Capítulo 18

103 31 18
                                    


Desperté por la música de Chloe que rondaba la habitación. La tenía muy alta y no me dejaba descansar lo suficientemente bien.

—No aguanto tu música, bájala, o mejor quítala.— Me levanté de la cama y apagué el radio.

—No seas así, Camille.— Contestó Chloe sentándose en el suelo.

—Hoy es nuestro último día para descansar, no lo voy a desperdiciar.— Solté algo enojada.

—Eso no importa, la habitación es de las dos.— Chloe suspiró e hizo una mueca con la cara.

—Pues yo no dejaré que rompas mi paz.— Me crucé de hombros.

—Eres peor que las rubias esas que se creen Diosas.— Se puso de pie, ¡ella era rubia! —Ojalá me hubiese tocado con otra y no contigo.— Me miró de pies a cabeza y salió de la habitación.

Me quede allí analizando todas sus palabras. ¿Eso era lo que yo quería? La verdad no, pero no estaba de buen humor y solo quería descansar. Me senté en la cama y me agarré del pelo algo frustrada. Tenía bastante tensión con eso de estar lejos de mi padre y estudiar en una universidad lejos de casa, todo eso era algo que me asustaba.

—Todo estará bien.— Me asusté cuando escuché la voz de Carlos.

—¿Qué haces aquí?— Pregunté suspirando y acostándome en la cama.

—Vi a Chloe salir.— Carlos señaló la puerta y yo solo hice una expresión para que entendiera que ya sabía. —Llorando.— Al escuchar esa palabra me puse de pie.

—¿Qué has dicho? ¿Tenía lágrimas?— Pregunté preocupada, que tonta.

—Sí, ni modo que llore sangre, pero ni se fijó en mi, creo que fue al baño, no lo sé.— Salí rápidamente de la habitación y fui en busca de Chloe.

¿Cómo era posible que yo la había hecho llorar? Yo no quería eso, solo no quería ruidos ni molestias en la habitación. Admito que me pasé demasiado con Chloe, ella era una buena chica y yo la había tratado mal.

Cuando entré al baño escuché un pequeño llanto.

—Chloe, se que eres tú.— Hablé a la puerta del pequeño cubículo.

—Déjame en paz, no quiero saber de ti.— Contestó ella algo agitada.

—Perdóname, ¿sí? Te hice daño sin darme cuenta, yo no quería que esto sucediera.— Hablé sin obtener respuesta por parte de Chloe. ─Es que no es fácil este nuevo cambio para mí, el único  familiar que me queda es mi padre y tener que alejarme de él me duele, he sufrido bastante antes y estos cambios me dan mucho miedo.— Me deslicé por la pared hasta quedar sentada en el suelo.

—Entiendo, pero no puedes andar por la vida tratando mal a los demás.— Contestó Chloe saliendo del cubículo.

—Y ahora me queda muy claro, creeme, yo no suelo ser así.— Me puse de pie y Chloe se acercó a mi. —¿Me perdonas?— Pregunté alzando una de mis cejas.

—Claro que sí, ¿amigas?— Chloe sonrió ampliamente y yo la abracé.

—Por supuesto.— Le di un gran apretón y comenzamos a reír.

Salimos del baño y volvimos a la habitación, allí seguía Carlos escuchando la música que tenía Chloe.

—Es muy buena.— Soltó el cuando nos vio entrar.

—Gracias.— Sonrió Chloe orgullosa del género.

—¿Ya todo esta bien?— Preguntó Carlos después de apagar el radio.

—Si, ya le pedí perdón y le expliqué porque me comporté de esa manera con ella.— Me senté al lado de Carlos y este me abrazó.

—Es una gran chica, aunque difícil de entender.— Carlos le sonrió a Chloe y yo lo empujé.

—Eres un mal amigo.— Me puse de pie fingiendo que sus palabras me habían dolido.

—No peor que tú.— Contestó Carlos y abrí la boca, pero la volví a cerrar.

Comenzamos a reír y prendimos el radio. Decidimos divertirnos el último día que nos quedaba antes de comenzar las clases hasta que el radio se apagó.

—Joven Carlos, ¿sabía que no puede estar en la habitación de las señoritas Camille y Chloe?— En la habitación estaba el guardia de seguridad, muy serio.

El guardia se convirtió en nuestro "amigo" desde que llegamos, era buena persona.

—Oh, yo lo siento mucho.— Contestó Carlos apenado.

—Me tendrá que acompañar a la oficina de la directora.— Informó el guardia y yo me acerqué.

—No se lo lleve por favor, el solo nos estaba ayudando, se iba a retirar pero yo lo detuve, por favor, dele una oportunidad.— Junté mis manos e hice puchero.

El guardia miró a Carlos, luego a Chloe y me volvió a mirar.

─Desde la primera falta los jovenes se llevan a la oficina.─ Nos recordó el guardia.

—Si quiere me puedo arrodillar.— Justo cuando me iba a doblar el guardia volvió a hablar.

—No es necesario, le daré una oportunidad, solo espero que no se vuelva a repetir, hay más lugares en los que se pueden reunir.— El guardia le señaló la puerta a Carlos y el salió diciéndonos adiós con la mano.

—Muchas gracias, don serio.— El guardia me miró con cara divertida y le sonreí diciendo adiós.

Cuando salieron cerré la puerta y me giré para mirar a Chloe.

—Eres una genio.— Soltó dando saltos de emoción.

—Lo se, me queda bien esto de convencer.— Dije y comenzamos a reír.

Terminamos el día bailando y cantando de todo un poco. Mentiras, habíamos comido y luego de bañarnos nos quedamos hablando de nuestras vidas. Se sentía mejor hablar con Chloe que tratarla mal, prometí que no cometería ese error otra vez, de esa aprendí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 11, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Razones para odiarte ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora