Narra Sivir
Quiero volver a verla. Necesito verla. Aunque sea un instante, pero necesito ver esos ojos que combinan con la medianoche fundiéndose con mi mirada.
— Creo haberte dicho que no te distrajeras. — Me dijo Galio, que estaba apoyado en el mostrador mirándome. — Se te nota mucho, Sivir. — dijo riéndose.
— No, no... solo es... Mira, ¡tu boli! — Saqué el boli que al parecer le robé a Galio.
— ... ¡TÚ DIJISTE QUE NO LO ROBASTE!
— ¡Y NO LO ROBÉ! Este es mío... — Mentí. Creo que prefiero que me eche la bronca por estar despistada...
— ¡Dámelo ya! — Y me quitó el bolígrafo de las manos y se fue enfadado. Puede que sea un tío robusto y grande, pero en el fondo es un infantiloide y me hace mucha gracia. Mejor me dejo de tonterías y termino de trabajar, que quiero hacer algo más tarde...
Me puse a trabajar sin parar porque, no tenía más ganas de que Galio me siguiera diciendo cosas. Bastante enfadado está ya por su miserable boli, que volveré a robarle en cualquier momento.
Terminé de trabajar, cogí mi moto y me fui directamente a su casa, porque no dejo de pensar en ella. Fui lo más rápido posible, porque las ganas que tenía de ver esos ojos de color púrpura son muy superiores a todas las ganas del mundo.
Llegué a su puerta, toqué y abrió una de sus amigas, la chica de nueve colas.
— ¿Qué haces aquí, repartidora? No hemos pedido nada. — dijo con desprecio. — Así que si no te importa..., lárgate.
Iba a cerrar la puerta cuando bloqueé esta con el pie. Me miró con cara sorprendida.
— ¡Estoy buscando a Kai'Sa! — Dije, muerta de la vergüenza.
— Ooooh, ¡así que es eso! No creo que venga, linda. — Se cruzó de brazos. — Verás, ricura, ha estado un poco ocupada... conmigo, ¿sabes? Está en la cama. — Me guiñó. — Si quieres, puedo decirle que se vista y venga...
— Olvídalo, ¿sí? — Dije con desgano. — No le digas que vine. No importa, no era... importante. — Y me fui, cabizbaja, dejando a la chica sonriente en la puerta. Me subí a la moto y me fui a mi casa.
Narra Ahri
Ya está. Listo. Fue más fácil de lo que creía. La chica es débil y la destrocé con esa vil mentira. Ahora Kai'Sa no volverá a salir con esa chica, y si lo intenta, la chica ya está rota por lo que le acabo de decir, y si no es muy imbécil, le dirá que no.
— Das asco. — Dijo Akali, que había escuchado que llamaron al timbre y se asomó para ver qué pasaba.
— Amiga, es por su bien. Kai'Sa está descuidando su carrera musical.
— ¿Era necesario decirle a la chica que te has acostado con Kai'Sa? Quiero decir... ¿Era necesario mentir con eso? ¡Kai'Sa ni loca se acostaría contigo después de lo que le dijiste! — Sentenció Akali, que me miraba de forma bastante seria.
— Ya me acosté más veces con ella, ¿por qué sería imposible ahora? Una pelea es una pelea de nada... El amor todo lo puede, cariño. — Le di un toque en los labios a Akali, mientras esta me bufaba y me miraba enfadada.
Sé que he hecho lo mejor. Ahora Kai'Sa solo será mía, y no volverá a entrometerse la sucia repartidora. Mi melocotoncito no puede caer tan bajo. No con esa repartidora asquerosa.
Y si no, tiempo al tiempo.
Narra Sivir
Me siento destrozada. Esto es horrible. Pero... ¿qué podía esperarme? ¿Cómo iba a fijarse en mí una chica como ella? ¿Por qué me cambiaría por esa chica rubia tan bonita? Entonces... ¿Qué significó ese beso para ella? ¿Fue para que la perdonara? Me siento tan mal, solo... no quiero levantarme de la cama nunca más.
Me metí en el baño, con la intención de ducharme después de este día tan nefasto. Me miré en el espejo y rompí a llorar. Golpeaba el lavabo, maldiciendo a Kai'Sa, a sus ojos púrpura, al beso que me dio, y a aquella noche, que sin dudarlo, nunca debió haber ocurrido...
Salí del baño, sin ducharme, me tumbé en la cama y seguí llorando.
Mañana no iré a trabajar.
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Con lo que siempre soñé
RomanceDos chicas de la misma región, Shurima, huyen sin conocerse. Una por no aceptar su destino, otra para salvarse de lo que se oculta bajo el manto del desierto de Shurima. Huyen a la ciudad de Piltover, donde todo es más avanzado y se puede conseguir...