Estábamos saliendo del metro, el museo de la Mansión Agreste estaba a tan sólo unas calles. Cuando por fin llegamos, Bridgette entra de inmediato como si no la acompañara.
—No vienes sola.— espeté mientras pisaba sus talones y la miraba con el ceño fruncido, doy un resoplo y miro al cielo implorando que Dios le diera corazón para que no siguiera siendo tan amargada.
—No caminas rápido.— responde con indiferencia y sin detenerse un momento siquiera.
—Alto, alto, alto, señorita.— ordena un hombre que venía detrás de nosotros, corpulento, de tes negra y verdaderamente alto, me sobrepasa por una cabeza y vaya que yo soy bastante alto. Ambos nos detenemos.— no pueden pasar, ya hemos cerrado.-ordena con voz grave.
—¿qué?, pero si son las tres de la tarde.— responde la asiática con el ceño fruncido.
—Gruñona.— dije captando su atención.— mira.— señalé el anuncio con letras mayúsculas y de más de 30 cm de largo: "Horario de Sábado de las 7:00 am hasta las 2:00 pm".
El guardia nos escolta hasta la salida y ambos nos retiramos.
—Eres un idiota.— espeta.
—Te lo hubiera dicho si te hubieras detenido.— respondo molesto, veo como da media vuelta para marcharse y muestro una sonrisa de lado.— ¿ya te vas?—grité ya que ella no se detenía.
—me largo.
—lástima.—dije con sarcasmo.—conozco un atajo.—nuevamente logré captar su atención, ella se detiene y regresa de inmediato a dónde me encontraba. Llega decidida y se queda parada justo frente a mí.
—¿Qué esperamos?— pregunta enarcando la ceja y cruzando los brazos.
—Bueno, tal vez con un beso de agradecimiento me animaría a llevarte.-dije acercándome y sonriendo como un idiota.
—No te creas tan afortunado.- responde alejándome con su mano.
—maldita amargada.— insulté correspondiendo a su mirada de odio.
***
Llegamos a la parte trasera del edificio y nos acercamos a una pequeña puentecilla de madera.—Como te dije, mi madre trabajaba aquí y esta puerta tiene una llave escondida detrás de una maceta.— dije mientras hacía a un lado ésta y tomaba la llave. Abrí la puerta con sumo cuidado, pero debido a su antigüedad no pude evitar propagar un crujido que resonó en cada pared de esa vieja mansión.—Está oscuro, ya que la luz le hace daño a las cosas que hay dentro, muchas son de hace más de trecientos años, así que debemos de tener cuidado y no tocar absolutamente nada.— advertí a mi acompañante.
Bridgette estaba completamente absorta con todo lo que había a su alrededor. Pero no veía a una chica fascinada ni impresionada por contemplar aquel lugar. Lo que vi fue más bien, una chica con melancolía en su mirada.—¿sucede algo?—pregunté interesado.—si quieres podemos irnos...
—No.— respondió secamente y comenzó a caminar por el lugar, yo fui siguiendo sus pasos para no perderle de vista, el lugar es bastante grande y además hay muchos caminos secretos en él que podría no encontrarla en cualquier instante.
—Conozco cada rincón de este lugar.— dije presumiendo, pero a Bridgette pareció no interesarle.—Mira, puedo darte un recorrido y explicarte todo lo que sé. Mi madre fue investigadora e hizo grandes aportaciones a la historia de este lugar y de los hermanos Agreste.
—Sé muy bien su historia. - dice sin ponerme atención, prefería ver las cosas por su cuenta.
—vamos, sé que eres muy difícil, pero déjame mostrarte lo que sé, tal vez trabaje aquí por las vacaciones.- supliqué, además me gustaba hablar de ellos.
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Carmesí
FanfictionEsta es la la historia de Luka Couffaine, un chico bastante atractivo y muy divertido. Todo en su vida es genial, músico en una banda, chicas por montones y amigos con los que siempre puede contar, sin embargo, los demonios de su pasado vuelven a ap...