vez menos fuerza para levantarse.
Seiya: Cielos, éstos enemigos son demasiados fuertes y poderosos.
Shoko: Incluso nuestra fuerza es insignificante contra ellos.
Doramas: ¡Relámpago de la Valentía!
Bencomo: ¡Puños de la Justa Armonía!
Dacil: ¡Explosión Atómica!
Seiya y Shoko: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Los dos ex-santos volvieron a caer nuevamente al suelo; sin embargo, ya no tenían la fuerza para poder levantarse, por lo que los Guanches estaban ya por darles la estocada final.
Doramas: ¡Ya no pueden hacer nada!
Bencomo: ¡En éstas condiciones, lo único que les queda es rendirse!
Dacil: ¡Así es, o se rinden ahora, y nosotros los acabaremos!
Inmediatamente, ocurrió un milagro: Los cuerpos de Seiya y Shoko comenzaron a encender al máximo los cosmos que estaban ocultos y, como por arte de magia, los dos protagonistas comienzan a levantarse como si nada.
Seiya: No creas... que nos van a vencer tan fácilmente.
Shoko: Mientras nosotros... sigamos en pie... esto todavía no se acaba.
De la nada, aparecen dos misteriosas cajas, las cuales comienzan a abrirse, y al hacerlo, aparecen dos armaduras con forma de caballo, las cuales se manifiestan frente a Seiya y a Shoko.
Seiya: Las armaduras... Creo que son señal de algo.
Shoko: Significa que... Quieren que volvamos a pelear.
Seiya: Así es.
De manera mágica y misteriosa, Seiya y Shoko comienzan a vestir nuevamente, las armaduras de Pegaso y Caballo Menor, respectivamente. El momento de la verdad había llegado, y el verdadero combate estaba por empezar.
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Mi Mayor Inspiración (Seiya x Shoko)
Fiksi PenggemarDespués de pelear contra Apolo, Seiya de Pegaso sufre de un borrado de recuerdos, lo que lo obliga a vivir como un humano común y corriente... Hasta que se reencuentra con una chica que había conocido antes y que lo considera como su principal inspi...