Narra Kai'Sa
Salí del baño con un bolso en la mano.
- ¿Pizzera? ¿Sivir? - dije mirando a todos lados buscando a la chica morena.
Fui a la mesa con Akali, que ya estaba cansada de esperarme.
- ¿Todo bien? ¿Y eso que llevas? - dijo Akali.
- Una chica se ha dejado su bolso en el baño... y... eh... la conozco, pero se fue enfadada por una cosa que le dije y... yo no sé dónde vive... Es la persona que encontró a Kitty...
- ¿La pizzera? - preguntó - Tengo una idea.
Abandonamos el restaurante. Me sentí mal por haber herido a Sivir, pero el plan de Akali podía funcionar, aunque tendría que ejecutarlo mañana.
Llegamos a casa y me encerré en mi habitación, sin decir nada a mis amigas. ¿Qué me pasaba?
Agradezco a Sivir por encontrar a Kitty, pero solo eso. Tal vez le tengo más estima de lo normal porque la gata es muy importante para mí...
Me quedé en mi habitación hasta el día siguiente, a la espera de poder ejecutar el plan de Akali y que funcione, entre parpadeos lentos y suspiros largos.Narra Sivir
Me desperté sin ánimos pero igualmente tenía que ir a trabajar. Me di una ducha rápida y me puse mi uniforme habitual. Me dirigí a la pizzería. Abrí al aparcar y al momento llegó Galio. Para despejarme un poco le conté que ayer casi me detienen en el restaurante y se estuvo riendo. Increíble.
Pronto llegaron los pedidos, así que tenía que coger la moto, pero al salir, en la moto había un papel. ¿Una multa? Lo cogí: "Te espero a las 9:00 pm en el parque. No faltes. Es importante."
Sinceramente no me importó, pero me presentaré igualmente. Total, no tengo nada que hacer. Entregué los pedidos e igualmente acabé tarde. Miré la hora: "9:05 pm".
- Bueno, solo son 5 minutos - dije mientras montaba en la moto.
Me dirigí al parque y aparqué en la entrada porque no se permitían motos en el recinto. Entré. Había mucha gente, no conocía a nadie, hasta que...
Kai'Sa.
Pasé por su lado.
- Viniste. - dijo Kai'Sa. Yo me paré en seco. Pensé que solo era una coincidencia.
- ¿Tú me citaste? ¿Para qué?
- Dejaste tu bolso en el restaurante...
- Mierda... - dije angustiada.
- Pero me lo dejé en casa por los nervios - arqueé una ceja. Ella suspiró - Perdón, Sivir. No quise ofenderte en ningún momento... - Kai'Sa se sentó en un banco que había cerca, y yo, sin contestar, me senté a su lado.
- Sivir - dijo de nuevo - Lo siento... - y por primera vez, sus ojos se tornaron oscuros como una noche sin estrellas.
- Vale. No te preocupes - y me acerqué más a ella.
Kai'Sa y yo estuvimos hablando de varias cosas, su carrera musical, la pizzería, Taliyah, mi bolso... y alargando tanto la conversación, el día acabó y se hizo de noche.
- El cielo está realmente precioso - Dije mirando las estrellas. Kai'Sa asintió, y en ese momento, la escuché reír, y mi corazón recobró vida.
Unos coloridos destellos cruzaron el cielo y yo me sobresalté. Kai'Sa ni se inmutó.
- Las guardianas de las estrellas - suspiró aliviada, sabiendo que tenía que explicarme - protegen nuestro cielo - y yo me quedé mirando sus ojos, que habían recuperado el brillo con el paso de los destellos desconocidos que surcaban el firmamento.
- ¡Que las estrellas me oigan! - exclamó una voz lejana y desconocida. Cerré los ojos y me invadió una calma que desconocía. Sentí que podía acariciar el manto estelar. Cuando abrí los ojos, lo entendí. Estaba besando a Kai'Sa.Narra Kai'Sa
La noche era preciosa, estaba acompañada y las estrellas estaban pidiéndolo. ¿Por qué no hacerlo?
Me separé de su rostro. La miré y estaba con los ojos cerrados.
Me reí y me puso miró a los ojos, nerviosa, sonrojada.
- ¿Por qué? - dijo Sivir.
- Es el capricho de las estrellas - sentencié.Nos despedimos con un abrazo, aunque doy por hecho que ella esperaba algo más que eso. Nos alejamos, cada una iba por su lado. La casa no me quedaba lejos, pero tenía para pensar sobre esa noche. ¿Por qué la besé? El corazón me palpitaba de manera distinta. Cada latido quemaba mi alma, hacía un agujero en mi pecho que se agrandaba con cada pálpito. ¿Qué era?
No era doloroso, pero no me hacía bien.
Por fin llegué a casa. Entré con cuidado para no hacer ruido porque todas estaban dormidas. ¿Qué hora era? Miré la hora: "Las 3 am. ¡Madre mía!" Fui a mi habitación, y vi a Kitty esperándome en la cama. Me desvestí y me acosté. La gata se acomodó. Apagué la luz.
La sensación que había aflorado en mi corazón esa noche no se disipaba, es más, se volvía más habitual. Me sentía rara, porque creo que la única forma de drenar ese sentimiento, era tener a Sivir cerca, justo como esa noche estuvo.
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Con lo que siempre soñé
RomanceDos chicas de la misma región, Shurima, huyen sin conocerse. Una por no aceptar su destino, otra para salvarse de lo que se oculta bajo el manto del desierto de Shurima. Huyen a la ciudad de Piltover, donde todo es más avanzado y se puede conseguir...