Narra Kai'Sa
Me levanté, me aseé y me fui a desayunar. ¡Hoy me siento tan bien, y lo único que quiero es compartir mi día libre con Sivir!
Hace tiempo que estoy experimentando un sentimiento extraño, que antes no me había no me había pasado. Me pregunté si me estaba enamorando, y no sabía la respuesta. Creo que eso es una respuesta.
No se hable más. Voy a ir a visitarla al trabajo, de sorpresa, y quiero pasar lo que le quede de día libre con ella.
Me puse guapa, con el pelo recogido, pero con mis moños característicos. De ropa, llevaba un top blanco y pantalones vaqueros, con una camisa de cuadros enredada en la cintura.
Fui a salir, y las chicas me preguntaron dónde iba.
— ¡Me voy a ser feliz! — Dije sonriente, y cerré la puerta.
Me dirigía hacia el establecimiento de pizzas, con la esperanza de encontrar a Sivir allí. "Espero que no esté haciendo ningún reparto, me encantaría sorprenderla con un beso".
Me paré muchas veces por la calle debido a los fans, que no les podía negar una foto.
Cuando por fin llegué, entré por la parte delantera, ingresé en el establecimiento y no había mucha gente, solo personas consumiento su pedido. Me acerqué al mostrador y esperé a ser atendida, esperando que fuera mi chica favorita la que saliera a hablar conmigo.
Pero no fue así.
— ¡Bienvenida! Puede esperar en una mesa, yo mismo iré a tomarle nota — Dijo amablemente un señor bastante alto.
— Disculpa, yo... — Empecé a decir. — Busco a la repartidora, es decir, Sivir... ¿Podría decirle que venga, por favor? — Dije, educadamente.
— Perdona, chica, Sivir no ha venido hoy. Se encontraba mal. — Y el señor se iba dando la vuelta para dentro de lo que parecía ser la cocina del establecimiento.
— ¡E... espere! ¿Qué le ocurre? — Dije, preocupada.
— Se encuentra mal. Ahora, si no te importa... — Dijo, de nuevo, queriendo irse.
— ¡Por favor! ¿Puede darme su dirección? — Insistente.
— No puedo darte la dirección de mi trabajadora, chica. Lo siento... — De nuevo, dándose la vuelta.
— Por favor... —Di un golpe en la encimera, y eso hizo que el señor se pusiera un poco tenso — Ella es... es mi... es mi novia, y solo nos veíamos fuera de casa... — No sé por qué dije eso, pero pensé que podría funcionar.
— ¡Vale, vale! Es cierto que Sivir me comentó algo sobre su pareja el otro día. Pensaba que mentía, pero al decir eso tú... bueno... — Cogió un papel y se puso a escribir. Me lo dio. — Esta es su dirección. No ha querido decirme cómo esta. Asegúrate de que esté bien, ¿de acuerdo?
— Lo haré. Gracias. — Me despedí del dependiente y salí corriendo hacia esa dirección.
Narra Sivir
Me he tomado el día libre. No estoy para nada, solo quiero estar en la cama y llorar.
No sé por qué pensé que podría gustarle a Kai'Sa. Está claro. Es famosa, tiene otras personas en su vida más interesantes y bonitas que yo, como esa chica que me lo dejó claro.
No tengo nada que hacer. Si encima viven juntas, ¿cómo no haberlo sabido?
Ese beso no significó nada para ella. Solo quería que la perdonase. Pero no la perdoné solamente. Me enamoré. Me enamoré como nunca.
Hundí mi cabeza en la almohada y me quedé así un rato. La verdad es que me apetecía llorar, pero no podía, porque ya había llorando todo por la noche.
Toc, toc.
Tocaban a la puerta, pero es que no me apetece nada abrir.
Toc, toc.
De nuevo. Será algún repartidor de propaganda.
Toc, toc.
Es el tercero, ya debe cansarse.
Toc, toc.
Maldición, deja la puta propaganda en el buzón, o debajo de la puerta, lo que se hace de toda la vida.
Toc, toc.
No puede ser... ¿Será Taliyah? ¿Se ha dejado las llaves?
Toc, toc.
Me levanto, en pijama y con la cara hecha un cristo para abrir la puerta, total, será esta maldita cría que se le habrán olvidado las llaves...
Abrí, y para mi sorpresa, no era ningún repartidor de propaganda, ni Taliyah... Era Kai'Sa. Intenté no sobresaltarme.
— Ah, tú. ¿Qué quieres? — Dije, enfadada.
— Ho... hola... Sivir, ¿cómo estás? Es mi día libre, así que pensé que...
— ¿Cómo has encontrado mi casa? Bueno, da igual, ¿qué quieres? No tengo ganas de estar con nadie...
— ¿Qué te ocurre? — Dijo Kai'Sa, intentando tomar mis manos, pero me aparté. — ¿Qué te pasa? — Dijo con un tono que nunca antes había escuchado en ella.
— ¿En serio me preguntas? — Dije, ocultando mi cara con una mano. — Estuve en tu casa, ¿sabes? Fui a buscarte. Y una de tus compañeras... o tu novia, mejor dicho, me dijo que estabas con ella en la cama. Ocupada. Dime, Kai'Sa. ¿Haces esto con todos? Los enamoras y luego... ¿te vas? ¿Les rompes el corazón?
— Sivir... ¿Qué estás diciendo? ¿Mi novia? No tengo novia... — Dijo, con el ceño fruncido — ¿Cómo que mi novia?
— Kai'Sa, no te hagas la tonta conmigo. Soy buena, pero no me tomes por tonta.
— Te estoy diciendo la verdad — Su cara se cambió a un rostro más apenado. — No tengo novia. Y te juro... Te juro que me encantaría tenerla. — Miró al suelo, y suspiró — Me encantaría tenerte como novia, a ti. — Me tomó de las manos.
— ¿Qué... qué? ¿Y qué hay de esa chica? — Dije, mirando sus manos.
— ¿Cómo era esa chica? — Dijo, poniéndose seria de nuevo.
— Una chica rubia, con orejas, con unas colas muy lindas... Una chica bonita, no como yo...
— Ahri... Últimamente, siempre está encima mía, como... ¿riñiéndome? ¿Celosa? Uhm, como sea.
— Hmm... — Suspiré, soltando las manos de Kai'Sa y abrazándome a mí misma.
Kai'Sa volvió a tomar mis manos como pudo, y sin decir nada, me besó con pasión.
— Para mí, eres la chica más bonita del mundo. — Sentenció Kai'Sa después del beso.
La invité a pasar a mi casa.
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Con lo que siempre soñé
RomanceDos chicas de la misma región, Shurima, huyen sin conocerse. Una por no aceptar su destino, otra para salvarse de lo que se oculta bajo el manto del desierto de Shurima. Huyen a la ciudad de Piltover, donde todo es más avanzado y se puede conseguir...