Capitulo 4. ¿Qué pasó anoche?

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Si me preguntaran cuál ha sido la situación más horrible en la que me he metido diría cualquier cosa menos la verdad, porque es más fácil decir una mentira o una verdad a medias que enfrentar mi asquerosa realidad. Si dijera la verdad probablemente no podría ni pronunciar las palabras correctas para describir lo que sentí en ese momento, el momento en el que presencie el asesinato de mi padre y sus ojos ya sin vida observando mi aterrorizado rostro.

Ese sujeto. Ese hombre tan extraño y tenebroso con mirada penetrante había traído de nuevo a aquel niño miedoso que mojó sus pantalones, que suplicaba por su vida y que lloraba por su mamá, mientras observaba un cadáver que alguna vez fue su padre.

 Supongo que no me quería para vender mis órganos, ni para prostituirme, ni siquiera para mantenerme como su esclavo sexual, creo que cualquiera de esas opciones era mucho mejor que la verdadera razón por la que me necesitaba. Estaba seguro de que yo requería de un verdadero milagro para salir de esa situación, pero yo no creía en milagros, así que pensé que ese sería mi fin.

***

El olor era tan familiar, era el olor de mis sábanas. Extiendo mis brazos y siento la suavidad de mi cama, entro en conciencia de que no sé que ocurrió y que todo aquello que me atormentó por unos instantes había sido sólo una pesadilla. La voz de mi madre me despierta.

-Si, escuche, mi hijo regresó. Está justo aquí, si está en su habitación inconsciente, la chica que lo trajo dijo que estaba tirado en la calle. Si oficial, está bien, muchas gracias por todo.-decía mi madre al teléfono.

Abro mis ojos y la observo, su cara de preocupación es lo primero que veo, estaba listo para los golpes que recibiría después de esto. Ella me mira y sus ojos mostraban un enorme alivio.

-Hijo, ¿estás bien mi amor?.- pronuncia amorosa aquellas palabras mientras me estrecha entre sus brazos.- ¿te duele algo hijo?, ¿te sientes mal?- pregunta preocupada.

-No, bueno me duele un poco la cabeza.- contesté tratando de incorporarme, lo hice con torpeza, pero al fin logré sentarme y mostrarle una sonrisa para que supiera que todo estaba bien.

-bien.- dice más tranquila.-¡eres un idiota!- exclama, mientras me golpea en la cabeza. Esa era mi madre. Anarka Couffaine. Ya se me había hecho raro que me haya tratado con amabilidad y dulzura desde un principio.

-¡Oh!, ¿que demonios mamá?- reproché lleno de dolor.

-No blasfemes y ahora come.- responde dándome un plato de sopa caliente.

Obedecí con una enorme mueca de fastidio y tan pronto como pruebo el sabor del tomate cocido en la sopa me levanto de inmediato para ir al baño a vomitar.

-¿qué tanto hiciste ayer Luka?- exclama mi madre mientras levanta el desorden de mi habitación. Como es su costumbre, ella siempre recoge las cosas como un impulso. Es una exagerada del orden y usualmente no irrumpe en mi cuarto más que en situaciones como esta, las cuales, en los últimos meses, han aumentado de manera considerable.

-No lo sé, estoy todavía un poco mareado, ¿me dejarías recordar?, sólo necesito agua.

-De acuerdo, te traeré un poco, pero debes contarme todo lo que sucedió anoche y con detalles.

-Si, si, si.- dije rodando los ojos.

Sale de mi habitación y de pronto comienza a vibrar mi celular. Estaba feliz de que no lo hubiera perdido y de inmediato veo que es lo que dice.

<<Llámame pedazo de mierda>>

Era un mensaje de André y tenía varias llamadas perdidas de él. Le llamo de inmediato, seguro él podría ayudarme a recordar todo lo que sucedió.

CarmesíWhere stories live. Discover now