One Shots antes del juego DRV3

Kiibo (K1-B0) y Tu

Original por InvertedPhantamagoria

Te habían asignado al robot como una recompensa especial por la puntuación más alta en tu grupo de aprendices. Se suponía que era especial, un milagro de la ciencia que podía imitar a un humano en casi todas las formas posibles. Se suponía que era una recompensa que se te permitiera trabajar en el.

Eras nueva, pero estabas haciendo un excelente trabajo hasta ahora, formabas parte de un nuevo grupo de aprendices en el campo de la robótica. Tus padres habían sido pioneros en el campo, por lo que tenías una influencia que los demás miembros de tu grupo solo podían soñar.

Eso probablemente explicaba por qué te habían asignado a algo tan llamativo, como una forma visible de complacer a tus padres.

Honestamente, estaba emocionado de ver lo que podía hacer el robot, lo que lo hacía especial en comparación con cualquier otro llamado "milagro de la tecnología" con el que habías trabajado antes.

De manera voluntaria, empacaste tus cosas, te mudaste al pequeño recinto donde se encontraba el robot, y ojeaste los informes aparentemente interminables sobre cómo manejar la avanzada tecnología. Realmente fue demasiado, pensaste. Todo lo que ibas a hacer era mantenimiento básico; por lo qué no importaba si conocías cada detalle de la historia y el modelo de investigación de la cosa.

Honestamente, tus sentimientos al respecto fueron bastante neutrales. Te alegró la oportunidad de estudiarlo, pero no te gustó tener que manejarlo.

Pensando que no sería la gran cosa, que solo estarías apretando partes y cambiando de aceite, nada demasiado complejo o preocupante, ingresó a la celda de espera de Kiibo esperando solo otra pieza de tecnología.

En cambio, habías visto lo que honestamente podría hacerse pasar por un humano, todo el pelo blanco y esponjoso, los enormes ojos azules y la piel pálida y gris. Kiibo, el robot, realmente era casi indistinguible de una persona real y viva.

Casi dejaste caer tus cosas, haciendo contacto con esos preciosos ojos azules. El robot era increíble, se podía ver con solo mirarlo, mucho más de lo que las diapositivas que había visto nunca habían sugerido. Mirar los planos de esta cosa no era nada como ver la cosa real tan cerca.

"Um... Hola, "dijiste vacilante. Sabías que el robot podía hablar, pero no estabas seguro de si realmente sucedería de la manera que esperabas.

"H-hola", tartamudeaba, en realidad tartamudeaba, y sentiste que tu corazón latía casi con dolor. Era lindo, increíblemente, como una pelusa, suave voz y postura nerviosa, e incluso como una simple mecánica, querías cuidarlo.

"Soy tu nuevo mecánico", continuaste, con una voz tan suave que una estudiante de robótica tan dura como tu apenas podía manejar. "¿Te dijeron que venía? Estoy aquí para realizar tu mantenimiento básico ".

Kiibo negó con la cabeza, pareciendo ridículamente humano. "N-No. No han. . . No me dicen esas cosas. No necesito saberlo ".

Bien. Eso no tenía mucho sentido. El robot claramente era consciente de sí mismo, claramente tan inteligente como cualquier persona normal. Sabías mucho al estudiar los esquemas, y no te sentó bien que los científicos no mantendrían a una máquina tan inteligente informada de su propia vida.

"Bueno. No haré eso, lo prometo. Te diré todo lo que te haga, ¿de acuerdo?" Al menos, debías ser lo suficientemente amable como para decirle lo que le ibas a hacer.

Los ojos de Kiibo se abrieron de par en par con una sorpresa genuina, e inmediatamente comenzaste a golpearte por haberle llamado maquina alguna vez. Ya tenías una sensación horrible sobre cómo iban las cosas para él, cómo los científicos lo trataban, y no era algo que te gustara en lo más mínimo.