Capítulo III

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Narra Sivir

Cuando terminé de ducharme, me sonó el teléfono. Era mi compañera, Taliyah, que habían venido unos amigos suyos y que quería presentármelos. Suspiré aunque terminé aceptando. Me vestí de manera sencilla, no muy arreglada pero tampoco muy desaliñada, y fui al lugar de encuentro, con pocas ganas.

Cuando llegamos allí, que era una discoteca muy inusual, flipé, porque las canciones que ponían las iban proyectando en una pantalla gigante con su vídeo musical correspondiente. Pedimos unas copas y estuvimos bailando las canciones que iban poniendo.

Mi sorpresa fue cuando pusiendo una canción del momento, "POP/STARS", de K/DA. Me fijé que, en el vídeo musical, salía la chica de ojos y pelo morado, bailando y cantando. ¿¡Era famosa!?

Yo a esa la conozco. — le dije a Taliyah.

¿A quién?

A la del vídeo, a la del pelo morado. Bueno, a las otras que salen también las he visto. — dije tranquila.

¿Cómo? ¿A Kai'Sa? — empezó a reírse — Tía, qué rápido te sube a ti el alcohol, ¿eh?

Que no, Tali. Que yo a esas les he llevado una pizza y eso.

Entonces sabrás dónde viven... — dijo, con pensamientos perversos.

Sí... ¡Pero no te lo voy a decir! — dije riéndome y seguimos bailando.

Después de unas horas volvimos a casa. Eran las 4:33 am. Estábamos bastante bebidas, y entre gritos incoherente y golpes ruidosos, llegamos a nuestra casa compartida. Yo entré a la habitación y me tiré en la cama, vestida.

Tenía tanto sueño..., menos mal que mañana no trabajo... Y Kai'Sa no para de dar vueltas en mi cabeza... Pero finalmente, me dormí.

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Narra Kai'Sa

Amanecí con Kitty entre mis sábanas. A la gata le encantaba dormir en la cama y sobretodo, conmigo. Desde que se perdió eché mucho de menos la presencia de Kitty en mi casa, y gracias a Sivir, la pizzera, Kitty volvió a llenar de alegría nuestro hogar. Deberíamos pedir más pizzas ahí. La salvadora de Kitty merecía más clientela.

Cogí mi móvil y consulté los horarios de la pizzería en internet, en su página web. Qué mal, justo hoy cierra.

Me levanté de la cama y fui al salón. Hoy me apetece salir y comer fuera.

Buenos días, chicas. — Me senté en el sofá junto a Akali.

¡Holaaaaaaa! — dijeron todas.

Tengo planazo — dije — ¿Por qué no vamos a almorzar por ahí, en algún restaurante? — dije emocionada.

Uf, tía. ¿Y si empiezan con los autógrafos o las fotos? — dijo Ahri con mucha molestia.

Ahri tiene razón — dijo Eve.

Yo quiero salir... — dije en tono triste.

Kai, va, yo si quieres voy contigo — Akali me puso una mano en el hombro. — ¿Entonces no venís?

NO. — Dijeron Ahri y Eve.

Aburridas. — sentenció Akali.

Suspiré, pero estaba feliz porque al menos saldría. Solo con Akali, pero bueno, es mi amiga igualmente.

Akali y yo fuimos a prepararnos. Eve nos dejó su coche para llegar a un restaurante de comida chica que estaba en la ciudad. Nos molestaron un poco en la entrada con los autógrafos, pero cuando entramos y nos sentamos, nos volvimos a sentir como seres humanos normales, que no eran famosos.

Fuera empezó a escucharse un alboroto entre dos personas e incluso salió la seguridad del restaurante, pero volvieron a entrar rápido. Pude escuchar su conversación.

No estamos para idioteces de niñatas.

La puerta se abrió y el restaurante se preparó para recibir a Sivir, la pizzera y a otra chica.

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Narra Sivir

Taliyah, estamos de resaca y no se te ocurre otra cosa que salir de nuevo... — dije molesta.

No podías callarte en la puerta, ¿no? Casi nos detienen por tus gritos... — dijo mientras tomaba asiento.

Yo no quería venir — suspiré, cruzándome de brazos.

En ese momento, unos ojos púrpura se cruzaron con los míos. Kai'Sa.

Eh, esas son... — Iba a gritar

¡¡¡¡K/DA!!!! — chilló, y las dos integrantes del grupo se taparon el rostro.

¡Cállate! — dije. — Nos están mirando, y a ellas también.

Pedimos y estuvimos comiendo. Mi corazón estaba roto, miraba a Kai'Sa y ella actuó como si yo no existiera. ¿No se acuerda que salvé a su gato? Intenté hacer como si no estuviera allí y me perdí en la conversación con Taliyah. Cuando miré a la mesa del tizón púrpura, solo se encontraba su acompañante, Akali.

Tía, voy al baño — Me levanté y me dirigí a los baños.

Me miré al espejo y me mojé la cara. Dios, realmente estaba mal.

¿Dónde habrá ido? — Dije en voz alta. Suspiré y escuché una puerta abrirse.

Eh, ¿qué haces aquí? — Kai'Sa.

Es el baño de las chicas. Soy una chica.

No, tonta. En el restaurante. — dijo riéndose.

He venido con una amiga. — obligada. Suspiré.

Yo igual. Eh, ¿entonces escuchaste la pelea de antes? Menudo par de locas. Casi pienso que eras tú y tu acompañante, pero lo dudo. Tú eres más madura que ese dúo dinámico. — Sonrió.

Era yo. — y salí sin decir nada más.

Espera, Sivir. ¡Espera! — Pero yo ya no pude escucharla.

Volví a la mesa con Taliyah.

Vámonos, Taliyah. — Dije dejando el dinero justo en la cajita.

¿Qué pasa? — preguntó al verme tan seria.

¡Vamos! — dije, alzando la voz.

Taliyah se sobresaltó y obecedió. No hablamos nada de camino a casa. Cuando llegamos, se disculpó por obligarme a salir. Parecían palabras sinceras.

Me metí en mi habitación y me tumbé en la cama. Hice unos pucheros.

¿Que yo era una loca? Es cierto que escandalicé al restaurante entero, pero no veo apropiado que nos llame así por eso. No es que yo vaya alarmando restaurantes de vez en cuando. Solo fue una vez y estaba mal. ¿Loca me dice? Miré al techo y suspiré. Se me cayó una lágrima.

Loca me estoy volviendo por ella. — y me giré.

Con lo que siempre soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora