Capitulo 19

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Apenas habrá dormido porque no debe ser demasiado tarde. Camina descalza y con la melena alborotada producto de las vueltas que ha dado en la cama. Aun frotándose los ojos entra en el baño, lo que ve, la hace despertar de golpe y tan pronto como abre la puerta la vuelve a cerrar

- Perdón- consigue decir sintiendo todavía la boca seca

No se le había pasado por la cabeza, obviamente se acordaba de que Luis estaba en su casa pero ni se imaginó que podría estar en su baño, porque asumió que entraría al de Amaia, aunque claro, esa repartición de los baños del pasillo el chico no tendría por qué saberla...

No le ha dado tiempo a observar demasiado, pero Luis estaba con el torso desnudo y sus rizos tan alborotados como anoche... Los breves segundos que tarda Luis en salir, Aitana los pasa frente a la puerta mordiendo de forma inconsciente su labio inferior, mientras intenta recordar más detalles de la imagen que acaba de ver. Pronto tiene que dejar de hacer memoria, pues la puerta se abre de nuevo y vuelve a tener ante sí la misma imagen. El gallego prácticamente desnudo de no ser por unos calzoncillos que a priori no le pegan nada, o eso piensa la chica intentando disimular su interés en el cuerpo del joven

- Perdón, anoche no tenía nada que ponerme...- se excusa rascándose la nuca

Aitana se lleva una de sus manos a la frente dándose cuenta de que su suposición anoche había sido errónea

- Podrías haberme pedido algo- contesta ella conciliadora buscando su mirada

- En realidad suelo dormir así- explica- pero igual es mejor que me vista ya- dice intentando terminar esa conversación algo incomoda para él debido a su desnudez

- Si quieres puedes ducharte, osea no por nada, supongo que de toda la noche antes de vestirte te apetecerá ducharte- dice con rapidez Aitana presa de los nervios

- Tranquila, me visto y me ducho en casa- responde encaminándose a la habitación de Amaia

- Luis, ayer dijimos a Laia que jugaríamos un rato los tres- le recuerda en realidad más por si misma que por su hermana sin apartar la vista de la espalda del chico

- Voy a casa, me ducho, dejo comida a Lola y vuelvo ¿vale?- negocia girándose ligeramente

Aitana asiente con una sonrisa triunfadora y cuando el chico entra de nuevo en la habitación de su amiga, ella entra con rapidez en el baño. Se mira en el espejo y se lleva las manos a la cabeza al comprobar que su flequillo está abierto, su melena desordenada, sus mejillas coloradas y las ojeras marcadas... "La mejor versión de Aitana" piensa irónica.

Lo que no sabe es que al gallego esa versión natural y sin adornos de Aitana le ha resultado demasiado atractiva. Tanto, que gran parte de la culpa de su decisión de ir a su casa a tomarse una ducha es ella. Y es que se le hace muy complicado pasar tanto tiempo con ella a solas sin dar un paso más. Se siente continuamente caminando sobre una cuerda, con la tentación de su plato favorito delante estando a dieta o con el mismísimo diablo haciéndole la vida imposible. Así que, se viste con rapidez y cuando vuelve a pasar por la puerta de ese baño lo que escucha es el agua de la ducha, esa ducha que podría ser suya como lo está siendo ahora de ella, pero no de ambos...

...

En la ausencia de Luis Aitana no ha hecho gran cosa, pues cuando ha salido de la ducha su hermana se ha despertado y han desayunado. O bueno, más bien ha desayunado, porque a Laia parece resultarle mucho más divertido simular que su cuchara es un avión y no para de mover esta alrededor de su cabeza.

- Laia a este paso se te va a juntar el desayuno con la comida- le llama la atención Aitana

- Pero dijiste que Peceda iba a volver cuando acabáramos de desayunar- se queja la niña

OhanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora