Capitulo 9. Mi linda vecina.

92 13 0
                                    


Me levanto con unas ganas inmensas de cantar, mi despertador pone Whole lotta love de Led Zeppelin y me impulso de mi cama dando un concierto privado en mi cuarto; tomo mi cepillo y lo uso como micrófono, me veo al espejo para ver que tan sensual me vería si fuera un cantante famoso.

Voy al baño y estaba por  vestirme,  pero me doy cuenta que no tenía calzoncillos limpios, así que salgo de mi habitación y voy directo al comedor para buscar a mamá.- ¡Madre!- grito para comprobar si  aún no había ido a trabajar.

—¿qué pasa hijo?— responde desde lo que creo era la cocina. Se escuchaba más tranquila después del escándalo que hizo ayer por haberme ido de casa. Por suerte el señor Kante no me delató, pero no podía confiarme de él. Estoy seguro de que algo raro pasa, mamá no me dijo nada, pero creo que quiere que hablemos.

—Mamá, necesito calzones, no hay ninguno en el mueble ¿los lavaste?— pregunto apurado ya que se me hacía tarde para mi clase de música.— sabes, quiero esos con notas musicales, los apretados que...—pause, en ese momento quería que la tierra me tragara ahora mismo y me escupiera en la tumba de Jimi Hendrix.

—Hola hermanito—dice Juleka casi escupiendo el cereal que tenía en la boca. Pero en realidad no fue por ella por quien me puse así, no... El verdadero problema era la chica que estaba aún lado, la que no hacía expresión alguna quién sólo estaba ahí mirándome como si fuera un idiota raro. De inmediato subo avergonzado hacia mi cuarto y Juleka comienza a reír como una desquiciada.

—¡Madre!.—grito molesto.

—Si hijo.— responde la mujer que no había visto el espectáculo que había hecho  su hijo en el comedor.—¿qué pasa?— su tono tranquilo, sólo hizo que enfureciera más.

—¡¿por qué demonios no me dijiste que había visitas en la casa?!— respondo de inmediato, mientras subía las escaleras, de repente me encuentro con mi ropa interior doblada encima del mueble del pasillo y me pregunté ¿por qué diablos no lo vi antes? 

Vuelvo a bajar ya cambiado y mucho más presentable. Después de lo que acababa de suceder esperaba no ver ese rostro odioso, pero la chica seguía ahí, sentada junto a mi madre.

—Luka, perdón por no decirte que traje a una chica a casa— dice mi madre que no parecía lamentar nada, es más hasta creo que se había reído.

—No esperaba que alguien me viera tan desarreglado y menos...—pausé un momento, no sabía como reaccionar al hecho de que la persona que me había cautivado y que había aborrecido en cuestión de segundos estaba frente a mí con su expresión inmutable tan característica.

—Luka, ella es Bridgette Dubré.— presenta mi madre.

—Lo sé, va conmigo al escuela.—respondo fastidiado y me sirvo un vaso de leche que remojo en mi pan y comienzo a comer con rapidez, sin siquiera sentarme junto a ellas y aunque tratara no podía quitarle la vista de encima.

—¡que grata coincidencia!— dice sorprendida.—porque ella fue quien te trajo a casa ese día, recuerdo que me preguntaste por ella.— bueno, eso ya no me sorprendió, ya que lo sabía perfectamente, lo que quería saber es porqué estaba aquí en mi casa, no creo que sea para conocer a este galán.

—¿pero por qué está aquí?— pregunto extrañado, limpiando mi boca, de la cual comenzaba a derramarse la leche, paso mi sudadera encima, sin importarme que ésta se ensucie. 

—nos encontramos afuera de la casa, ya que vive al lado y como estaba sola, no pude evitar invitarla a desayunar.

—¿vives al lado?—estaba completamente sorprendido, no esperaba que estuviera tan cerca y no quería estar viendo su cara de odio todos los jodidos días al ir en camino al instituto.

CarmesíWhere stories live. Discover now